Flores nabucodonosorcitas

Los ojos bien abiertos. Las manos quietas.
Hay que andar con tiento al empezar la primavera. Se calienta la tierra, la savia sube, se despabilan los invertebrados que hibernaban en los montones de hojas, las gramíneas secas, en las cabezuelas sin podar de las hortensias, las arrugas de las cepas, la corteza de los frutales… Al pie de las plantas empieza a moverse todo. Y en las macetas, lo mismo. El principio es este: no cargarse porque sí todo lo que bulle entre los brotes. El principio es, mejor dicho: aprovechar este momento para observar con atención (y si hay que actuar, que a lo mejor NO, que con mucha frecuencia es NO, que casi siempre es NO, ya se verá cómo y por qué -tag «grillotopo», por ejemplo; para lo demás, tag «insectos». Observar y estudiar un poco. No ser como los nabucodonosorcitos, que lo hacen todo con entusiasmo pero a lo loco)

A ojo velando

Cursiño en Lourenzá. Inxertos de escudete en maceiras.

A mediados de abril, es decir, a ojo velando: yema cerrada que parece dormitar (no dormir profundamente, pues está hinchada) pero de hecho se mantiene despierta. Ojo velando: yema en armas y a la espera.
El injerto se hace forzosamente en verde, para que la corteza se despegue bien del patrón (un brinzal de maceira brava) en el que queremos insertar el escudete de la variedad nueva (una reineta, para el caso). La yema del escudete brotará enseguida en el patrón. Cuando el brote de nuestra reineta haya crecido lo suficiente, cuando sea ya rama, se corta tranquilamente la parte de arriba del bravo brinzal.


Narcisos ‘Tête-à-tête’

En una sopera de porcelana Santa Clara, o en un cestillo del montón, con un platillo de café dentro. Aguanta bien en casa. Se riega el platillo o la sopera, un centímetro de agua al día, más/menos. Pasada la floración, cuando las hojas se marchiten y haya que cortarlas, guardaré los bulbos hasta septiembre. No en la maceta, sino limpios de tierra y raicillas, en una bolsa etiquetada que dejaré en la bodega o la caseta de herramientas (¿recordaré dónde?; a veces, sin contar con ellas, me viene a la mano un sobre de semillas olvidado, una cajita de lata -de esas con la inscripción «Fumar mata», cortesía de los cazadores, que aparecen con cierta frecuencia entre los romeros de LRO- guardando en su interior, quién sabe, un escarabajo reseco, un cárabo que murió patas arriba; un trozo de loza con el dibujo de un tulipán, encontrado en un camino; dos mitades de un huevo de mirlo, de color verde gris; unas semillas perfectamente desconocidas, quizá del hibisco aquel…).
En septiembre, por tanto, si me acuerdo y los reencuentro en el batiburrillo de la caseta de herramientas, enterraré esos bulbos al pie del muro del jardín, por donde la hiedra ‘Gloria de Marengo’ cubre ya, lenta pero segura, no sólo la reja que corona el muro, sino también el suelo, rodeando los arbustos y buscando la luz. Los narcisos se «naturalizan» mejor que ningún otro bulbo. Los de esta variedad ‘Tête-à- Tête’ son de flor pequeña, muy precoz. Cuando ni los lilos ni las rosas tienen flor (ni siquiera los iris), ese centelleo de los daffodils marca el final del invierno. En lugares más frescos son los galanthus, blancos y hasta blanquísimos (true white), que estos días, con sus cientos de variedades, ocupan las portadas de las revistas inglesas. Aquí primero va el amarillo, como en el campo (diminutas flores amarillo azufre, primas carnales de los jaramagos), y solo después, en las viñas sin arar, los azules de los nazarenos (Muscari armeniacum) y los anagallis (también en este post antiguo, uno de los primeros: https://laramadeoro.com/2011/09/26/salvajes-y-azules/)

¡No me toques (las alcachofas)!

Noli me tangere,  Rubens & Brueghel, 1626
Museo de Arte de Bremen

rubens_bruegel_christus_erscheint_mariaJesús de Nazaret resucita este año a mediados de abril. Sólo ha estado fuera tres días, pero tres días que se han hecho largos, como suele pasar cuando la primavera tiene prisas por llegar (y se nota mucho alrededor) , pero el invierno no tiene ninguna en irse (y esto también se nota, sobre todo de noche). Como ya le había pasado antes a Tammuz/Adonis, al salvaje Attis, a Proserpina…  también Jesús regresa hoy  con los brazos cargados de flores. El trabajo se amontona en el huerto. Están abriéndose los tulipanes, las fritilarias, las anémonas, las margaritas, las alcachofas. Todo se acelera por horas, por minutos, y hay tanto, tanto que hacer, que el pobre Hijo de Dios, nada más resucitar, agarra la primera herramienta que pilla y se pone a quitar hierbas. En eso aparecen por un recodo del camino María Magdalena y dos amigos. El sepulcro de Jesús está vacío. Decepcionados, los dos hombres se van. ¿Qué se les pierde ya a ellos aquí?. Sólo Magdalena se queda junto al sepulcro. Deja en el suelo el frasco de aceite aromático que siempre lleva consigo (como el Bautista su piel de camello o San Lorenzo su parrilla) y se sienta sobre una piedra,  llorando sin hacer ruido.
Durante todo ese tiempo un jardinero ha estado afanándose con el bieldo y la laya entre los bancales. El bieldo, suponemos, para airear la tierra sin levantarla (como con una «grelinete»); la laya, para perfilar cuidadosamente cada bancal. Qué raro que hoy empiecen a trabajar tan temprano, piensa ella. Normalmente no hay jardineros a esta hora… Dos pájaros blancos,  tan blancos que pasarían por ángeles, cruzan en vuelo rasante frente al sepulcro. Y entonces Magdalena tiene una corazonada. Se vuelve hacia el jardinero, abre los ojos de par en par, e instintivamente alarga los brazos hacia él. “¡No me toques!”, dice San Jerónimo que dijo San Juan que dijo Jesús…(pues aún no estoy del todo allá…ni del todo aquí…). O bien, según otra interpretación,  «¡No me retengas!».

Jan Brueguel sabía pintar muy bien las cosas del jardín. No iba con su talante pintar una crucifixión, pues en la noche del Gólgota no hay flores ni frutas,  pero…¡ qué diferencia tres días después! Brueghel colaboraba con Rubens, con Jordaens y muchos otros, y a él siempre le tocaba esa parte del cuadro. Eran flamencos, todos ellos. Cualquiera que haya pasado por allí sabe lo que son los huertos en los Países Bajos. Ya por entonces (siglo XVII) eran los amos en la producción intensiva de hortalizas y el cultivo de “primores” (plantas forzadas a madurar antes de tiempo). Con todo y eso, las alcachofas son plantas del sur. En Amberes sería difícil sacar las plantas adelante. Lo hacían, pero es probable que su precio en el mercado fuera alto. Artículo de lujo, sólo para ocasiones especiales.

brueghel-jordaensEn esta otra versión del cuadro, obra de Jordaens y Brueguel, que se conserva en el Museo de Nancy, lo que el Nazareno tiene a los pies pasaría por un mercadillo callejero. En comparación con este cuadro, de fruta desparramada, macetones, hasta un ánade real de exposición, el de Bremen que abre el post resulta muy sobrio. La escena no se dispersa,  los protagonistas ocupan el primer plano,  Jesús viste de rojo… Y sin embargo, hay algo que desconcierta al contemplarlo: el Domingo de Resurrección sólo parece haber alcachofas en el huerto de Getsemaní. Si sólo hay alcachofas –aparte de algunas flores- uno tiende a recordar el cuadro más por la carretilla a la derecha de María Magdalena, que por esas dos manos luminosas que casi, casi se juntan, y que muy probablemente es lo que Rubens, autor de las figuras, querría poner de relieve. En el batiburrillo del cuadro de Nancy uno no sabe con qué quedarse, ¿los melones, las zanahorias…?. Todo desplegado como en un catálogo. Pero que el autor es el mismo, y que lo que a él de verdad le gustaban son las alcachofas, lo demuestra el carro que ocupa el lugar central.. Ahí os dejo todas esas verduras, escoged, dad gracias al Nazareno por haber traído con él la primavera…pero las alcachofas me las llevo yo.

No sé si existen otras representaciones de Jesús (seguro que sí) donde tan abiertamente se relacione su resurrección con la exuberancia de la primavera. Podemos dar por sentado que Brueghel nada sabía de ritos antíguos ni de adherencias paganas en el Evangelio.  Pero el vínculo existe, perceptible para el que se acerque lo suficiente a verlo.  Por un instante (el tiempo de una breve alucinación hortícola en un museo de Bremen o de Nancy) Jesús de Nazaret se convierte en Dios de la Vegetación, y María de Magdala en un trasunto de la diosa Istar/Astarté, capaz de ir hasta las puertas del inframundo a buscar a su amado (muerto y resucitado ritualmente, año tras año) para que en la tierra puedan florecer de nuevo las anémonas, las violetas, los tulipanes, las alcachofas…

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... y boletín informativo desde Sarria:

La primavera también explota en el río. Los alisos salvados «in extremis» la madrugada del 24 de febrero están cubiertos de hojas.  Esta mañana habrán repicado en el pueblo las campanas de Santa Mariña, y creo que, mirando esas copas y esas orillas verdes,  a todos se les habrá alegrado el corazón al escucharlas. Ayer se organizó un «roteiro» por el río. Pronto arrancará la peregrinación de los plataformeiros hasta Compostela, para decirle a Feijoo (si se digna a recibirles) que ya va siendo hora de entrar en razón. Por lo demás, una nueva denuncia está al caer. Y las otras siguen su curso.
Toda la información: httpos://www.facebook.com/salvemosoriosarria

Business as usual

Costa traballo falar de nada que non sexa o que está a acontecer no río  de Sarria, pero hai que ter paciencia. As denuncias seguen, a paralización da tala pola xuiza segue, a recolleita de sinaturas segue…

romeros, viñas podadasE a vida segue tamén por aquí, neste anaco de terra ao pé da Serra de Gredos. Non para de chover desde o sábado. Chove miúdo, sen facer dano. Tivemos que podar as derradeiras cepas coas katiuskas postas. O manantial rebosa aparatosamente sobre os iris e as macetas xunto ao pilón; os charcos teñen unha orla de pétalos brancos arredor, pétalos de abruñeiro que a choiva tirou (despois tirará o polen dos pinos, e a orla será amarela).
Unha parella de perdices anda de aquí para alá, sen acougar, buscando o mellor sitio para o niño. Farano seguramente na parte baixa da finca, a máis tranquila, por onde se meten os que veñen coller espárragos, lonxe da zona pola que andan correndo os cans (en primavera hai que levalos de un en un, e sempre controlados). Están frolecendo as ameixeiras e pereiras, os abruñeiros na beira do camiño, os xaramagos entre as vides, os romeros por todas partes Aínda non teño postas as patacas. Teño remexida a terra, iso sí, á espera de que asente un pouco o tempo. Serán Shanon e Mona Lisa, como as do ano pasado (e como o ano pasado, compradas a ECOMANJAR en Segovia: as mellores).

san martín-cantalejo 1-4-14Onte pasamos 64 litros do noso viño –do bó, o da cuba de aceiro-a unha barrica de carballo comprada “on line” en Montilla. Dixéronme que tiña que estar vintecatro horas con auga, para que a madeira inchara. Fixémolo así. Onte valeirámola e despois enchémola có viño, que, por certo, cada día está mellor. Fixemos unha cata comparativa có viño de Cantalejo (ver posts “Vino casero en cinco pasos…”), máis denso, de cor máis violeta, e máis sabroso. Este noso tira máis á cor RUBí e, en xeral, é máis doce e lixeiro, cun recendo a gominola.
O outro día veu Perico por alí, mentres eu estaba a podar, e faloume de plantar unha ducia de estacas con raiceiras (esquejes), estacas de vide, de “albillo”, pero non enxertas. Plantámolas xuntos esa misma tarde. O home, que está na Xunta Directiva da Cooperativa de viño, quere compensarme así a enésima tomadura de pelo desta xente…Hai catro meses que encarguei cento vinte enxertas de garnacha; hai dous que lles pedín por escrito confirmación do pedido, e hai unha semana que xa sei que non o fixeron, e que non me avisaron tampouco (para que os comprara noutro lado) porque non lles petou.
En fin, paciencia…que, como din na terriña, “tamén a tivo Xan de Outeiro, e máis quedou solteiro”·.

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Junio

 Primeros días de junio, 2013

vilanos junioExtraña primavera. Como las temperaturas nocturnas no han subido de 8-10º durante semanas, y el cielo ha seguido cubierto un día sí y otro también (aunque sin lluvia), los tomates están flacos, las berenjenas pálidas, los calabacines lentísimos, las fresas menos dulces de lo que acostumbran…Del lado bueno: los albaricoqueros plantados hace dos años, y los melocotoneros tardíos plantados este invierno, están brotando bien.  Las viñas se han llenado de flores, y también las moras, que en los sitios más soleados empiezan a cuajar. A los puerros, remolachas y lechugas parece serles indiferente este ir y venir del sol entre las nubes. Las patatas siguen creciendo, mejor que peor; algunas hojas ya amarillean y hay que regarlas cada poco. El grillotopo asomó la nariz unos días y se comió unos ajos. Pero todavía no se ha puesto pesado.   Entre ayer y hoy –los dos primeros días de calor- he visto aparecer los primeros hormigueros. lagarto ocelado junio-13Un lagarto ocelado tomando el sol en medio y medio del camino. Conejos de fiesta al atardecer (atardecer en junio: diez de la noche). Hay alondras  revisando a fondo las cunetas, y aviones (de culo blanco)   haciendo el loco muy cerca del suelo. Las amapolas y arvejas van dejado el sitio a los carraspiques, silenes, cañahejas, cardos. En la orilla de la finca, donde hace un mes florecían los majuelos, lo hacen ahora (y con ganas) los rosales silvestres y las madreselvas.  De las retamas cuelgan legumbres peludas. De los bajos del pantalón, y de las orejas de mis perros, rascamoños grandes como garbanzos.  En la charca se emparejan las libélulas y los caballitos del diablo, pero las ranas ya no se desgañitan como hace un mes. El cuco insiste menos, casi nada… Las matas de angélica – que debería estar empezando a arrancar, al menos algunas- ciegan el cauce del arroyo y se llenan de flores blancas.  Perico, el vecino, ha terminado de arar y requete-arar su viña.
Empieza a hacer calor.

alondra 11-6-13(Fotos: vilanos de Tragopogon, lagarto ocelado, y alondra escondida detrás de un cantueso)

¡Abejarucos!

 ¡Abejarucos por fin!.

El año pasado no vinieron. Fue una primavera desastrosa. No había llovido ni nevado durante meses.   Tampoco las jaras florecieron como lo están haciendo este año, ni los melojos brotaron con ganas, ni se pudo catar un solo espárrago silvestre.  Nada. No vinieron los abejarucos y lo atribuimos a que todo estaba seco: la pradera con pocas flores, la hierba baja y poco gustosa. Una de las primeras entradas de este blog, sin embargo, había sido para  esos pájaros, convertidos en santo y seña de cada primavera:

Hope is a thing with feathers

.. Pero no aparecieron. Ni uno. Como en este blog nos esforzamos  (de forma un tanto descabellada a veces) por subrayar lo que SÍ va bien, no tuve ánimos para decir la verdad. Decir, sencillamente, que los abejarucos no habían vuelto.
Pues bien, dos años después de su última visita, ¡aquí están!. Se me cruzo una pareja hoy a mediodía, cuando subía con el coche por el camino de LRO. Los ví con toda nitidez, como si se hubieran posado en mi mano. No solté el volante para hacerles fotos porque entonces no estaría ahora contándolo. Pero hay que creerme. Eran los abejarucos.

Nin meiga nin meigallo

xestas Porto do Son maioHai moitos anos, cando eu vivía en Vilariño (Cambados), cada primeiro de maio a señora Luisa, miña veciña, colocabame unha ponla de xesta no parabrisas do coche e outra no buzón da casa. Antes poñíamolas no carro e na frente das vacas, agora ímolas metendo polos parabrisas… dicía ela. A xesta, unha das moitas variedades de Cytusus ou Genista ( a «genista» da canción de Serrat) que empezan a florecer en canto asenta un pouco o tempo,  ten as floriñas amarelas, dun tono subido, rabioso, como as do seu  curmán o toxo (alecrín, alecrín dourado/ que naceu no monte/ sen ser semeado…). Os montes semellan fornos, as cunetas ferven… O motivo da xesta no coche , ou donde fose, seica era este: protexer as cousas moi valiosas
«antes do primeiro de maio
para botar fora as meigas
e os meigallos»

Violetas y pensamientos

Ya se ven en flor por algunos rincones, pero este año todavía es un poco pronto, en Madrid, para que lleguen a formar alfombras. Hablo de las violetas silvestres, de colores suaves,  que pueden crecer incluso en el reborde un poco levantado de un adoquín. La flor es bastante efímera; en el centro de la meseta la primavera pasa volando, en un abrir y cerrar de ojos, y la flor de la violeta no soporta la calorina. La flor, que no que la planta, pues la violeta es una vivaz poderosa; siempre que puedan instalarse en rincones algo sombríos, sus raíces aguantarán carros y carretas, sobreviviendo sin problemas al verano y al invierno. Pero hay muchas variedades de violeta. Junto a las diminutas Viola cornuta, hirta, riviniana, etc,  hay violetas  algo más orgullosas (hasta donde pueda llegar a serlo una violeta, claro), de colores más intensos, incluso amarillas, y de olor dulcísimo (V.odorata). Las que se vendían en ramitos por la calle, imagino, al comenzar el mes de abril.  Todas ellas terminaron asilvestradas por los jardines y las cunetas, lejos de sus lugares de origen (melojares, robledales…donde florecían un nanosegundo antes de que empezara la brotación, aprovechando la luz, todavía soportable, que se filtraba en el bosque). Se hibridaron entre sí, se soltaron la melena, echaron a correr… Ahora hay clientes que me piden que las arranque, como si fueran malas hierbas, para que no acaben invadiendo sus macizos de anodinos y deprimidos rosales.
???????????????????????????????En una semana -o quizá ya, ahora mismo- el Ayuntamiento mandará sus cuadrillas de jardineros a tapizar alguno de los taludes de la M30 con «pensamientos» bicolores. Los pensamientos, Viola x wittrockiana,  son hermanos mellizos de las violetas.  Y sus híbridos (en general), mucho más grandes, como inflados por una mala digestión, sin aroma.  La foto de este escudo de Madrid es de hace dos años. Una docena de jardineros, más los vehículos, más una o dos toneladas de sustrato, más los palés con los cientos de macetitas de plástico, más los aspersores de riego. Teóricamente los pensamientos son vivaces, pero no, de eso nada. Pasado el primer año, la flor degenera. Hay que levantarlo todo y volver a empezar. Imagino que antes de la plantación habrán pulverizado herbicida, para que esos tristes pensamientos  no tengan que vérselas con las flores de verdad. Como las violetas minúsculas y risueñas, sin ir más lejos, que seguro, seguro, si se abriera la veda, empezarían a asomar por las zonas más sombrías del escudo, entre las orejas del oso, entre las raíces del madroño…

NOTAS
Viola odorata es lo que, en «La Violetera»,  Sarita le arroja en la cara, con toda la razón, a su ricacho y desconsiderado pretendiente (*la escena se ve en el vídeo de youtube original, pero he tenido que cambiarlo por este otro, tan soso, por no sé qué historia del copyright).

En el índice de Los Bosques Ibéricos (ed.Planeta, 2005) encuentro citadas hasta trece variedades autóctonas de Viola.

¡Ya!

San José 2013

abejorro en un Prunus 18-3-13Ya está aquí. Llegó ayer, día 18,  a media mañana. Unas horas de sol después de un fin de semana de frío y llovizna…y ahí estaba por fin, sin alharacas ni ruedas de prensa. Ahí estaba, inconfundible, la primavera: un zumbido in crescendo en los almendros, en los ciruelos, y las primeras mariquitas «resucitando» entre la corteza de las cepas.

(Foto: un abejorro, género Bombus No sé la especie, quizá B.hortorum, pero la pelambrera varía mucho de unos a otros…)