W. Shakespeare, Richard II, acto III, escena IV.

1.
En inglés moderno: Go, bind you up young dangling apricots…
«Anda, ve y sujeta esos jóvenes albaricoqueros que se balancean…»
Puesto que el español necesita más palabras para decir lo mismo, habría que añadir dos frases que especifiquen cómo (cómo exactamente) ha de ser la sujección: «levanta las ramas (up) y átalas (bind)». En el contexto de esta escena -una conversación entre maestro jardinero y su ayudante- hasta podríamos añadir un dativo ético: venga, sujétame esas ramas… dice el jardinero de más edad, personalmente empeñado en el asunto. To dangle -leo en el diccionario on line– significa to hung loosely. Indica que las ramas pendulean, llevadas por el viento.
Go, bind thou up yon dangling apricocks
which, like unruly children, make their sire
Stoop with opression of their prodigal weight:
give some supportance to the bending twigs.
Go thou, and like an executioner,
cut off the heads of too fast growing sprays,
that look too lofty in our commonwealth:
all must be even in our government,,,
Tal es el huerto de Langley, propiedad del duque de York. Los jóvenes albaricoqueros, privados de poda,
1. crecerían desordenadamente (like unruly children), y de hecho ya empiezan a hacerlo, despatarrándose y penduleando;
2. fructificarían de más (prodigal weigh), comprometiendo -esto no lo dice Shakespeare aquí, pero parece sugerirlo más abajo- tanto el crecimiento del propio árbol como la fructificación del año próximo (eso que se llama vecería: cuando un árbol produce mucho un año y apenas nada el siguiente).
En un frutal sin podar: si la maraña de ramas recibe suficiente luz y aire (cosa poco probable) y si la fruta llega a cuajar, o será pequeña o no madurará, o bien -en terrenos muy fértiles, con variedades vigorosas y ejemplares jóvenes: Langley- habrá tanta fruta que, además de quedarnos sin nada la próxima primavera (muy probablemente), la rama se partirá y desgarrará el tronco al caer.
Ergo: hay que podar.
2.
En esta commonwealth que es el huerto de Langley, los jóvenes frutales se podan de modo que la copa crezca equilibrada: eliminando chupones (too fast growing sprays) e igualando las ramas estructurales (all must be even ). Además, cuando la poda no ha bastado, o no ha llegado a tiempo.. hay que sostener (levantando+atando) los ramos del año cargados de fruto (give supportance to the bending twigs).
El ayudante pregunta entonces a su jefe que por qué se van a molestar ellos en cuidar el jardín cuando todo el reino de Inglaterra es en esos momentos un sindiós. Toda la tierra llena de weeds, las flores más bonitas ahogadas (choked up, por culpa de las weeds), los frutales cabeza abajo (upturned), los setos hechos un asco, los parterres revueltos y la plantación de hierbas útiles «rebullendo de orugas»:
When our sea-walled garden, the whole land,
is full of weeds, her fairest flowers choked up,
her fruit-trees all upturned, her hedges ruin’d
her knots disorder’d and her wholesome herbs
swarming with catterpillars?
El jardinero reconoce que sí, que es una pena que el rey Ricardo, por no haber sabido poner coto a los excesos de sus aduladores, ahora se vea desposeído de su trono. Y, continuando el juego de metáforas, aprovecha para explicarnos la práctica del pinzamiento (trimming) y de las incisiones/ muescas en la corteza (we do wound the bark). Técnicas complementarias de la poda propiamente dicha, destinadas a equilibrar crecimiento y producción.
... Oh, what pity is it
that he had not so trim’d and dress’d his land
as we in the garden! We at time of year
do wound the bark, the skin of our fruit trees,
lest, being over-proud in sap and blood,
with too much riches it confound itself
(*con demasiada riqueza se confunde: ¿referencia a la vecería, a ese fructificar de forma irregular, desordenada, «confusa»?)
Respecto a los pinzamientos, (sobre brotes tiernos, aún no lignificados, que cortamos/pinzamos por la mitad), con ellos se consigue ralentizar el crecimiento vegetativo en un determinado punto, impedir que se desmadren ramos que no nos interesan… que a lo mejor vamos a terminar reemplazando por otros.
Respecto a las incisiones. ¿Es una tradición salvaje, esto de andar marcando a navajazos la corteza, que el jefe de jardineros de Langley perpetúa porque sí? No exactamente: «A principios de la primavera, la traslocación de agua, nutrientes y reservas es básicamente ascendente hacia las yemas en inicio de brotación; y un corte dado sobre una de las yemas localiza la aportación de reservas hidrocarbonadas en ella, en detrimento de otras situadas por encima, con lo que su desarrollo se verá claramente reforzado,,,» (Gil-Albert, nota 1, p.66).
Detrás del trimming y del wounding, en el jardín y en cualquier lado, siempre la misma idea: no dejar que las cosas se desmanden.
3.
«Mientras tú me sujetas los ramos del albaricoquero, yo iré a arrancar esos hierbajos apestosos que se llevan la fertilidad del suelo…» . La palabra aparece repetida tres veces en la escena: weeds, weeds, noisome weeds
También se limpia por dentro el árbol, para dejar solo los ramos fructíferos ( referencia a la poda «de fructificación», sin entrar en más detalles: seleccionar lo mejor, quitar lo ya fructificado o inútil, nota 2). Pero el rey, en mal podador, en pésimo gardener, nada de eso hizo.
…superfluous branches
we lop away, that bearing boughs may live:
had he done so, himself had borne the crown,
which waste of idle hours hath quite thrown down.
4.
Jardín de albaricoqueros, espejo de príncipes.
Al Ricardo II no se le da bien reinar: llevar sus resoluciones hasta el final, respetar las posesiones de sus súbditos… Ricardo es ligero, insustancial. Presta oídos a los aduladores que medran en torno a él como los hongos al pie de un árbol débil. No se toma nada demasiado en serio (waste of idle hours). No sabe ser firme, no lo es, y por eso su primo Bolingbroke -futuro Enrique IV- se le acaba de echar encima.

La mujer del rey pasea por el jardín del Duque de York en Langley, donde se ha refugiado al estallar la guerra entre su esposo y Bolingbroke. Ella y su doncella escuchan sin ser vistas la conversación entre los jardineros: poda de formación, poda de limpieza… mezclando entre unas y otras cosas alusiones al mal gobierno. Si el rey hubiera hecho lo mismo que ellos -dice sin tapujos el viejo jardinero, dándole la razón a su ayudante- ¡cuánto mejor le habría ido a nuestro reino, este otro jardín rodeado de agua! Los parásitos del rey (weeds!) han sido ya ajusticiados por Bolingbroke. Se dice que el Rey está preso.
Pero la reina, que nada sabía aún del rumbo de la guerra, al oír estas noticias sale hecha una furia de su escondite y se encara con el jardinero/mensajero…
NOTAS
(1) F. Gil-Albert, Tratado de arboricultura frutal, MP, Madrid 2003
(2) Sin embargo, detallar cómo fructifica un frutal de hueso sería útil para visualizar el balanceo. Uno vigoroso, como este albaricoquero de Langley, lo hará sobre todo en «ramos mixtos» (yemas vegetativas y florales repartidas): de no podarse, el tramo que fructifica cada primavera se va quedando atrás, lignificándose… y el extremo pendulea con el peso de la fruta nueva, progresivamente alejada del tronco, cada año más canija. Por tanto, incluso en un albaricoquero joven/vigoroso/plantado en una buena tierra, la falta de poda tendrá consecuencias: a corto plazo, rama que se parte; a medio plazo: pérdida de calidad.
Y enlaces:
Para profundizar en este vínculo de la Gran Bretaña con el apricok: https://laramadeoro.com/2014/05/20/comen-orejones-los-anglosajones/)
La forma arcaica apricock va pegada al latín praecox, de la que procede, por ser fruta de maduración temprana. También en otro post, aún más antiguo que el de los orejones: https://laramadeoro.com/2011/09/26/en-tiempos-del-gran-rey-kanishka/