La nieve en las cepas

Jueves. El deshielo avanza. Hace 48 horas la viña era todavía un llano de espuma. Al helarse todo después de la nevada (lunes 11, madrugada del martes) en la espuma se marcaron unas ondulaciones, una especie de burbujas sólidas. Durante dos días los perros han corrido por encima de las cepas como lo hubieran hecho por una playa, saltando sobre los montículos de arena que forman las raíces de los barrones.
A las siete de la mañana de hoy viernes, sin luna, sin linterna, sin móvil, les pude sacar a pasear por el campo. Tanta luz hay aún por todas partes.

No tengo experiencia con la nieve. Sin embargo, en su día me enseñaron que lo peor no era la nieve sino el hielo; que los daños de la nieve eran sobre todo mecánicos -ramas rotas, árboles enteros vencidos por peso-, y que los efectos del hielo son distintos según cómo llegue. Que si el hielo llega de golpe no hay nada que hacer: el agua intracelular cristaliza y los tejidos se rompen; pero si va llegando poco a poco, a lo largo de varias horas (no sé si «varias madrugadas»), entonces los cristales se forman primero en los espacios intercelulares, lo que provoca un vaciamiento del agua del interior de la célula, que, así vaciada y endurecida, queda a salvo por unas horas (no sé si «por unos días»; en todo caso, aquí las temperaturas diurnas han estado toda la semana por encima de cero, aunque algún día no pasaran de 1º- 2º, máx.). La secuencia se repite en sentido inverso con el deshielo. Si es de un día para otro, la célula, sin tiempo para reabsorber el agua, morirá por deshidratación.

Ramas rotas aparte, aún es pronto para saber cómo va a quedar esto. No todas las especies resisten de la misma manera (en el jardín el destrozo está garantizado; todas las vivaces un poco tiernas habrán muerto). Ha de avanzar el deshielo, que lo hace, y a todo trapo desde ayer. Pero hay al menos dos cosas seguras. Una, que durante muchos días el ruido de las motosierras seguirá al silencio absoluto, lunar, del pasado fin de semana. Dos, que la nieve entrará en la tierra y nos hará el verano más llevadero.

Sobre las fotos. En el campo de detrás de casa, las cepas que ya están podadas corren mucho más peligro que las no podadas (*en LRO no se empieza a podar hasta mediados o finales de febrero, como pronto). Cuando el sarmiento está podado la nieve entra en el corte, se congela, se expande y el tejido se rompe. Al menos el de la primera yema, puede que de la segunda. Si se ha podado en pulgares, solo quedarán para brotar las yemas basales: poca fruta o ninguna (pero brote muy vigoroso para el 2022).

Venezia calma

El sistema de compuertas «Moisés» parece haber funcionado. https://www.ilgazzettino.it/nordest/venezia/marea_acqua_alta_ecco_le_previsioni-5501410.html. Aquí, un recordatorio de la inundación histórica del pasado noviembre + explicación del sistema Mose (tres compuertas, que se levantan cuando la marea sobrepasa los 110 cm) :https://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2019/11/14/eterna-obra-deberia-proteger-venecia-emergencia-climatica/00031573736419709503225.htm

Desde que murió la pobre Mari Luz tengo un sueño recurrente: que Venecia se hunde, se hunde ya, ahora, mientras yo escribo esto y tú lo lees… Venecia se hunde, créetelo, ¡y a nadie le importa! La gente sigue cruzando la calle en dirección a sus trabajos, los niños van al colegio, los autobuses circulan como cada día. ¡Pero señores, por el amor de Dios, que Venecia se hunde!, les grito. Y nadie me escucha. Aunque no estamos allí, Mari Luz y yo, digo, en el sueño puedo sentir físicamente el lento hundirse de la plaza de San Marcos bajo mis pies… Todos esos cuadros. Los mármoles de colores… Y así varias noches seguidas. Pero mira cómo son las cosas, Máximo. Como pensado deliberadamente para curar mi monomanía, una mañana leí en la contraportada del periódico que una compañía de hoteles de lujo había comprado los viejos vagones del Orient-Express y reiniciado sus fletes desde París-Gare de l’Est con destino a Venecia, a través del túnel del Simplon; los pasajeros que lo desearan podrían seguir hacia Zagreb y Estambul. Estábamos en octubre. ¿Qué tal si me voy enseguida a París?, me dije, ¡y pronto, ya mismo!, antes de que empiece a hacer frío. El precio era un disparate…”. (…)
Tan entretenido iba con la decoración de los vagones, el cambio de una a otra vajilla, el hermosísimo paisaje del Valais, que tú conoces tan bien, las pendientes cultivadas de los Alpes –las cuadrículas de albaricoqueros, con las hojas ya amarilleando, los huertos de alcachofas y cardos, envueltos –estos últimos– en sacos y cartones, para blanquear las pencas de aquí a Navidades; ¡pero si hasta azafrán se produce aquí!, me dicen, a un paso de los últimos glaciares– … que cuando el tren empezó a entrar en la estación de Santa Lucía ni me di cuenta de que habíamos llegado. Y sí, allí seguía todo. Todo en su sitio. Toqué con mis manos las paredes de San Marcos. La columna de la Piazzeta. Todo tan decrépito como siempre, o un poco más, si cabe. Acepté humildemente aquel sosiego, aunque fuera producto de mi propia capacidad de sugestión –lo que no le restaba eficacia: se puede vivir muy bien así, Máximo– y hasta fui capaz de hacer abstracción de “aquello”: un crucero monstruoso de veinte cubiertas que se abría paso, cual moderno Godzilla, por el Canal de la Giudecca… Desayuné y dí un pequeño paseo. Después cogí un vaporetto hasta el Lido para ir a misa de 11 en la Chiesa di Sta. Maria Elisabetta, que es lo que habría hecho mi querida esposa. Ya podía volverme a casa tranquilo… –El Sr. Andrade se saltó varias líneas y concluyó– …Y de pronto dicen los ingenieros que Venecia no se hunde. No todavía. Parece mucho más probable que se hunda antes Shanghai…”.

Perfiles de cebra, pp. 72, 76
El cuadro reproducido, una vedute de Alberto Prosdocimi (mutual-art.com)

Verano 2019 (2)

27 de julio

Después de tres años olvidado y sin florecer, ahí asomó esta mañana: Hibiscus x moscheutos, de color rojo sangre, efímero y dramático como las amapolas, pero con una corola de quince centímetros de diámetro. Viene de la costa este de los Estados Unidos, como su prima H. coccineus, De zonas pantanosas, charcas, remansos fértiles a la orilla del ¿Missisipi? Allí donde crecen también los cipreses calvos y los tulíperos de Virginia: muy, muy lejos de este jardín. Una perogrullada (locura total transitoria) que escondí con buen criterio detrás de una mata de euforbias.

30 de julio

Las golondrinas que vienen a criar cada año (hacia mediados de abril) al porche de mis vecinos. Una primera nidada salió adelante hace ya tres meses. Cinco pollos. Esta es la segunda, de cuatro pollos, todos bien criados. Los padres echaron a picotazos a los cinco primeros, para que espabilaran. Los otros cuatro salen ya al amanecer, con sus padres, y vuelven al caer el sol. Mi vecina está pendiente. Los ve llegar (los va contando) desde el frailero de la puerta de entrada. Los cuatro pollos se meten en el nido y sus padres se acomodan frente a ellos, en el farol del porche
Mi vecina lleva años con este trajín. ¡Y con lo bien que le vendría acristalar la entrada, para ganarle unos metros al salón…!

1 de agosto

En una gran plantación de pistacheros cerca de casa, acompañando a dos vecinos que vienen a recoger yemas para reinjertar con ellas sus cornicabras (las que han fallado, que no son muchas). Plantaron doscientos patrones -cornicabra, queda dicho- y el año pasado injertaron (Pistacia vera, todo comprado en un vivero en Tembleque). Convencidos de que, pasados 3 ó 4 años, los árboles se adaptarán al terreno -franco-arenoso- y al clima -sequísimo–, mis vecinos van tres tardes a la semana a regarlos, transportando garrafas de ocho litros en su furgoneta. Treinta o cuarenta garrafas por viaje, que hay que llenar, cargar y descargar. Proyectan un pequeño estanque para que se bañen los pájaros. Hileras de lavandas. Colmenas en la parte más alta….Hoy, para poder reinjertar las marras de sus pistachos, han venido a por ramas verdes a esta otra plantación, que poco o nada tiene que ver con la suya.

El propietario es muy amable. Nos lleva en su todoterreno y nos va contando. Tiene otros negocios en la zona, pero esta plantación es la niña de sus ojos. Arrancó las viejas cepas de tempranillo para ponerlo en marcha (con la uva se pierde dinero, ya estaba harto; pero para que su padre no se disgustara excesivamente, renunció a arrancar también los olivos… de momento). Variedades ‘Peter’ (los machos) y ‘Kerman’ (las hembras) Marco de 5 x 6, que hace un total de 327 pistacheros por hectárea. Los goteros funcionando a todo trapo. En regadío, con una producción de 2000 a 3000 kilos por hectárea. Pongamos 2000, para tirar por lo bajo. A 8 euros el kilo: 16.000 euros por cosecha. Tenemos 3 ha., así que 48 mil euros. Pongamos 45.000, para tirar por lo bajo…. En España, sin embargo, comemos pistachos iraníes. Los que se producen por aquí los compran los italianos «para hacer helados». Nos explica la formación de los arbolitos, que están impecables, preciosos. Nos habla de los nuevos productores manchegos (cada vez más) y de gente valiosa, como el tío de Pistachos Nazario, que pela, seca y envasa él mismo, sin mediar italiano alguno.
Y que cuándo se ara, pregunto.
– Cuando me cabreo con los obreros. Los mando a tomar por culo (sic) y me vengo para aquí a desestresarme en el tractor.
Una razón técnica como cualquier otra. Y que cómo se riega, vuelvo a preguntar. Con una balsa de 10 millones de litros que llena la lluvia. ¿La lluvia? ¿Aquí? Bueno, y un arroyo del que se bombea el agua hacia la balsa cuando no llueve. O sea… ¿desde mayo, desde abril?¿Siempre? Momento en que conviene dejar de hacer preguntas (por ejemplo: qué pasa si ese vecino de allí, y ese otro de allá, hacen a su vez sus captaciones en el arroyo, un poco antes y un poco más arriba de tu balsa). Pero no. Al fin y al cabo, pronto serán 45 mil al año, para tirar por lo bajo. Más el salario de los jornaleros, el camino bien cuidado, etc. «A cambio», nos asegura (y a me parece que es un buen hombre, sin doblez), los helicópteros pudieron venir a cargar agua el otro día, para ayudar con un incendio… Otro incendio…Otro más. Porque el bosque está agostado y arde fácil. Porque los árboles (los inservibles, que no producen 45.ooo al año) tiran la toalla y se dejan ir. Porque los pastos de las parcelas «perdidas» se churruscan y crujen, y los corzos, sedientos, se caen en las albercas. Porque los arroyos -vaya por Dios- llevan tres meses secos.

3 de agosto

¡Año de ciruelas! Botes y más botes de mermelada. Y esta tarta de la Larousse de los Postres (receta aún mejor, que sigue a la de la tarta y además rima: «ciruelas mirabel en sauternes y miel», que a lo mejor haría si tuviera ese sauternes, aunque si lo tuviera -para qué negarlo- dudo mucho que se lo fuera a echar a unas ciruelas…): en el fondo del molde, untado previamente de mantequilla, se extiende la masa quebrada; sobre ella se van colocando medias-ciruelas, con la parte cóncava hacia arriba; se espolvorea todo de azúcar, y al horno media hora.

tarta ciruelas

Se puede tomar con un oporto o un jerez o un banyul...

Espera

chaque jourNo hay nubes ni sombra de nubes. Cielo azul, sol subiendo en el horizonte. Hoy 6 de mayo llegaremos a los 30 grados. Es un poco pronto para sentarse a esperar – la palabra, el verbo más repetido en este blog- pero no se puede hacer nada. Bueno, quizá decidirse a construir esa tercera alberca de ladrillo y piedra en la que llevamos años pensando. Y renunciar (otra de esas palabras cotidianas) a la mitad de los tomates y pimientos previstos. En espera de la lluvia, lo único prudente es ir empezando a segar la hierba,  estrenar ¡por fin! la elegante, ligera, preciosa  guadaña asturiana de mi amigo Rubén…

A las truchas del malecón/no les gusta el hormigón

ribera junto al malecónNuestros corresponsales en la provincia de Lugo nos acaban de hacer llegar el texto que reproduzco a continuación. Los alisos del río  Sarria  empezarán a ser talados esta semana para proceder al encauzamiento del río (completamente inútil en este tramo, como se explica más abajo).  Las obras previas se iniciaron en vísperas de Nochebuena,  poco después de dar su bendición las autoridades. Pero explicar las cosas (¡despacio y bien!), y no digamos movilizar a la gente, es trabajoso y lento… mucho más lento, desde luego, que mandar unas palas excavadoras a destrozar la ribera del río. Se están recogiendo firmas para detener la tala de los árboles, la destrucción de los nidos de los martines pescadores, los mirlos acuáticos…Es un poco loco pedir firmas a estas alturas, pero ¿qué otra cosa se puede hacer?. Por favor, lean ustedes con atención el texto que sigue y firmen, si están de acuerdo, la petición:

«A finales de 2013 se ha iniciado la ejecución del proyecto de encauzamiento del río Sarria a su paso por la localidad del mismo nombre en la provincia de Lugo.

El plan de encauzamiento contempla una agresiva intervención sobre la configuración (movimientos de tierras) y la vegetación (tala masiva de árboles) de las riberas, islas y presas del río en la zona afectada por esta primera fase del proyecto.

El río Sarria discurre acompañado por un bosque de ribera formado principalmente por alisos (Alnus glutinosa) que, tal y como se constata en el propio proyecto (pág. 13 del Anejo 21, “Documento ambiental”) “posee gran valor ambiental”. Esta vegetación de ribera se encuadra en el hábitat prioritario 91E0 (Bosques aluviales de Alnus glutinosa y Fraxinus excelsior).  Incluso en el tramo urbano, el río Sarria conserva una vegetación arbórea autóctona considerable y en buen estado.
Pues bien, a partir del 8 de enero se iniciará la tala de 178 árboles que forman parte de ese bosque de ribera de reconocido valor ambiental y paisajístico y, a continuación, el movimiento de tierras que tendrá por resultado la modificación del cauce y la destrucción de parte de las riberas e islas.
La “Plataforma sarriana polo río”
(https://www.facebook.com/salvemosoriosarria?ref=stream)  está recogiendo firmas para apoyar una solicitud dirigida a la Confederación Hidrográfica Miño-Sil y al Ayuntamiento de Sarria a fin de que se paralicen las obras, en particular, la inminente tala masiva de los árboles de ribera, y se consideren alternativas al actual proyecto. La petición puede ser firmada en este link:

https://www.change.org/es/peticiones/confederaci%C3%B3n-hidrogr%C3%A1fica-mi%C3%B1o-sil-concello-de-sarria-unha-pr%C3%B3rroga-que-permita-a-reconsideraci%C3%B3n-do-plan-de-adecuaci%C3%B3n-de-cauce-y-ordenaci%C3%B3n-de-m%C3%A1rgenes-de-los-r%C3%ADos-sarria-y-celeiro-1a-fase

muiñoEl objetivo declarado del proyecto de encauzamiento es reducir el riesgo de inundación en la villa de Sarria. Sin embargo, ¿justifica tal objetivo una intervención tan agresiva? Desde 1890 Sarria ha sufrido una gran riada en el año 1909 y otras tres o cuatro de menor intensidad que causaron la entrada de agua en los edificios más próximos al río. ¿El reducir la frecuencia o los efectos de esas inundaciones, ya que no es posible eliminarlas, compensa el coste en términos medioambientales y paisajísticos, y también económicos, de este proyecto? La intervención proyectada sólo tendrá efectos limitados sobre la reducción del riesgo de inundaciones. Tradicionalmente el río se sale de su cauce aguas arriba y llega al pueblo atravesando los terrenos de labor o prados y vegas inundables naturales que lo bordean. En lugar de constituir una protección, la elevación artificial de la ribera del río que resultará del movimiento de tierras contemplado en el proyecto, el levantamiento de barreras adicionales, podría, por el contrario, en caso de inundaciones excepcionales, dificultar el desalojo de las aguas, agravando así los daños. La “Plataforma sarriana polo río” argumenta que cierto número de intervenciones menos agresivas, bien localizadas, probablemente con menor coste económico, contribuirían sin duda a reducir el riesgo de inundación sin necesidad de destruir la riqueza medioambiental y paisajística de las riberas e islas del río Sarria. Y no solo la vegetación y el paisaje se verán afectados por este proyecto. La destrucción de elementos del patrimonio cultural, como el llamado “Ponte de Ferro”, construido en 1890, no ha suscitado ninguna reacción de las autoridades encargadas de su protección.»

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ADDENDA, día 20 de enero:
Adjunto fotos sobre el estado actual del río y el estado futuro de llevarse a cabo el proyecto. Las superficies pintadas de verde claro en la foto 2 , y que reemplazan a las frondosas copas de los árboles actuales, se corresponden mayoritariamente con zonas de cesped. Harían falta muy buenos argumentos (¡y aquí no los vemos por ningún lado!) para acabar con un bosque de ribera maduro, con tantas décadas de vida a sus espaldas.  Más información, en la web de la «Plataforma sarriana polo río»:
2Perimetro_actuación   4Estado futuro

Los ratones bien, gracias

Febrero 2009-hoy

ratoncillo en la casillaLa parte baja de la finca es una explanada llana de más o menos media hectárea. Está en el punto más alejado del manantial y la alberca.  Enseguida, nada más llegar a LRO, decidimos que esa explanada quedaría sin cultivar.  Pero para recuperar el suelo,  destrozado por años de arado y erosión (Véase “Arar o no arar”, el primer post publicado en este blog), ya ese primer invierno, deprisa y corriendo, se sembraron varios kilos de semillas silvestres (una mezcla de meliloto, mostaza blanca, amapola, algo de festuca, etc).  Al año siguiente plantamos una docena de encinas, algunos pinos,  ocho pistacheros, y dos olivitos ‘Cornicabra’.
Bueno, la historia que quería contar hoy es la del estanque artificial que excavamos  a continuación en esta explanada, que por entonces empezamos a llamar “pradera”.  Un señor del pueblo vino con su tractor y fue abriendo el agujero del estanque. (Con la tierra que sacaba nivelamos ese mismo día el terreno frente a la casilla). Hecho el agujero, suavizamos a mano el interior, preparamos dos diferentes niveles –como dos estanterías-  y limpiamos bien todo de piedras, raíces, etc.  Y entonces compramos la lona de caucho. Caucho, dijimos, que aunque sea caro, dura muchísimo más que las lonas de polietileno que venden por ahí (y que se agrietan con el sol). En ningún centro de jardinería lo vendían, así que nos pusimos a buscar directamente al fabricante. Escribimos a la central de Firestone en Bruselas. Nos envió la dirección de un distribuidor en Madrid, el cual, en aquel momento al menos, prácticamente sólo servía a grandes agricultores (caucho para balsas agrícolas, en levante y en el sur).  Nos fuimos al polígono de Coslada donde este hombre almacenaba sus lonas.  Con mil trabajos nos preparó un enorme paquete de lona de caucho plegada, que pasaba un quintal, y lo metimos entre todos en la furgoneta. Ell capricho de la lona nos salió en 300 euros.
Y entonces empezó a llover.
Guardamos el paquete  encima de un palé, al fondo de la bodega, cubierto con una segunda lona de plástico. Pasó un mes. Yo me lié con algo del trabajo, no recuerdo lo qué. No encontrábamos el momento para ir a terminar el estanque. Pasó otro mes…
…Y por fin, una preciosa y helada mañana de finales de febrero,  nos pusimos a ello. Primero extendimos por el fondo del estanque un fieltro geotextil, para proteger el carísimo caucho de hierbas, bichos, y demás. Después  fuimos a por la lona. La sacamos al sol y empezamos a abrirla…. Y del fondo del primer pliegue salieron arrastrándose, completamente ciegos, transparentes como el celofán, una media docena de ratoncillos recién nacidos.
A la carrera, con el corazón acelerado, volvimos a plegar el caucho procurando no aplastar a aquellas mingurrias, casi extraterrestres, de puro frágiles e inmateriales, y lo recolocamos todo donde estaba, al fondo de la bodega.

Dos meses después, ya era primavera.
Volvimos a coger la lona. Volvimos a abrirla, esta vez con muchísimo más cuidado. Los ratones habían terminado de crecer y se habían ido, como calculábamos. Detrás habían dejado musgo, tierra, excrementos. Y, qué sé yo, ¿dos, tres docenas de agujeros?. La lona  parecía un colador.
Vuelta a llamar al tío de Coslada. No nos coge nadie. Vamos hasta allí, y un cartel en el portalón del garaje nos indica que se han trasladado a Humanes. Venga para Humanes.  No le contamos la razón de los agujeros, pero le exponemos  por encima, sin entrar en mucho detalle, el problema que tenemos…. Nos vende, por la módica cantidad de 90 euros, un tubo de caucho líquido con su aplicador (estilo silicona). El truco está en tapar las “fugas” de una tirada, es decir, usando todo el producto. Porque una vez abierto se seca, se endurece, y ya no hay manera de extenderlo (como los tubos de dentífrico, pero en caucho negro, pegajoso, endemoniado). Antes, con unas tijeras de pescado, hay que ir cortando retalillos por las esquinas sanas de la lona.  Retalillos para pegar en los agujeros uno a uno, que previamente hay que marcar con tiza…
En fin, de esto hace cuatro años. El estanque está bonito. Quisiera tener más tiempo para adecentar las orillas, y para empezar a poner coto a los rizomas de espadañas (Typha minima, que la otra, la grande, es incontrolable). Pero bueno, la idea original, que era crear un punto de agua, un bebedero, en el punto más alejado de la alberca, está conseguido. En otros post han ido saliendo algunos de los habitantes de este estanque. Ranas, sapos, culebrillas de agua, libélulas, notonectas… Estoy segura de que de noche bajan a beber los zorros, los jabalíes, los conejos. Todo el mundo.  ¿Y los ratones?. Los ratones bien, gracias. Creo que no se acercan mucho por esta zona. Los oigo corretear por la bodega cada vez que entro.  Anidan entre las macetas, bajo la mesa. Pero con cualquier cosa se arreglan: una caja vieja, unos sacos doblados, unas hilas que quedaron por ahí olvidadas. Y si dejo una katiuska tirada, en dos días, qué digo, en unas horas, me la llenan de almendras y musgo.
Iris bastardos+sol poniente junio

Ríos (1)

Julio 2012

¿He contado ya que en LRO coleccionamos ríos?. Los tenemos guardados en una tinaja de arcilla, detrás de la casilla. En lo más duro del verano, cuando el calor nos tiene a todos acogotados, abrimos unos segundos el pitorro de la tinaja y dejamos salir un río, el que sea, para que nos refresque un poco los ojos . Hoy ha salido disparada La Romanche, que nace en los Alpes franceses -un torrente alocado, como todos por allí- y baja dando brincos hasta Grenoble, donde ya parece otra, amansada por la llanura y (sobre todo) por las presas de EDF (Électricité de France). La he soltado un rato ahí delante (ahí arriba), y  me ha hecho recordar que todavía hay sitios donde llueve, donde nieva, donde las rocas se cubren de musgo y los manantiales no se secan.

¡Agua, San Marcos!

Puente de mayo

¡Agua, San Marcos, Rey de los Charcos! para mi olivito que está crecidito, para mi aceituna ¡que ya tengo UNA!

Por fin ha llovido un poco.  El campo está aliviado y huele a flores. Ayer quemamos los sarmientos (los restos de la poda de las viñas). Hoy plantaré las primeras cebollas. Por todas partes están en flor los jaramagos, con un mes de retraso pero ahí están. Amarillo azufre, que es el color de la flor de la mayoría de las crucíferas (ahora llamadas Brasicáceas, familia de las coles, que sí tienen algo de azufre, y por eso huelen así las coliflores cuando se cuecen). Más al norte está ya en flor la colza. Y todavía más al norte, Ródano arriba, la mostaza.

Hace tres años plantamos entre las viñas 26 olivos de la variedad arbequina. Los 26 siguen vivos, prueba definitiva de su buen carácter, porque apenas tengo tiempo para cuidarlos. Unos puñados de humus de lombriz cuando me acuerdo y dos riegos anuales (¡como mucho!) cuando el calor aprieta. Ya han empezado a producir, y eso que miden poco más de un metro. Las arbequinas son unas aceitunas canijas, redondas y negras, como canicas. De momento son tan pocas que las mezclamos en el mismo saco de las restantes aceitunas de la finca (manzanillas en su mayor parte). Hace quince días fuimos a recoger las garrafas de aceite. ¡Qué bueno es, qué espeso y qué oloroso!. Más cosas. Ya no se oye el reclamo de las perdices. Las golondrinas aparecieron hace un par de semanas. Hemos visto a los primeros alcaudones. Una oropéndola.  Y el que no descansa ni un sólo día es el cuco. A ver si un día lo grabo y lo cuelgo aquí. Canta por la mañana y al atardecer, siempre en el mismo tono,  lineal, exigente,  cansino como un disco rallado.