(Verano de 2022; + segundo verano sin huerta, 2023)
Durmiendo sobre la hierba, cubito prono, a la sombra de unos lilos y dos cipreses fastigiata. A la derecha, abierto por la mitad y sucio de café y tierra, un libro muy releído (Opus nigrum, traducción de L´oeuvre au noir: reducción alquímica al negro, caída en picado, disolución, que en inglés tradujeron por The abyss, y supongo que a M.Yourcenar le pareció bien).
Las briznas de hierba parecen iguales -el rollo de siempre- pero no, no lo son. Hay dos modelos de crecimiento que se distinguen bien, incluso con los ojos medio cerrados. Unas briznas crecen en horizontal, se van alejando resueltamente. Otras briznas se lo piensan… Estas segundas -las pensativas- son más finas, de color verde claro, y crecen muy pegadas a sus iguales, en ramillete denso, como una brocha de afeitar. Su horizontalidad es poco perceptible; las yemas, muy apretadas, se apelotonan y engordan la mata (macolla), sin alejarse mucho de su centro. Las primeras briznas -las fugitivas- son más anchas, verde mate, y, lo que aquí importa, crecen alejándose de sus hermanas, aunque unidas a ellas por un tallo rastrero semienterrado (rizoma) que va arraigando a medida que avanza. La imagen que dibuja al avanzar es la de un largo camino que se bifurca, trifurca, cuatrifurca… no la de un círculo que va ensanchándose y abriéndose. Unas y otras son gramíneas (poáceas) para cesped. Dos hierbas del montón, sembradas en este jardín por su resistencia a la sequía y al pisoteo. Crece en macollas/ramilletes la pensativa festuca (aquí, Festuca arundinacea). Crece a lo largo la fugitiva grama (Cynodon dactylon). Y en este clima semicontinental se pueden sembrar juntas porque, aunque la grama va mucho más rápido cuando el calor aprieta, la llegada del frío la obliga a echar el freno, momento en que la festuca, ya sin competencia, aprovecha para medrar (= ensanchar; a la par que hace germinar sus semillas en los alrededores)
Me doy la vuelta. Cubito supino. El tronco de los cipreses va engordando año tras año, como las macollas de festuca, pero ahí se acaba el parecido, porque el ciprés… crece más hacia arriba. Un tercer modelo a añadir a estas notas post-siesta. Los lilos… en todo caso se parecen a la grama, aunque donde ésta echa estolones aéreos (además de los rizomas), ellos solo lo hacen bajo tierra (retoños de raiz, «sierpes»). Abro ya del todo los ojos. Los lilos toleran mal este calor extremo. Todos los años por estas fechas me digo lo mismo, si no habría que ir pensando en arrancarlos…
Trasladados estos hábitos de crecimiento al mundo de las orquídeas (otra ventaja de no tener huerta este año, además de las siestas, es que se les puede prestar más atención a las plantas de dentro):
Como los cipreses crece un Phalaenopsis, que nunca se mueve de su sitio por más que tire hacia arriba..
Alejándose apenas -como las festucas, lo justo para caber todos, bien apretados-, así crecen los cymbidiums.
Alejándose con decisión -como la grama, como los lilos- así crecen (y al final se despiden, echando raíces donde se les antoje), las catleyas.
Se puede pasar uno toda la vida, seguro, siendo ciprés o Phalaenopsis. Si se quiere un crecimiento «a lo alto», que etimológica y botánicamente (aquí sí) equivale a «profundo», el requisito parece ser el sedentarismo (véanse Emily Dickinson, mi bisabuela, las agujas de las catedrales góticas…) También se puede pasar uno toda la vida rulando, rulando, como la grama y las catleyas. O haciendo como que nos vamos pero ¡quiá!, aquí seguimos… como los cimbidiums, como la festuca. Incluso se puede -prerrogativa que NO tienen las plantas- empezar de una manera y dar la vuelta, o exactamente a la inversa (opción excepcional, muy poco frecuente). Zenón Ligre -protagonista de Opus nigrum– es el ejemplo, y seguramente el prototipo, de todos los que no somos planta. Empezar como la grama, terminar como la festuca. Lo veo claro ahora, mientras me levanto y me sacudo todas esas hierbas del culo del pantalón. Tanto recorrer el mundo, tantas ciudades y tantas gentes… para, al final, volverse al punto de partida y dejarse atrapar en Brujas.
Notas
Julio 23. Salvo lo referente a las poáceas, que más o menos «funcionan» así, lo demás, todas esas correspondencias, me las he sacado de la manga (nulo y menos que nulo valor botánico)
Sobre la grama: https://wordpress.com/post/laramadeoro.com/3493