Tomate, tomato, tomata

30 de julio 2012

Este año hemos plantado tomates Carson, una variedad de tomates pintones, dentro del grupo de tomates «beef». Compramos el plantón a Mariano Escolar, en Fuenlabrada, que a su vez compra las semillas a la multinacional Enza Zaden. Enza Zaden hace años absorbió a Vitalis, una empresa de semillas «orgánicas», adjetivo que los franceses y  españoles reemplazamos por «ecológicas» (todo es lo mismo, y a veces esconde mucha tontería: por este mundillo hay que moverse con cuidado y no perder el sentido común). No tengo claro en qué consiste la elaboración de semillas bio (tercera denominación posible). Cero pesticidas, eso seguro. Pero las semillas de un tomate Carson, creación de laboratorio, por mucho que sean producidas d´ores et déjà sin tratamientos químicos , nunca podrán ser  100% naturales (ecologicas, orgánicas, bio…), como, pongamos por caso, las que guardaba mi abuela de un año para otro en sobrecitos hechos con papel de periódico. Para hacerse un banco de semillas propio, seguido del correspondiente semillero, bastaría con tener un mínimo de espacio y un mínimo de cabeza (cabeza planificadora y constante). Por hacer la prueba, además de los Carson, hemos sembrado tomates Negros de Crimea, procedentes de un sobre certificado bio (ecológico, etc) de la casa Clemente Viven. Trasplanté las pequeñas tomateras Negras cuando las Carson ya empezaban a cuajar, con la idea de que se solapasen las producciones, y poder tener tomates hasta principios de noviembre.  A ver cómo va la cosa.  Ahora los Carson están hermosos y los Negros llenándose de flores…

Un día de estos iré a un mercadillo de variedades antiguas, y entonces sí me plantearé en serio empezar a guardar yo semillas de un año para otro. De momento, tratándose de variedades manipuladas genéticamente, me parece una bobada. (No lo hago por fundamentalismo, ciertamente, pues ya digo que no tengo problema en plantarlas…. Pero es que para eso, para seguir reproduciendo esas variedades, prefiero seguir comprando las semillas al profesional que vive de eso y que controla todo el proceso bastante mejor que yo.)

Y por si todavía queda alguien sin ver este vídeo tomatero de Veterinarios sin Fronteras, ahí va el link:

18 comentarios en “Tomate, tomato, tomata

  1. «…semillas “orgánicas”, adjetivo que los franceses y españoles reemplazamos por “ecológicas” (todo es lo mismo, y a veces esconde mucha tontería: por este mundillo hay que moverse con cuidado y no perder el sentido común). »

    Sólo por esta frase me enorgullezco de llevar camino de ser tu amigo.

    Una anécdota de tomates. mi vecino Sinfo, el hortelano que algunas vez he mencionado, me vino hace dos años preocupado porque sus tomates no terminaban de madurar, seguían amarillos…»Traeme uno», de dije, «y lo miramos». Me lo trajo, le pego un bocado, le digo, «está maduro es que es así, mira», y voy a por un libro fastuosamente ilustrado de hortalizas inglés y se lo enseño, «¿Ves?, este se usa para lo que los ingleses y los hindús llaman ‘chutney’, una especie de mermelada salada».»Lla madre que le parió al de Talvera que me vendió las semillas», concluyó Sinfo

    • A ver qué te cuento,,,cuando termine de reirme con la salida del Sinfo. Mira, creo que podría tirarme horas largando sobre los mil y un majaderos que se están forrando el riñón a cuenta de la estulticia generalizada con la moda «bio». En fin, LRO está registrada como de «producción ecológica» en la Consejería de Agricultura y debe llevar un registro con todo lo que se planta y/o siembra, aclarando la procedencia de cada cosa, con los albaranes en regla, y aceptando cumplir el correspondiente Reglamento de la UE, que es de rigurosa aplicación tanto si tienes seis tomateras como si tienes seiscientas. ( Hace exactamente una semana que estuvo la inspectora por allí, y todavía tengo que enviarle algún papel que me faltaba…). Querría dedicar un post a todo esto, pero cuando me pongo a escribirlo me sale la vena sarcástica y no consigo terminar… Volveré a intentarlo. En resumen: lo que yo quisiera es que toda la agricultura, TODA, fuera menos agresiva; eliminar esa barrera entre agricultura convencional -donde todo está permitido- y la «rareza» ésa de la agricultura ecológica, en la que el control llega a veces a límites esperpénticos, y en la que el cotarro (clientela) suele dividirse en dos grupos: modernos con alto poder adquisitivo, que lo que quieren es cuidarse ellos, sin mayor preocupación medioambiental, y partidarios muchas veces de un rollo esotérico que me pone enferma (si te quieres reir un rato, busca «cultivo vibracional» en google, te pongo sólo este ejemplo porque el pájaro en cuestión lleva un negocio de venta de semillas que goza de todas las bendiciones de la administración), y, por el otro lado, los antisistema, que no quieren ni oir a hablar de los inspectores, de los certificados, etc. Si Grillo conociera a alguno de los elementos con los que me he cruzado desde que estoy metida en esto podría escribir un sainete desternillante en su blog..

      • Reflexiono sobre lo que acabo de escribir. Lo curioso es que, al margen de esos urbanitas que compran todo-todo «bio» en El Corte Inglés (pagando lo que sea y venga de donde venga el producto) y de los antisitema que viven en la luna… yo creo que sí hay un grupo de gente, bastante normal, que simplemente quiere comer bien (rico), y además hacerlo sin agredir a nadie ni a nada, y además estar sanos. Las tres cosas en una. Este grupo difuso no es el que va asociado a la marca «bio» (van los otros dos), y además no siempre tiene acceso fácil, inmediato, a buen precio, a los productos ecológicos. Es un tema largo, en el que entran cuestiones de producción local y de distribución. De costes, en definitiva. Le daré unas vueltas y escribiré un post (a ver cuándo…)

  2. El bueno de Jose Antº Marina lleva ya años peleándose con los tomates, ‘infructuosamente’.
    Dice que ya no cruza más variedades ni espera encontrar la semilla que le produzca el buen tomate de toda la vida con su aroma y sabor propio. Dice que eso se acabó, como se extinguieron para siempre otras especies

    (Luego te voy a comentar sobre miopía y miópes.).

  3. Recuerdo a una amiga, (morenaza con los ojos de córnea un pelín abultada), que padecía una miopía tremenda: 9 dioptrías negativas. Tela. Exagerando un poco se diría que al ponerse las gafas lo primero que veía eran los cristales… Verla leer daba un poco de risa: se alzaba las gafas a la frente y se arrimaba tanto el papel a los ojos que más bien parecía que los estuviera arrastrando por la página.

    Cuando al final del día se quitaba las gafas ya para dormir (luego fueron lentillas) de verdad veía poquísimo. Apenas bultos.

    Fue de las primeras en decidirse por la intervención con láser, técnica aún no muy adelantada. Mejoró sólo un poco. Decía (muy graciosa) que lo veía todo ‘pañoso’.

    A menudo hacía un ejercicio muy bueno para nuestros ojos, para la imagen que ellos nos mandan al cerebro. Sencillo y fácil de practicar en cualquier momento y lugar: mirar fijo al frente y sin mover la cabeza ni los ojos ver qué ángulo de visión tenemos en base a separar nuestros dos dedos índices lateralmente. Os sorprenderéis; tenemos una visión (no enfocada, claro) de bastante más de 180º.
    Luego empezó otros más complejos en base a ponerse el dedo índice delante de la nariz y mirar hacia arriba. Creo que era más una metáfora social… porque fue de las muy comprometidas en luchar contra el malévolo ‘techo de cristal’; y sin embrago no era, no es, de esas feministas a ultranza que viven con, de, en, por, para, tras… el feminismo batallador las 24.

    • Si hago el ejercicio de los dos dedos colocados lateralmente, acaban bailándome los ojos (¿de verdad es bueno y recomendable?); en cuanto al ejercicio del índice como metáfora social…¿no sería más efectivo con el anular y mirando al frente? (perdóname la boutade, es que me mareo un poco con estas gimnasias oculares…)

  4. Sí, sí, el mismo Jose Antonio Marina que viste y calza. Ya le había oído hablar varias veces sobre su lucha con el tomte en un programa de RNE de Pepa Bueno. Lo encontrarás también tecleando en la Red su nombre + tomates.

    (Perdona mi despiste: lo que he contado aquí sobre mi amiga miope debería haber aparecido en tu post anterior.)

    • Acabo de buscar en google pero no consigo abrir sus artículos en La Vanguardia (me dice que la página ya no está en uso). Sigo intentándolo de noche. Qué curioso, no tenía ni idea.

  5. Teclea en tu buscador José Antonio Marina Torres y te aparecerán muchísimas entradas. Lo de los tomates es verdad.

    Y tienes razón: hacer la peseta de frente y a casi todo es más sano.

  6. Uff, Marina me parece un buen divulgador para los que se privan de leer los originales (Spinoza, Shopnehauer, en fin…es como los que lees el Reverte de Alatistre en lugar d elos originales, Dumas, o Quevedo)) hay gente para todo, pero también es un pelín gilipollas, francamente, en esta como en otras cuestiones simplemente está unpoquito por delante de los burdos bacaladeros y los de corazón-corazón y dice cosas en las que descubre la pólvora. Mi vecino Sinfo ‘hace’ unos tomates que te cagas, con semillas propias aunque de vez en cuando le da por investigar y ya veis. Y su sabrs es exquisito, como su fragancia.

    Barbie: estoy de acuerdo en lo de la tontería de mucho del público consumidor de productos como los tuyos y también de los que no. La clave para mí está en dos cosas: comercio local (¿por qué si doy una conferencia en Cádiz me ponen agua embotellada y encima de Gerona?) y ‘organificar’ (¡que hoorror de palabro!) o ecologizar TODA la agricultura, porque esa agricultura industrial en manos de las multinacionales de las semillas, los pesticidas y los fertilizantes, los monsantos y su p. madre, esos sí que son nefastos, como el comercio de armas o el de personas o las multinacionales farmaceuticas ( a veces son los mismos canallas) Por cierto, ¿conoces a mi amiga Juana (alias ‘Charo’) Labrador, extremeña y en el tinglado de la etiqueta de la agricultura ecológica?

    • Tienes parte de razón, Lans. Marina es un hombre correcto, simpático y bastante puesto en muchas materias y muy didáctico; lo que ocurre es que es tan prolijo y escribe tanto, tanto, libros, artículos, conferencias, etc. etc. que acaba siendo muy repetitivo, previsible… y ocasionalmente un pelín ñoño. No es un rompedor, pero me parece un buen hombre.

      Veo que patatas de verdad y tomates estupendos ya solo van a tenerlos quienes lo cultiven por sí mismos con cuidado. Bueno, en realidad eso ya está ocurriendo con muchísimos otros productos de consumo alimenticio.

      Me quedo a cuadros viendo anuncios televisivos de MELONES en horas de máxima audiencia. Cubren ese enorme coste y aún consiguen beneficios…

      • Hasta donde conozco a este hombre, Marina (que es muy, muy poco), estoy de acuerdo con vosotros: nosotros no somos su público, Lansky, eso es todo. Pero su búsqueda del tomate perfecto tiene un aquel bastante poético (como cuando el holandés fundador de Semillas Zaden consiguió el tomate EXTASIS en un gélido invernadero de Enkhuizen…).
        Lo de los melones de Villaconejos es normal, porque son buenísimos. A mí no me extraña que la gente se pasme con ellos. Grillo: tú te vas hoy a Manilva, ¿no?, precisamente a ponerte ciego de melones. Ojo con esas gallinas que-todo-lo-cagan.¡ Que tengáis buen viaje y no os hagan trabajar demasiado en el campo!. Muchos bs.

  7. Gracias Babie.
    Ya estoy listo para salir. Estaré fuera 7 u 8 días. Divertíos.

    Creo que se anuncia ‘melones Bollo’, unos particulares; que no es lo mismo que pagar entre todos el anuncio de el plátano de Canarias o diferentes cooperativas qeue abonan a escote o según unos cáculos entre ellos. No, el tío Bollo corre él solo con todo. Imagínate el márgen que les debe quedar… y que miseria pagará a los jornaleros + etiquetado + transporte…

  8. Si te quieres tirar el rollo
    come melones el bollo

    Buen viaje ortópero y ya sabes que nosotros no seremos el público de Marina, como bien dice Barbie poniendome en mi sitio (¡so pedante, Lansky!) pero sí el tuyo, un público…entregado.

      • … a veces me doy cuenta de lo poco socializada que estoy todavía en la blogosfera, quería decir «público preferente», o algo así, y meternos a todos; pero no le dí tantas vueltas, lo escribí deprisa y corriendo. Yo leo de (casi)todo, como como de (casi)todo…pero procurando distinguir, es decir, saber lo que como/leo. No es lo mismo un señor Melón de Manilva que un mindundi Melón sin cristianar, aunque incluso éste también me quite la sed a veces. Como no es lo mismo un tomate de Sinfo, o de la Barbie (que se acopla a los labriegos del lugar sin cortarse ni mucho ni poco), que un tomate del Carrefour, o un tomate sin padre ni madre que alguien te regala y que resulta estar más que bueno. Con los libros, con los cuadros, pues lo mismo. Ya de pequeña: pasaba de Simone de Beauvoir a Las aventuras del Conejo Perico en la misma mañana, sin renunciar a un montón de lecturas inclasificables/inesperadas, que en un momento de tu vida no te dicen nada, y en otro resulta que sí (Marina incluido). Bueno. Y no, no conozco a Juana Labrador (¡qué nombre!). Llevo en esto desde hace sólo tres años. Lo suficiente, de todos modos, para saber que en Extremadura nos dan sopa con ondas a los de Madrid. Hace unos meses intentaron incluso poner en marcha con nosotros un proyecto precioso, Ecos del Tajo, que quedó en nada…(ya os contaré). ¿Quién es?. Estos días tengo poquísimo tiempo, a ver si de noche la busco en google. P.D. Perdonadme el aturullamiento. Libélulo: ni siquiera he leído aún tu post de esta mañana.

  9. Ya está. Acabo de ver en youtube la ponencia de J.Labrador en el III Congreso de Triodos. Sabe muy bien de lo que habla, y se agradece la serenidad y llaneza con que lo hace, virtudes éstas que con frecuencia se echan de menos en ambientes universitarios.

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