Trasmocho (1): ramos del año

Fresnos y sauces en invierno

fresno Herrería reduc

 A estas podas les decían «de trasmocho». O «desmoche». Se cortaban con hachuela los ramos de uno o dos años, lo más cerca posible de la inserción, y los toconcitos que iban quedando formaban con el tiempo una cabeza grande y pesada. Así los fresnos y melojos de la Herrería (post del día 15, y foto de la izquierda). Así los «vimbieiros» de las Rías Baixas (post del día 10, y fotos de abajo). Allí los ramos del año (ramones) servían para forraje, aquí para atar las vides. Y en ambos casos, y en todas partes, para tejer cestos, incluso nasas. Cuando el trasmocho se hacía por leña, entonces los turnos de poda forzosamente eran más largos (8, 10 años… lo que fuere, según la especie), y lo que se cortaba, con bastante más trabajo, ya no eran los esbeltos ramos de la última primavera, sino las gruesas ramas  que se habían ido formando a lo largo de ese tiempo…(continuará)

vimbieiras cambados reducparra-vimbio reduc

NOTAS:
En Francia, a los árboles deformados por estas podas radicales se les llama trognes. El sustantivo tiene por lo visto un segundo sentido en francés, entre peyorativo y admirativo: un trogne es la cara colorada y regordeta del que le gusta el vino… He tenido recientemente entre las manos un libro dedicado a ellos (Le Trogne: l’ arbre paysan aux mille usages, Dominique Mansion, Ed. Ouest-France, 2010). El libro es una colección de fotografías de viejos árboles trasmochos, retratados con inmenso amor y gratitud, y un almacén precioso de información sobre su cultivo y aprovechamiento.
Trognes y restos de  setos champêtres fueron/son objeto de un mimo envidiable por parte de muchas asociaciones francesas, alarmadas por la hecatombe que suponían para sus paisajes los programas de concentración parcelaria llevados al extremo y muchas -demasiadas- veces totalmente injustificados….A día de hoy lo que les trae de cabeza es el proyecto de aeropuerto del Grand-Ouest, una  enormidad incomprensible, habida cuenta de que toda esa zona lleva años conectada con París por un TGV, un tren de alta velocidad, que además se está renovando. El aeropuerto se llevaría por delante dos mil hectáreas agrícolas, cien kilómetros de setos y trognes, etc. – ¿Pasará como con nuestro aeropuerto de Ciudad Real? Ya veremos.
http://www.lemonde.fr/idees/article/2012/12/13/notre-dame-des-landes-une-resistance-qui-ne-se-laissera-pas-dicter-sa-conduite_1805511_3232.html

                

33 muchachas en busca de la mariposa blanca

Entre mayo y agosto

33 muchachas en busca de la mariposa blanca. Max Ernst, Museo Thyssen

Y por mucho que la buscan no consiguen encontrarla. Lo que no es de extrañar, a juzgar por lo que puede leerse en los manuales y webs especializadas, porque la mariposa blanca, – la Blanca del Majuelo, Aporia crataegi, una Pieridae prima hermana de la Blanquita de la col- se ve ahora mucho menos que antes. “Antes”, cuando su oruga formaba  colonias tan grandes que llegaban  a ser una plaga, y  no sólo para los majuelos, sino para el conjunto de frutales de hueso. En el resto de Europa  las colonias más septentrionales de Aporia han ido desapareciendo del mapa, tanto por el uso de pesticidas como por la destrucción de su hábitat; en Francia esta destrucción se inició en un momento muy concreto, al ponerse en marcha las políticas  de remembrement –la dichosa «concentración parcelaria»- que supuso la eliminación inmediata vía bulldozer o pala excavadora de kilómetros y kilómetros de setos de majuelo y endrino. En el Departamento de Île de France las Aporia están ahora protegidas… En las Islas Británicas se consideran extinguidas (www.ukbutterflies.co.uk). Y también disminuye su número en las islas del Mediterráneo oriental, donde las colonias, según cuentan los que tuvieron ocasión de verlas, solían ser espectaculares. En LRO no dejamos de buscarla, a la  mariposa y a la oruga, porque quedan muchos majuelos por la orilla del camino. La buscamos concienzudamente, pero de momento nada.

“Decenas de Aporias macho se reagrupan a menudo sobre los caminos húmedos, para  beber el agua cargada de sales minerales, necesaria para la maduración de su esperma…” (L´Album des insectes, Delachaux et Niestlé 1999, p.65). En otro lugar leo que los machos avivan (pasan de pupa a adulto) unos días antes que las hembras, de modo que cuando pillan  una se lanzan de inmediato, hartos de esperar. Entre ese afán reproductor (un poco desincronizado) y los hábitos gregarios de la especie, lo habitual, por lo visto, es encontrar no una mariposa blanca sino un puñado…Así que el cuadro de Max Ernst, a pesar del título, también podría representar a una sola muchacha que acaba de encontrase ¡por fin! con uno de esos amasijos de mariposas blancas, quizá machos, quizá rechupeteando las gotas de rocío al borde del camino…

Las mariposas del majuelo pierden las escamas al envejecer, lo que sucede sólo unas pocas semanas después del avivamiento. Al perder las escamas sus alas pasan de blancas a hialinas: transparentes como el cristal. Sólo por  el negro vivo de sus venas no llegan a volverse invisibles…lo que sería perfecto y un tanto surrealista, y daría para escribir un cuento, o para pintar un enorme cuadro vacío/lleno de mariposas.