Marzo 2013
-¿Quieres un leproso?
-¿Un qué…?
-Un galápago que acabo de recoger en la carretera…
Ya teníamos sospechas de que por esta zona pudo haber galápagos, leprosos (Mauremys leprosa). Sabemos, por el plano catastral más antiguo que se conserva, que justo delante de la casilla había una charca donde afloraba el agua del segundo manantial (véase el post «Aquí empieza todo»). Hace cosa de tres años Xela -la perrita blanca de las fotos- apareció con un caparazón en la boca. El caparazón se hizo añicos, literalmente, cuando lo limpiamos. Pero ERA un galápago leproso. Las otras pistas nos las dió uno de los autores de Los Bosques Ibéricos (¿quizá el libro más citado en este blog?). Lo que veíamos en LRO nos parecía una mezcla de formaciones vegetales diferentes: por un lado, encinas, enebros, jaras, cantuesos; por otro lado, melojos, madroños, majuelos, jazmín silvestre… Hubo, pues, otro paisaje, algo más húmedo, y hoy en retroceso. «Nunca dejará de correr el agua en LRO», afirman los vecinos, afirma el antiguo propietario, afirman todos los que se criaron por aquí. Pero no es verdad. Ahora se frotan la barbilla y echan la gorra para atrás cuando ven menguar el chorro en el pilón.
Bueno, Potxola. Le dije a Oscar, el vecino que la había rescatado, que en LRO ya no podíamos garantizar 12 meses ininterrumpidos de agua. La charca al pie de la alberca y el estanque artificial de la pradera se mantienen a costa de las huertas, y así seguirán. Es preferible tener menos tomates y más ranas. Pero ¿por qué condenar a la buena de Potxola a pasar penurias en LRO cuando hay tantas plazas hoteleras para galápagos en los alrededores?. Potxola (pues ya se había determinado que era una hembra) durmió esa noche en casa de Julia, otra vecina, de dos años, que mostró gran interés, me dicen, en conocerla y toquetearla. Por la mañana Óscar y el padre de Julia se llevaron a Potxola a su nueva casa, al pie de un viejo molino en ruinas, en un tramo del río Alberche. Camino del molino se pasaron por LRO, con Potxola metida en un taper de plástico . Nada más llegar, y tras las pertinentes presentaciones, la dejamos unos minutos en el arroyo para que se refrescara y mordisqueara alguna hierba. Tenía muy buen aspecto. Le hicimos unas tres o cuatro docenas de fotos, cabeza dentro, cabeza fuera, en el pilón, en el agua, en una piedra, en la mano de uno, en la mano de otro… y al fin la dejamos ir.
Foto: por ahí debajo, a la derecha del molino, corre el agua del río. Hay sauces y carrizos, remansos de lodo por las orillas, juncos, hierbas, flores, y, con suerte, hasta un guapo Potxolo escondido bajo el agua.
NOTA
¿Qué hacía Potxola en la carretera?. Podía haberse despistado. O estar escapando de una obra (una retro excavando una balsa, una desbrozadora cortando la vegetación donde ella terminaba de hibernar…). O haber sido simplemente abandonada, como un perro o un gato. En España está catalogada como «Vulnerable». Reproduzo el párrafo correspondiente del Libro Rojo de Anfibios y Reptiles (p.145): «Siendo una especie relativamente común, está en regresión en determinadas áreas, debido principalmete a la transformación del hábitat, la excesiva contaminación en zonas industriales o agrícolas, la desecación de masas de agua (Valencia), y al comercio al que ha estado soemetida, para consumo (Huelva), recolección para la tenencia o venta como mascotas (suroeste), fabricación de objetos ornamentales (Marruecos), etc. «
¿Por qué se llama leproso? ¿el nombre tiene alguna relación con el aspecto del animal?
Hola Bétula. Yo no tenía ni idea. Aquí va copiado el párrafo que lo explica en la wikipedia: «Schweigger describió esta especie en 1812, el calificativo de leproso se debe a que los primeros ejemplares que examinó eran viejos y presentaban suturas infectadas en los caparazones que hacían recordar a una suerte de lepra entre las escamas. Estas tortugas suelen tener un aspecto muy desgastado y sucio que refuerza ese nombre: suelen crecer algas sobre el caparazón y tener el caparazón y la piel desgastados, al igual que la piel. Además los ejemplares juveniles suelen tener manchas anaranjadas o rojizas en escudos y patas, que pueden recordar a ulceraciones o similares»
Hoy yo hablo de un sitio donde abundan estos animalicos…por el momento
No sabía que las tortugas se comieran en Huelva. En todo caso, su aparición asomando la cabeza entre las algas de las charcas siempre ha de ser un motivo de alegría. Es como si emergiera de las profundidades un pequeño dios. Las tortugas siempre me parecieron hombrecillos extraños, cargando siempre con su casita. Seres sabios y misteriosos.
¿Son las mismas tortuguillas que se tenían antes en casa, en deprimentes peceras de plástico que imitaban playas con una palmera raquítica? (Siendo muy optimistas, parecía un decorado de una película de Jacques Tati.) Yo tuve tres y me encantaba verlas nadar y darles de comer, pero hoy me resultaría imposible tener un animal en casa y en un espacio tan reducido. También tuvimos una tortuga más grande que andaba por la finca. No lo recuerdo bien porque fue hace más de treinta años, pero creo que vivió mucho tiempo, y un día la veíamos en un punto de la finca, durante varios días no sabíamos dónde estaba, y luego la veíamos pasar por otro lado.
Qué curiosas y algo misteriosas las tortugas…
Una sobrina mía viajó a Panamá como turista. Vio el destrozo y la masacre que se hacía con las grandes torugas marinas por su carne y el caparazón. Se instaló allí, vivía en una tienda de campaña, las protegía impedía que nativos o visitantes las esquilamara. Finalmente el Gobierno le dio un cargo oficial mal pagado pero actualmente (tiene 40 años) es muy respetada (y temida) y las tortugas vuelven a su natural estado de reproducción y bienestar.
En el amor le va mal… los novietes no aguantan esa vida tan entregada y asilvestrada…
Seres sabios y misteriosos…Algo de eso tienen, también yo lo creo. Y mucha serenidad (simple indiferencia animal, imagino). Creo que si observas a los animales con atención, al final te contagian esa forma tan apacible de aceptar el curso de las cosas.. Por eso yo no puedo vivir sin perros. Estaría atacada de los nervios todo el día.
Antonio, yo no sé nada de esas tortuguitas tropicales que venden en los acuarios. Me dan bastante lástima, desde luego, como todos los bichos alejados del ecosistema en el que tienen su sitio. Esas más grandotas de jardín, como la que tú tenías, sí podía ser el galápago leproso, o el europeo, bastante parecido. Pero, por lo que sé, que es muy poco, la tortuga más frecuente (que no es lo mismo que un galápago, de hecho) es la dichosa «tortuga de orejas rojas» californiana. La gente las compra por diversión y luego, hala, al estanque del Jardín Tropical de la estación de Atocha, que está saturado de tortugas abandonadas (POR CIERTO: se pueden adoptar; basta con subir a las oficinas del primer piso y preguntar por el encargado de mantenimiento).
Grillo, ¡ves!. ¡Ese es el tipo de noticias que me hacen saltar de alegría!. Con los años me he ido convenciendo de que, por importantes que sean las políticas, ideologías y demás (que lo son), las cosas sólo funcionan realmente, pero de verdad de la buena, cuando una persona SE EMPEÑA. Una sola persona, que lo vea claro y arrastre o contagie a otras. Tu sobrina es un sol. Ya la quiero muchísimo. Y a sus novios, si no saben apreciarla, que les den. Un día u otro acabará apareciendo el bueno.
Gracias Barbie, hermosa.
Yo estoy tres fiere de mi sobrina, que además es mi ahijada. Pero….
… mecahis, todo hay que decirlo: lo de los novios no me extraña. La chica se asilvestró, le ha salido bigote como a un tío, no se afeita las patas ni el sobaco y tiene una musculatura de gañán.
No sólo veo meritorio lo que hace allí, sino que como hija de una suiza, tiene ese pasaporte, estudió bancaria, toca(ba) la guitarra española clásica divinamente, habla fuídos 5 idiomas y no cesan de invitarla a volver y ganar un pastón en Ginebra. Pero ella es fiel a su ideal.
Sí, faltan personas así.
Antonio:
Trachemys scripta elegans, Trachemys scripta scripta, Trachemys scripta troosti, Trachemys emolli, Pseudemys nelsoni, Pseudemys concinna, Graptemys pseudogeographica, …
Todas esas son tortugas de agua americanas que se venden en acuarios, todas son abandonadas cuando crecen y se reproducen sin tasa, por ejemplo, en el jardín tropical de la estación de Atocha en Madrid, donde están todas las que menciono arriba, algunas como las de Florida pueden alcanzar gran tamaño y ser relativamente peligrosas si se la smanipula por sus mordicos, pero de chiquititas son las de los acuarios con islitas y palmeritas. Ten en cuenta que los reptiles, a la inversa que mamíferos o aves, no tienen un periodo de crecimiento hasta la adultez, sino que crecen toda su vida, y esta puede ser muy larga
La distinción entre galápago y tortuga en castellano y teniendo en cuenta que son nombres comunes no científicos o latinos y por tanto no unívocos, es simplemente sin cola y terrestres para las tortugas (amén de las grandes marinas) y con cola y anfibias, galápagos
Pero tengo entendido que, si bien los galápagos tienen una dependencia mayor del agua, todas las «tortugas» la necesitan en algún momento, ¿es correcto?. ¿Un poco como los sapos?
Hay grados, la tortuga terrestre de las islas galápagos, -precisamente esas no serían galápagos-, prácticamente nada, las tortugas de jardín nuestras tampoco, en cambio nuestras dos especie de galápagos se las suelen encontrar dentro del agua, en ríos con poca corriente o cerca de sus orillas, charcas, etc. No es como los sapos, los sapos ponen huevos en el agua y en su fase larvaria de renacuajos necesitan el agua, la tortuga pone un huevo anniota que ya no necesita estar en medio líquido (lo lleva
incorporado) ni de hecho lo está.