Consultorio (3)

TODOS LOS PERSONAJES Y SITUACIONES SON INVENTADOS. CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA.

Imperio Austrohúngaro, primavera 2099

sisi

Estimada Barbie Jardinera:

Soy Si-sí de Lucushofen, Regidora electa de Oribistach, pequeño pueblo de la Alta Austria que atraviesa el Camino de Santiago (un ramal alternativo, procedente de los Cárpatos), y del que se está hablando mucho estos días a raiz de cierto conflicto -que ahora te cuento- con una parte de sus vecinos.

Si de algo soy yo culpable, Barbie, es de querer un pueblo más moderno y elegante. ¿Qué imagen queremos dar al mundo desde este rincón del Imperio, me preguntaba a mí misma sin descanso durante la campaña electoral?. Al poco de ser elegida por 19ª legislatura consecutiva, una de mis primeras medidas fue convocar a los concejales de mi think tank para debatir este asunto. Y en esas estábamos, una aburrida tarde de invierno de 2096, repantingados y medio adormilados en el *Rathaus, en zapatillas algunos, mondando castañas asadas otros, discurriendo sesudamente con qué look entraría este pueblo en el siglo XXII… cuando un timbrazo en la puerta de abajo nos hizo dar un salto y desperezarnos. Era mi amigo No-nó, Presidente de la Confederación Hidrográfica del Danubio.

Lo que viene ahora, Barbie, ya lo sabrás por la prensa. Abreviando, que a No-nó le sobraban unos cuartos, mejor dicho, no le llegaban los cuartos que tenía para llevar a cabo cierta obra en el curso alto del Danubio –que impidiera las inundaciones en el curso bajo- y, por no devolvérselos (los cuartos) al que se los había prestado- alguien muy, muy distraido, por lo que dedujimos-, venía a ofrecérnoslos a nosotros para que embelleciéramos con ellos Oribistach, en particular la  Promenade junto al río (*an der schönen blauen Donau). Nos recordó que esa oferta ya se la había hecho a nuestros antecesores en el Rathaus, que también habían aplaudido la idea, pero que ahora el dinero estaba ya en la bolsa, contante y sonante, y nos tocaba a nosotros iniciar el proyecto. Que qué decíamos. ¿Y qué ibamos a decir?.

Nuestro think tank, con el apoyo de No-nó, diseñó entonces un ambicioso programa de intervenciones, con el objetivo de promover cambios de gran calado en sectores estratégicos del pueblo. Un completo Plan Renove que se llevaría a la práctica por fases. Para ejecutar el proyecto se contrató a la Empresa de Ya-yá. Estas son algunas de las medidas que preveía el plan:

Promoción del sushi de trucha del río Danubio. Instalación de la wii en las tabernas de la Promenade, como alternativa al dominó y la brisca. Tala de los alisos y chopos del río (Danubio) y sustitución por olivos centenarios, incluso milenarios (véase infografía de No-nó, aquí abajo). olivos centenarios, incluso milenariosDemolición de los puentes de pizarra y/o granito, y sustitución por pasarelas galacticas austrohúngaras. Prohibición de sacar a pasear canes de palleiro, o bien sustitución (a cargo del plan Renove) por Bracos Húngaros, ….y muchas más cosas, Barbie, todas en esta línea vanguardista. Financiaríamos un trenecito de colores que subiera y bajara por la Promenade an der schönen blauen Donau, y también reduciríamos a la mitad los bancos públicos, con el objetivo de que mis electores de la Tercera Edad se vieran obligados a caminar más, o incluso a apuntarse a los talleres de pilates (también en el programa). La otra mitad de los bancos se retiraría, siendo reemplazados ipso facto por unas modernas planchas de metacrilato, sin respaldo ni nada.

Ya en los preliminares del plan Renove hubo señales de que las cosas podrían torcerse. Algunos paisanos (pocos) se negaron a quitarse la boina de lana y sustituirla por una gorra de béisbol puesta del revés . Uno de los empleados de Ya-yá  lo intentó personalmente –acercándoseles por detrás- , pero ellos se resistieron como gatos panza arriba.

modelo antiguoplan renove

El verdadero problema surgió cuando unos que se creen intelectuales, organizados en una especie de Contubernio por el Danubio, empezaron a decir por ahí que todo esto era despilfarrar el dinero. ¡Despilfarrar el dinero!. ¿Te parece que es despilfarrar el dinero, Barbie, encargar a Budapest cuarenta camadas de bracos húngaros?. ¿Es despilfarrar el dinero encargar a París el diseño de una pasarela galáctica (foto aquí abajo)?. ¿Fomentar el uso de la wii entre los electores mayores de 65, los que más tiempo pierden de tasca en tasca?. ¿Comprar un trenecito?. ¿Hacer picadillo unos alisos zarapastrosos e invertir en olivos centenarios, incluso milenarios?.plataforma plan renove

Los del Contubernio empezaron con la matraca de que había que dejar los alisos en su sitio. Un grupo de activistas, particularmente radicales y violentos, bajaron al río (Danubio) y se encadenaron a los árboles. Y aunque Ya-ya no es precisamente de los que se andan con chiquitas, hubo que parar.
Los de la Confederación Hidrográfica se encogieron de hombros. Una telefonista me informó de que No-nó estaba en un crucero por los fiordos noruegos, fuera de cobertura. Llámé entonces directamente a la Cancillería Imperial en Viena, para pedir instrucciones, pero el teléfono comunicaba sin parar. Hordas radicales del Contubernio se citaron bajo los balcones del Rathaus tocando la gaita y la pandereta, para pedir la paralización del plan Renove. Y así es como, por primera y única vez en mi vida, contraviniendo mi inclinación natural a decir sí-sí…me ví obligada a salir a la ventana…y decir
solemnemente
¡NO!
A lo que ellos respondieron, sin dejar de cantar y bailar, que se iban al juzgado.

Por si todo esto fuera poco, algunos contratiempos han hecho las cosas todavía más difíciles. No pares-no pares, uno de los obreros de la empresa de Ya-ya, se cargó con la pala excavadora un nogal de la Promenade an der schönen blauen Donau. Un segundo obrero, Venga-venga, dejó caer al río una lona llena de cemento. Un tercero, Dale-dale, le dió sin querer a una tubería de saneamiento, que se rompió, y lo que había dentro se estuvo vertiendo al río durante días. Un cuarto, Chss-chsss , intentó taponar el vertido con lo primero que pilló, pero el tapón cedió y todo volvió al río (Danubio)….

Desde aquel día, Barbie, desde aquel NO contra-natura, mi vida es un infierno. Han pasado cuatro meses, me están dando hasta en el carné de identidad, y no está nada claro que se pueda seguir con el plan Renove. La propaganda del Contubernio es eficaz. Todos se calan la boina al verme pasar, en un acto de clara provocación. El cursillo de sushi-sashimi de trucha ha sido cancelado; la delegación de Fukujama venida hasta aquí para impartirlo, aburrida de esperar que se apuntara alguien, se ha ido a Compostela a besarle los pies al Apostol. Los bracos se me están enredando con los palleiros, a ver qué sale de ahí. Los viejos , como ya no tienen bancos, van cada mañana a sentarse a unas piedras junto al río (Danubio), y desde allí se dedican a hacer escarnio de los obreros…Obreros que, cansados de andar hueveando entre las máquinas paradas, se han ido a jugar a la wii a la taberna.

¿Qué debo hacer con los árboles y puentes , Barbie?.
¿Me habré equivocado?

Vuelvo a llamar a la Cancillería Imperial, a ver si me cogen ahora. La secretaria de No-nó me dice que sigue en los fiordos, que anda buscando un mechero que se le cayó al agua.
Entretanto, queridísima Barbie, espero atribulada tus consejos

Firmado:
Si-sí de Lucushofen

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Estimada Si-sí de Lucushofen:

Entiendo tu situación, que es delicada, pero no debes desalentarte. Sé de muy buena tinta que los rapaces del Contubernio no tienen nada contra ti. Sólo quieren salvar esos árboles y esos puentes, y lo quieren tan desesperadamente que –me temo- no van parar de tocar la gaita, la flauta, la pandereta y la zambomba, hasta que lo consigan. Tener dudas dice mucho de ti, querida Si-sí. Te aconsejo calurosamente que des ese paso que estás deseando dar. Tus electores te entenderán, y los otros sabrán reconocer tu gesto.an der schönen blauen Donau
Piensa que esos alisos están protegiendo las orillas del río (Danubio), y que talarlos sería una locura. He visto los planos de las nuevas plantaciones y, puesto que me escribes pidiendo consejo, el mío es que renunciéis ya mismo al plan Renove. Ni el césped ni los mixed-borders, ni un puñado de arbolillos flacos traídos del vivero, ni mucho menos los olivos de la infografía (debe de ser un error, o un corta-pega atolondrado de otro proyecto de No-nó, ¿quizá para la Circunscripción de Jaénhofen…?), podrán reemplazar jamás a los alisos de vuestra hermosa Promenade an der schönen blauen Donau.
En cuanto a los puentes de pizarra, siempre los he encontrado muy “vintage”. Infórmate de esto, Sisí, porque empieza a ponerse de moda. No vaya a ser que tiréis el puente…¡y después tengáis que reconstruirlo!.
Mi consejo es que recuperes tu verdadero ser, Si-sí querida: dile ¡sí! a esos alisos, e móllate polo río.
Ya verás qué bien te sientes después.

Tuya afectísima
Barbie Jardinera

*Glosario austrohúngaro: Rathaus: ayuntamiento. Promenade an der schönen blauen Donau: paseo por la orilla del bonito Danubio azul

Consultorio (2)

FumigatorEstimada señora Barbie Jardinera:
Tengo un problema con los geranios que se ha ido convirtiendo en pesadilla y que, desde hace unos días, amenaza la estabilidad de mi matrimonio e incluso la vida de mi mujer.

Todo empezó esta pasada primavera. Era domingo. Como todos los domingos, me había levantado tempranito para afilar mi hacha de monte, el set de cuchillos carniceros, las sierras, serruchos y serrotes, y las cuatro motosierras. Es lo que yo digo: uno nunca sabe en qué momento va a tener necesidad de estas herramientas, así que más vale tenerlas siempre a punto.  Guardo mis cosas en una cabaña de jardín, de esas de resina rígida que venden en el centro comercial.  El jardín es un rectángulo de baldosas, terminado en un semicírculo con tejadillo, que es donde hemos instalado la barbacoa. El abeto lo talamos hace años,  hartos de los gorriones que se metían entre las ramas.  No  era sólo el ruido  que metían. Lo que me ponía malo era que hicieran sus necesidades en el parabrisas del coche y en las baldosas del jardín.  Con la palmera de China y el macizo de chumberas que crecen en la parte de atrás tenemos más que suficiente. Delante de las chumberas he puesto el columpio de mi nieto, para que no estorbe al fregar las baldosas. A veces se pincha un poco las piernas, como es lógico, pero es lo que yo le digo: hijo, tendrás que hacerte un hombre. Por poner alguna planta en el jardín de delante mi mujer insistió en comprar unas macetas y colocarlas en los peldaños de la escalera de entrada. Bueno, le dije. Un peldaño sí y otro no. Para no exagerar. Fuimos al centro comercial y las compramos. Y plantamos unos geranios rojos, muy sencillos.  Los primeros días todo fue bien. Mi mujer regaba los geranios, los geranios crecían, y yo los miraba complacido desde el ventanuco de la cabaña, mientras le pasaba una gamuza a mi katana japonesa….
No habían pasado ni dos semanas cuando empezaron los problemas.  Era domingo, como ya he dicho, y yo andaba ya ocupado con el afilado de la primera motosierra. En eso me llama mi mujer para que vaya a ver un bichito que acaba de localizar en un geranio.  Cogí un cuchillo de caza, por si las moscas, y salí a ver qué pasaba.  Nunca había visto nada igual . Nunca en MI jardín. Era pequeño, verde, repugnante. Era un pulgón.  Esa misma tarde lo rocié con un producto que me vendió el de la tienda de piensos del pueblo (Arturo).  Repetí la rociada cada pocos días y al principio la cosa resultó.  Pero a mediados de mes aparecieron nuevos pulgones, más grandes y más gordos. Volví a lo de Arturo. Y le dije, le digo, “necesito algo más potente”.  Me vendió  un frasco de cristal lleno de cruces negras,  con la recomendación de que  no lo dejara cerca del columpio, y unas horas después de pulverizar  las macetas por allí no quedaba ni la sombra de un pulgón. Entonces mi mujer me hizo ver que tampoco los geranios tenían muy buena cara. Normal, le digo. Pero mañana verás que bien.  Y en efecto, al día siguiente los geranios habían mejorado un poco.  No era ése, sin embargo, el final de la historia. Muertos los pulgones, pronto empezaron a aparecer docenas, cientos, miles, millones, trillones de arañitas rojas…Voy corriendo a lo de Arturo. Lo que yo te diga: dame algo que mate a todos los bichos, no sólo a los pulgones.  ¡Y rapidito!. Me vine con una mochila de 16 litros, un mono de trabajo plastificado, y una escafandra. Rocié todo, escaleras y fachada de la casa incluidas. Las arañas desaparecieron. Los geranios también. Pero es lo que yo digo: se compran otros y listo, porque sólo valen dos euros con cincuenta cada maceta y porque lo que es a las arañas y a los pulgones no les han quedado ganas de volver. Mi mujer, que por entonces empezó con una tosecilla perruna que no termina de curársele, fue al centro comercial y se vino con los nuevos geranios.  Y yo, tranquilo, empecé por fin a ordenar mi cajas de munición, que bastante tiempo había perdido ya con la tontuna de los geranios. Poco duró la paz. A la semana los geranios estaban negruzcos, huecos, y una oruga gris, fea como un demonio, asomaba la  cabeza (o el culo, no sé) por uno de los tallos.   Arturo me sacó entonces un catálogo de productos “fitosanitarios” y juntos miramos qué podía encargarse.  Hicimos un pedido a Chicago. Los tres sobrecitos  (que aquí están prohibidos) valieron ciento cuarenta dólares cada uno.  Volví a ponerme la escafandra y rocié todo,  todo, hasta las juntas de las baldosas. Las orugas desaparecieron. … Calma. Consigo terminar de limpiar el arpón ballenero, la colección de dagas indonesias…  ¿Victoria?.  Qué va. Dos días después mi mujer me viene a buscar a la cabaña, golpea en el cristal con los nudillos y me dice, entre toses,  que acaba de ver un pulgón en una maceta.

Estimada señora Barbie. A mi mujer le han diagnosticado una bronquitis de pronóstico reservado. Escribo esta carta desde la sala de espera del hospital. Los geranios han muerto. Mi nieto tiene prohibido venir a vernos. Los pulgones corretean alegremente por las escaleras y empiezan a acercarse a la cabaña. ¿Qué hago?. ¿Le prendo fuego a todo?. Tengo un lanzallamas ruso que compré por internet y que podría valernos.

Suyo afectísimo.
Firmado: Fumigator.

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Respuesta:

Estimado Fumigator:

No hay que perder los nervios. Si la carrera de armamentos  consiguió acabar con la antigua Unión Soviética,  qué no hará contigo, que sólo dispones de un pequeño arsenal de jardín.  Sucede que el uso repetido de ciertos insecticidas  favorece la aparición de “cepas resistentes”, o sea, individuos a los que ya no hace efecto el tal producto. Por otra parte, esos mismos productos acaban provocando un problema serio de arañas rojas, que se cuelan de rondón…. Lo de las orugas es otra cosa. Son unas polillas venidas de Africa, difíciles de combatir. Tú has llegado quizá a un punto de no retorno.  Un producto lleva a otro, que a su vez lleva a otro, y a otro, y a otro,  en una espiral rabiosa que no acaba nunca. Veamos

–       Si decides tirar para delante,  prueba con una pequeña bomba atómica de fabricación casera. Arturo el de los piensos podrá echarte una mano, seguro. Para la información técnica, el uranio y la piecería, puedes mandar un mail amistoso a la embajada de Corea del Norte-, o mejor,  consultar esa web donde compraste el lanzallamas.
–       Si decides rebobinar y empezar de cero, prueba con un buen chorro de agua a presión al atardecer.  Es una opción, en cualquier caso, mucho más barata que la anterior.  No tendrá efectos secundarios en el aparato respiratorio de tu mujer (salvo si se asoma en ese momento a la ventana). Tampoco te creará problemas con la CIA en caso de que investiguen tu correo electrónico. Enchufas la manguera y empapas bien las plantas donde haya pulgón.  Respecto a los tallos perforados por la polilla, ten buen cuidado en ese centro comercial que frecuentáis: inspecciona  las plantas antes de llevarlas a casa, y corta enseguida –y tira a la basura- los tallos afectados.

Con mis mejores deseos para ti, tu mujer, y tu nieto.

Firmado: Barbie Jardinera.

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NOTA
El dibujo de «Fumigator» procede de un folleto del Jardín Botánico de Montreal.

Consultorio (1)

Hace una semana

arña gigante MontreuxQuerida Barbie Jardinera:
Tengo un pequeño jardín en una pequeña urbanización de una pequeña ciudad del norte. En el jardín no hay apenas sitio para nada, pues un enorme castaño de indias crece en medio y medio, dándonos sombra en verano y muchas hojas para barrer en otoño. Algunos vecinos nos dicen que por qué no lo talamos. Que ensucia mucho, estorba al autobús, y tal y cual. Pero mi marido y yo queremos conservarlo a toda costa.  Mide más de quince metros de alto. Cuando está en flor hay gente que se para en la acera a hacerle fotos, de tan bonito que se pone. Todos los años le hacíamos una poda de limpieza, muy suave, y arremetíamos la copa para que el señor del autobús no protestara al pasar. Ahora el árbol está tan alto que  ya no hay manera de podar nada. No se vé el final de la copa,  que se ha ido cerrando, ni se sabe muy bien lo que pasa ahí dentro.  Bien, la razón por la que te escribo, querida Barbie, es que hace cosa de una semana, mientras esparcía amorosamente una carretilla de mantillo al pie del castaño, escuché un frufrú muy raro que salía de lo alto. Levanté la cabeza y  me encontré de frente con  ESTO. Pegué un grito, solté el rastrillo y me metí en casa a la carrera. Pero  el bicho debió de asustarse también, pues al cerrar la puerta me dió tiempo a verle desaparecer entre el ramaje.  Una compañera con la que voy a hacer pilates todos los viernes me ha recomendado aceite de neem. He hecho la prueba, he pulverizado neem por las ramas bajas y desde la ventana, pero nada: el monstruo peludo se esconde en la copa durante el día y asoma el hocico y las patas al caer la noche. Salta la tapia, se da unas vueltas por la urbanización, y regresa. Como un gato, lo mismo, pero en araña gigante. Mi marido ha intentado atraerla con un reguero de cabecitas de gambas, en línea recta a la alcantarilla, abierta de par en par. Nada. Es muy lista. Se come las cabezas de gambas hasta el bordillo de la acera y después se vuelve al castaño,  relamiéndose y haciendo frufrú. La verdad es que con el paso de los días me he  ido acostumbrando a ella y hasta me he animado a hacerle esta foto, que es de ayer a eso de las nueve, antes de entrar a cenar (souflé de espárragos trigueros). Pero temo por nuestro castaño de indias.  Querida Barbie, ¿no estará destrozando el arañón las yemas del árbol?, ¿no estará estropeando la corteza con esas uñas afiladas? Y además, ¿no acabará atacándonos a mi marido y a mí cuando coja confianzas…? Te escribo desesperada.  ¿Qué hemos de hacer?.
Firmado: Amapola del Camino

Respuesta.

Estimada Amapola del Camino:
Primero de nada, tranquilízate.  Todas las arañas son carnívoras, en efecto, así que vuestro castaño de indias no sufrirá por su presencia. En todo caso, lo mantendrá limpio de otros bichos, seguramente más molestos para vosotros (avispas, mosquitos). Por otra parte, he consultado en mi base de datos y te puedo asegurar que no hay ningún caso registrado de seres humanos devorados por arañas en Europa occidental. Nada que temer por ese lado.
En segundo lugar, los tratamientos biológicos, como el neem que te recomendó tu amiga, o las infusiones de ajo, el agua jabonosa, etc (hay una larga lista) sólo son realmente  eficaces  en las fases larvarias del insecto/arácnido, o bien como repelentes, pero no como curativos.  No como insecti-cidas/aracni-cidas. Osea, que podías haber eliminado el huevo o la araña-bebé, si la hubieras pillado a tiempo, o, mejor aún, haber evitado su llegada, pero difícilmente puedes hacerle nada con esos tratamientos a la araña adulta. Y mucho menos cuando ya está tan hermosa y bien criada,  con un peso, según mis cálculos, de entre treinta y cinco y cuarenta kilos. Hemos llegado tarde. Las opciones ahora se reducen a dos, y ya te adelanto, querida Amapola, que personalmente me inclino por la primera, pues los arácnidos -salvo casos de infestaciones agudas, como las arañas rojas en las judías, por ejemplo- han de ser siempre bienvenidos en el jardín:
Opción A. O bien adoptas al arañón como animal de compañía (tú misma dices que ya no corres a esconderte cuando aparece, señal de que le estás cogiendo cariño, quizá sin tú saberlo),  o bien, opción B, te planteas seriamente eliminarlo. En este caso, te repito, no valen aceites ni infusiones ni salmodias…  Habrá que recurrir a las armas de fuego: un fusil de caza mayor.  Como imagino que ni tú ni tu marido sabéis mucho de estas cosas (pues os dedicáis a actividades más pacíficas, como recoger espárragos trigueros o contemplar la floración del castaño)  aquí te adjunto estos dos links, en los que encontraréis mucha información cinegética y buenos contactos:

http://www.nraespanol.org (Asociación Nacional del Rifle)
http://www.casareal.es

Un saludo afectuoso.
Firmado:  Barbie Jardinera.

P.D. No olvides, por último, que incluso el neem, por muy natural y biodegradable que sea, es también un producto no-selectivo. Si abusas de él, o si lo echas a tontas y a locas, sin apuntar bien a la diana, acabarás eliminando o ahuyentando a un montón de insectos fabulosos…
P.D2. Intenta mantener la copa del castaño un poco más aireada. Hay empresas especializadas en ese tipo de podas. Son bastante caras, sí, pero hacen bien su trabajo y sólo hace falta  llamarlas de Pascuas en Ramos. Y así te llevarás menos sustos.