Hace tres semanas. Sembradas en fibra de coco, a dos centímetros de profundidad (la uña del dedo y hasta la falange, más/menos). Riego por pulverización. Bien tapadas. La humedad y el calor ablandarán el tegumento de la semilla, y el embrión, al desperezarse, lo partirá. Se airean todos los días, pero sin pasarse (que no se enfríe ni seque el sustrato). Cuando el tallo ha crecido un palmo, o casi, y se han formado ya dos o tres hojas verdaderas (las dos primeras eran aún los cotiledones, hojas embrionarias) hay que ir pensando en plantar fuera, o bien en repicar las plántulas en un sustrato más rico en nutrientes (la fibra solo tiene eso: fibra). Pero si las noches son aún frescas, que lo son, o podrían serlo, los semilleros se pueden dejar algunos días más tapados. Las hojas están transpirando y fotosintetizando. La «tapadera», entonces, ha de ser transparente y tener chimenea (última foto: garrafa), para que no se condense la humedad y se nos pudra todo. Riego diario, muy suave.
N.B. Calabazas y calabacines se pueden sembrar en el exterior desde ahora, pasado el riesgo de heladas serias. Cuando la plántula asome de la tierra -que es cuando el frío podría acabar con ella, no antes- el relativo riesgo nocturno de esta época del año ya habrá pasado del todo. El interés de sembrar dentro, en casa y con tapadera, era -además de entretenerse durante la cuarentena- el de adelantar dos semanas la germinación. ¿Vale la pena? En zonas donde el verano entra pronto, como aquí, y sin apenas transición del frío (muy moderado) al calor (intenso), no estoy muy segura… porque las semillas que se pondrán fuera -mañana mismo- crecerán tan rápido y tan fuertes que enseguida igualarán, y aún adelantarán, a las criadas al calor de la cocina, los plásticos y las garrafas recortadas..
2. Madroños de Gema
(https://laramadeoro.com/2020/02/11/futuros-madronos/)
Hay unos doce fuera de peligro. Con «hojas verdaderas» y buen aspecto. Crecen despacio, pero crecen. Seguirán donde están hasta el otoño (por lo menos) y después aún tendrán que pasar a una maceta.
3. Tomates de Miguel Manduca
O planta ya, o empiezan a pudrírsele las plántulas, que en este momento más parecen lechugas que tomateras. Han llegado justo justo al final de la cuarentena. Como aún no tiene 70 años Miguel podrá subir a la huerta entre las 8 y las 10h, pero a su colega Severo -que pasa mucho de esa edad- solo le dejarán de 10 a 12 (lleva encerrado las siete semanas, afilando y volviendo a afilar los mismos cuchillos y tijeras en el patio de su casa). Podrán saludarse cuando se crucen; uno de subida, el otro de bajada… Wasah o su hermano, no sé bien, le ha pasado ya la mulilla a la huerta, estercolada a fondo con la basura del rebaño (basura que Miguel lleva a la huerta en Navidad, para que hoy, justamente, esté lista para recibir las plántulas de tomatera)