De rama en rama

Julio 2012

 

Para poder cargar con la familia Tarzán al completo la rama en la que todos ellos se sientan ha de cumplir, según los manuales técnicos al uso (1), las siguientes características:

 

  1. Ha de tener un diámetro no inferior a un tercio del diámetro del tronco (o de la rama de orden inmediatamente anterior en la que va inserta)
  2. Ha de tener un ángulo de 45-60º. Si más, la rama se parte. Si menos, aplastan a la mona Chita.
  3. Ha de estar suficientemente separada de la siguiente, que además no crecerá exactamente encima (la de la familia Tarzán no habría podido desarrollarse tanto, pues la rama vecina la habría sombreado, achicándola, y no habría sitio para Jane).

Para conseguir todo esto basta con ir formando el árbol de rama en rama desde los primeros años, en cuanto el tallo haya crecido hasta una altura suficiente para que podamos escoger la primera (pongamos a unos dos metros del suelo, según la especie arbórea y lo que queramos hacer con el árbol: ¿colocar una mesa debajo, aparcar el coche o el elefante?, ¿nada?). La propia naturaleza haría el trabajo por nosotros si nos estamos quietos (morirán las ramas bajas y el árbol se irá estirando). Pero si queremos adelantarnos, porque a la familia Tarzán le corre prisa,  y ajustar la altura y forma  general de la copa a esa función descrita, entonces podemos ir haciendo la selección de ramas  nosotros, dejándolas -eso siempre-  bien separadas y bien orientadas.  Lo suyo es que que el árbol siga creciendo hacia arriba y mantenga su porte natural.  Si quisiéramos –pero  NO queremos- formarlo artificialmente, como un “vaso” de tres o cuatro ramas, entonces hay que proceder a cortar el tallo/tronco,  dejando por debajo las 3 ó 4 ramas estructurales elegidas.  No queremos, decía, porque eso se hace cuando el árbol es demasiado grande para el espacio que ha de ocupar (una acera de Madrid, por ejemplo) o cuando se trata de árboles frutales ( para que la mano llegue a la fruta).
En fin, después se continúa eligiendo las siguientes ramas, que a su vez van insertas en estas principales…La película acaba bien –incluso con los árboles en vaso- si la formación prosigue ordenadamente. La película acaba mal si aparece por la selva un funcionario municipal indocumentado, que procede a terciar o desmochar el árbol con su motosierra (terciar: dejar un tercio de cada rama y eliminar el resto). Y encima le dice a Mister Tarzán que lo hace porque en su pueblo “siempre se ha hecho así” (como tirar a la cabra del campanario), añadiendo : que al árbol «le sienta bien» la operación y que esos cortes sirven para «rejuvenecer» al árbol (y a la cabra, que queda como nueva al llegar al suelo…). Si esto sucede, si se tercia la copa, las ramillas que broten la próxima primavera formarán una bola enmarañada sin orden ni concierto. Todas ellas nacerán de yemas subcorticales, en el perímetro de la herida. La inserción es insegura. Muy peligrosa. A ese árbol no volverá a subirse nadie, so pena de partirse la crisma …lo que seguramente no sucederá, porque al año o  a los dos años volverá el susodicho con la motosierra, y ¡zas!, nuevo terciado cuando el árbol apenas había empezado la compartimentación de las heridas (una solución intermedia hubiera sido la poda «en cabezas de mimbrera», pero exige más pericia y más tiempo).  Conclusión: el debilitamiento  del árbol es progresivo, imparable, y árboles que podían llegar a ser dos, tres, cuatro veces centenarios, malviven mutilados y terminan muriéndose de forma irracional a los  20 ó 30 de haber sido plantados.

NOTAS.

(1)  Fuentes principales: Las podas de las especies arbóreas ornamentales, F.Gil-Albert, Ed. Mundi-Presa.  Todo el capítulo quinto, sobre podas de formación. Y pp.27 a 32:»aspectos que condicionan la solidez estructural de un árbol».  Y Ch. Drénou, La poda de los árboles ornamentales, Ed. Mundi-Presa, en especial pp.162 y ss: «Seis ideas recibidas sobre la poda radical».
(2) ¡Todo esto no tiene nada que ver con las podas de trasmocho, escamondas, etc, que se hacen en zonas rurales por razones de aprovechamiento ganadero y forestal.! Esa sí es otra película, que corresponde a otra entrada del blog.

9 comentarios en “De rama en rama

  1. Genial !

    Retratar el absurdo con datos técnico me parece una muestra de humor inteligente; y si de paso hay denuncia a la trapacería de ciertas actuaciones municipales, mejor.

    El río de tu anterior post es estupendo; y real, nada de papel de plata.

  2. Brbie, hortelana de finuras. Me voy por las ramas con este comentario:

    Antes olían a a floristería los duelos y entierros; ahora entras en una floristería y te huele a tanatorio. ¿Podía ser esto una especie de metonimia del olor?

    • Hola Grillo, es verdad eso de los olores y las asociaciones. Las flores de floristería -en mi opinión- no huelen demasiado bien. Y ese frío que desprenden los ramos…Un día tengo que hacer un post sobre esto; se titulará «Por qué no huelen las rosas que no huelen…», o algo parecido (razones de «ingenieria genética», porque no se puede tener un capullo perfecto y conservar, al mismo tiempo, la fragancia de una rosa antigua..). Por cierto, tengo un amigo mayorista de flores. El otro día fui a llevarle unas verduritas a la sede de su empresa, en San Sebastían de los Reyes, y quedé fascinada con el tinglado. Le he pedido que me deje ir un día con la cámara. Y Grillo, si sales a la calle camina por la sombra, que hoy está pegando duro. Bs.

      • Esos vendedores multiétnicos de una rosa envuelta en celofán suelen tener escondido en una papelera cercana un spray de fragancia de rosas. Lo he visto con estos ojitos de insecto.

        Qué interesante ese post que piensas colgar.

        Y ahora, a ti y a Lansky (o a los más camperos) os voy a recordar un título que os puede interesar si es que no lo conocéis ya:
        «Las cosas del campo», librito de Jose Antonio Muñoz Rojas; (Col. La cruz del sur. Ed. Pre-textos, 1999); un antequerano de Cambridge, más lírico que otra cosa y que tras viajar por medio mundo y medio, vuelve al origen glosando un olivo, una gavilla, una horca o qué cosa sea el amor. los jaramagos o los melonares.
        Se lee en una hora o en dos meses.

        Besote.

        el amorel amor.

      • Me lo creo todo. El olor de esas flores es artificial, extraño, gélido. No conozco el libro de Muñoz Rojas, pero me lo apunto (en estas cosas soy muy disciplinada; ahora estoy instalada en Castroforte do Baralla -la novela de Torrente- y hasta que lo termine no cae otro; el siguiente será ése). P.D. ¡Y me alegro de no ser la única que se aturulla con el ordenador! La suerte que tengo es que la amiga que me «gestiona» el blog (perdón por el palabro) es listísima y va por detrás con la escoba y el plumero, justificando los textos, corrigiendo las fotos…Yo siempre en la nube.

  3. Ups! Me sá colao esa línea de abajo ‘elamorelamor’. Y es que se me llena el rectángulo donde hay que comentar y sigo escribiendo sin ver. Ahora acabo de averiguar que rolando la ruedita del ratón hacia abajo aparece más espacio.
    ‘Porque yo no soy tonto’…

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