Julio 2012
Los ingleses, además del sandwich de pepinillos, han inventado el verbo to weed, que significa «arrancar malas hierbas». Yo arranco malas hierbas, tú arrancas malas hierbas, él o ella arrancan malas hierbas….. (Las dos cosas están quizá relacionadas. Los ingleses de clase media no dedican mucho tiempo a la cocina, ni a la sobremesa, ni mucho menos a la siesta; por otro lado, ese tiempo robado a la mesa sí parecen dedicarlo al jardín, que cuidan con devoción y buen gusto -y con sus propias manos…)
Esta foto es de ayer a mediodía. El jardinero, subido al cesto, arranca malas hierbas del jardín vertical de Caixa Fórum. En la librería de la fundación venden el libro dedicado al gurú de estos jardines, Patrick Blanc (propietario del coyright). Un francés sofisticado, con el pelo teñido de verde fluorescente, muy viajado, apasionado de las selvas del sur de Asia. He leído por ahí que la instalación pasaba de 600 euros el m2. No sé el diseño. ¿Y el mantenimiento? Quitar hierbas desde un cesto hidraúlico es muy espectacular, pero mucho, mucho más lo es el entramado de tuberías y goteros que mantienen permanentemente húmedo el fieltro de poliamida que actúa de soporte para las raíces. A través de ese fieltro se suministran también los nutrientes necesarios para mantener el artilugio en pie. Por el lateral del jardín, ya en el Paseo del Prado, se adivinan las tripas del jardín. No hay tierra, ni lombrices, ni escarabajos. Ni nidos. Hay una estructura metálica, una malla de polipropileno tejido, y el fieltro, cortado en forma de bolsillos, para encestar en ellos cada planta.
Pienso que los españoles no tenemos una verdadera cultura «jardinera». Sólo retazos, sin continuidad, sin conocimientos ni verdadera pasión. (A cambio, eso sí, comemos como Dios manda. Cuando uno viaja al Reino Unido, en especial si va con intención de patear la campiña, debe tener muy presentes estas dos cosas: que el transporte público es un desastre, como aquí en los años 50, y que con seguridad va a pasar hambre). A los españoles, decía, no nos llama la atención ver crecer un césped de raygrass, o una alfombra de mojigatas petunias, al pie de un olivo centenario (que parece encogerse, abochornado…). Y es una batalla perdida de antemano intentar convencer a tus clientes de que que la pradera reseca en agosto está perfecta así, de que las hojas que caen del cerezo deben quedarse al pie (si no todas, al menos una buena cantidad), de que una maceta con una «gitanilla» o una gramínea bien escogida, en Madrid, es mucho más bonita -y sensata- que el dichoso arce japonés que compró en el «garden», -y que me suplica a escondidas, cada vez que me acerco, que por favor lo robe y me lo lleve a la costa…. Y sobre todo. Sobre todo. Que nuestros paisajes son horizontales. Que no estamos en Tailandia. Que ese jardín vertical -por extraordinario que sea, que desde luego lo es- no educa nuestra mirada, ni crea un ecosistema sostenible, ni nos reconcilia con la belleza que tenemos más a mano (de vuelta a LRO, conduciendo, lo que queda de las dehesas de Chapinería, Navas…).
Ay, ‘jardinera de mi amor’, qué cosas nos cuentas.
‘España va bien’ y tenemos guita para estas machadas y más. Ya verás qué pronto sale otro ricachón y nos planta en su fachada lateral una piscina vertical.
¿No tenemos ya un aeropuerto de barbecho sin aviones ni tráfico ni ná?
Grillo, a tí en ese jardín no te dejarían ni un huequecito a la sombra. Ya me imagino que fulminan con pesticidas todo lo que se mueve…Lo innegable es que es precioso, claro. Pero ¿no hubiera sido también muy espectacular pintado, pintado en trampantojo, de arriba a abajo, pintadas las flores, cada hoja, cada tallo?. No se gastaría un duro en mantenimiento. Ni gota de agua. Y lo veríamos como lo que debiera ser, en mi opinión: la representación -y no la absurda/imposible reproducción (siempre doliente, además, porque usted me dirá cómo hacemos para que las plantas de la parte superior de la fachada, con el aire caliente subiendo, con los humos de los coches subiendo, no vivan en estado de shock permanente-) de un jardín exótico …en el centro de la meseta castellana. (Lo de la piscina-catarata es una idea estupenda, elegante a la par que sencilla, y ya me extraña que no haya llegado a oídos de algún preboste…)
Que no hay cultura jardinera en España es ‘casi’ un hecho (como siempre la verdad está en el matiz, en ese ¡casi’, pero nos vale). Así que primero copiamos a los franceses y sus parterres y luego a los ingleses y sus praderas y su pasajismo de cazadores de zorros. Lo que hay que…¿suplicar? es que no nos metan con cuña tradiciones que además de ajenas son insostenibles, como las dichosas praderas (¡campos de golf en el litoral más seco de uropa, por favor!), los jardines verticales que imitan las pluvisilvas de Borneo o lo que sea. En España la belleza empieza a ser algo que se han olvidado (los que pueden) de arrasar, igualmente, si nos fijamos en El Retiro madrileño, lo que queda es lo que no han prestado atención, no han ‘puesto en valor’, no han…jodido, y quedan paseos entonces con arena de miga y pequeños setos de aligustre y aárboles sensatos. (Desde donde mejor se ve la insesatez del jardín vertical de Caixforum, impresionante, es desde el interior dle último piso, el de la cafetería)
Son ramalazos, recuerdos, algo que «podía haber sido» pero se truncó (cuánto sabemos los españoles de eso). En cualquier caso, algo que nunca, nunca, llegó a cuajar en las clases medias (¿quizá porque ni existían…?). En mi opinión, en lo que a jardines y espacios verdes se refiere, y en igualdad de nivel económico-cultural, un ciudadano inglés o francés, incluso portugués (tan parecido a nosotros en otras cosas), tendrá siempre más curiosidad, más conocimientos prácticos, y mucha menos tontería consumista que su primo español.
Es posible, Barbie. Por cierto, de esas extravagancias a veces se lleva uno bonitas sorpresas (como el tremendamente despilfarrador jardín vertical, que es bonito, pero el día que se acabe el presupuesto de oneroso mantenimiento, ¡Ay!); por ejemplo, he descubierto en una callecita en Madrid…¡tres flanboyanes! esa especie de acacia roja de los trópicos (Delonix regia) y me pregunto: ¿una especie de restos de viveristas que han vendido al ayuntamiento, un jardinero loco y por libre.?? Parecen estar bien y robustos, bien amparados del frío (al sur), veremos al llegar el iinvierno mesetario…
¡Eso tengo que ir a verlo! ¿Qué calle es ésa?. ¿Estaban en flor?.
Ahora mismo están en flor, si no no hubiera distinguido una ‘acacia’ de otra.
En la calle Hernani (entre Cuatro Caminos y Comandante Zorita) junto a la calle Dulcinea.
[Barbie, me satisface que te rías leyendo los posts de mi blog porque esa es mi pretensión. Verás además, por mis réplicas a los comentarios, que son todo cosas y casos reales. Tal vez seamos algo peculiares en mi (extensa) familia, pero me harto de repetir que en todas las familias hay individuos un poco raritos.]
No es que me ría, Grillo, es que me parto. Lo del tío en pelotas echando Roundup por las raíces de los almendros… Me acuerdo y me río sola, en plan locoide (¡Para que luego digan que no tenemos tradición jardinera!).
Grillo, Emma, P. (mi chica) y yo que estamos en Madrid este agosto hasta el 15 estábamos pensando quedar una noche de verbenas en Madrid, ¿qué tal para vosotras que de vez en cuando bajáis por aquí, os apetece?
Digo que me gustaría MUCHO veros, pero ya conté que me voy a Manilva el uno de agosto y ESPERO volver el 8 o 10.
Pasada la vendimia de Barbiamor (buenas se le van a poner las manos y los riñones ) nos vemos en un Madrid menos golfo. Coño, que se creéis que uno está hecho un mulo…
Yo pienso y largo todo lo que queráis, pero de HACER… poquita cosa ya. Me
costó un pastizarón el carnet de ‘convaleciente incurable’. Es falso pero da el
pego.
En una paralela a Hernani, calle Artistas, había un local/templo de mormones o algo así. ¿No?
Justo encima vivía mi primera suegra con la que pronto fue mi primera esposa mexicana.
Qué bien, qué tiempos, cuanto amor a tumba abierta ( a vecess a escondidillas nocturnas en unas escalinatas que bajaban a R.F. Villaverde.)
Dí que todo es muy largo, pero volvería a empezar aquella época. Wow.
Sigue estando Grillo, se me acercaron una vez diciéndome «te traemos un mensaje de Dios» y yo les contesté amablemente: «lo siento, pero no quiero recibirle»
Libélulo, estamos en lo más crudo del crudo verano, qué más quisiéramos que irnos de verbena a Madrid (¡!). No podemos dejar de regar ni una sola noche. Bajo a Madrid cuando no queda otra, pero al caer la tarde estoy ya abriendo los grifos de la alberca. La parte buena de llevar esta vida loca es que, una vez pasada la vendimia, el relajo es considerable…
Y Grillo ¿has tenido varias esposas mexicanas?. ¿Hay post sobre esa época de tu vida en el blog?. Mormones chiflados, flanboyanes en flor, amor en las escaleras con una novia mejicana. Qué bella es (puede ser) la vida.
No me vengas con flamboyanes … ¿Són esos de flor carmesí?
Solo tuve una esposa mexicana, justo la que me apodó ‘grillo de o». Luego me casé con la novia madrileña que tuve antes. Que se vea un trajín ¿no?
Creo que debe haber un post sobre eso en mi blog. Pero no sé donde estará. En ese limbo de la Red. Mi hijo decide de vez en cuando hacerme limpieza en el muladar.
No sabes qué bien me viene que tengas que regar, porque ni con vosotr@s iría yo ahora a una verbena. Eso es para gárrulos y soldados. Para tragar polvo y llevarse un mal vinazo con las escopetas de aire comprimido. O para que Lansky le arree un leñazo al martillo ese que suena un campanzo arriba.
Pero encantado me encuentro cono vosotr@s así que pase la vendimia. Seguro.
En cualquier caso me voy el 1 de agosto con mi hermana a casa de otro hermano, el que tiene perros, gallinas de mierda, melones, papas, fruta de la pasión y una arboleda ‘unique’. El tío estudió Hostelería y direcciónn de banco en Suiza – mientras curraba de camarerillo en ‘La voil au Vent’. De mayor puso un vivero porque era lo que más le gustaba. Y se hizo cambiar la profesión en el DNI: jardinero, (un pelín esnob.) Pero está feliz , que ya es osadía…
Perfecto pues!
Antes de cerrar, quisiera dejar claro que no soy una talibana de la jardinería autóctona. No es eso. Si el jardín vertical estuviera bajo cristal no tendría tantos reparos en darle el visto bueno… Por ejemplo. Me encanta tomar un cafelito en el jardín tropical de la estación de Atocha (con todos sus peros: palmeras de especies demasiado altas, problemas de iluminación, de corrientes de aire..), porque es, deliberadamente, una cosa artificial, hecha de puertas adentro…Y la gama de plantas es tan grande que -imagino- el presupuesto puede ajustarse en tiempos de vacas flacas. Pero hacer un jardín vertical a la intemperie en el centro de Madrid…¡Si aún fuera en Málaga!. No es sólo la salvajada de dinero invertido. Sufro al pasar pensando en las plantas del tramo alto. Pienso que si fuera todo hiedra y viña virgen no habría problema en dejar que se instalaran palomas y gorriones (arriba) o mirlos (abajo), en sus idas y venidas desde el Botánico (enfrente). Las bayas de la hiedra darían de comer en octubre a una tanda de bichejos…en fin. Otra cosa. Y nada. También me encantará ver los flamboyanes de la calle Hernani. Verlos y respirarles de cerca a partir de ahora, año tras año, invierno tras invierno…Ojalá arraiguen y lleguen a hacerse viejos.
En serio: yo tenía entendido que la hiedra es venenosa, ¿qué bichejos se comen las bayas?
Pájaros muy variados (no sólo palomas/tórtolas y mirlos/zorzales: verderones, currucas…) y ratoncillos que se preparan la despensa para el invierno (por ahí andan, trajinando con todo lo que pillan, entre la hiedra y la parra virgen). ¡Grillos NO!. Y el polen: abejas, mariposas y otros insectos, detrás de los cuales vienen, a su vez, otros pajarucos (en mi terraza de Madrid, forrada de hiedra común, tenía a un mosquitero de visitante habitual, en especial en invierno, más un número x de salamanquesas que se movían entre las hojas y flores resecas, detrás de las jardineras…). Por otra parte, es verdad que la hiedra común (toda ella) debe de tener algún componente tóxico, cuyo nombre desconozco, porque, entre otras cosas, con ella se hacen decocciones insectífugas «bio» (ese componente estará concentradísimo en la decocción; me imagino que para que le haga daño a un humano, en fresco, habría que comerse una cierta cantidad de bayas; mejor NO probar).
Gracias; en casa siempre no había dicho nuestro padre que la hiedra y la adelfa, (tan comunes) eran venenosas o nocivas, sin explicarnos hasta qué punto o en cuántas cantidades.
Más. Hablando hoy con mi hermano ‘jardinero’ sobre su ‘árbol del amor’ (Cercis nosecuántrun) y de la risa que le produce que se le conozca también por ‘el árbol de Judas’ (¿?¿?), me comenta como curiosidad, sin nada que ver con el Cercis, que la mujer de un labriego que le ayuda ocasionalmente se tiñe el pelo con un majado o coción de retama. Por lo visto también teñían las lanas con eso mismo.
Ciertamente es muy interesente oir estas cosas de ciudadanos urbanitas que deciden volver al campo con tanto interés como alegría.
No me resisto a preguntarte si tu terraza cumplía el reglamento matritense: tener un armarito de Formica, una bici, una jaula con pajarito y la botella de butano…
No cumplía el reglamento, qué va… (me da la risa…y añado: el cubo de la fregona y una escalera plegable). Por levante y por el sur abunda una retama que llaman «de tintoreros» (con la flor un poco más grande que las especies de retama que tenemos por aquí). Pero de esas cosas seguro que sabe más el Libélulo. Y oye, Grillo, que la adelfa es otra cosa, bastante más seria. Si te da por probarla (¡!) no es que te pongas malito: es que palmas ahí mismo.
Qué brutos éramos (los 9 herman@s.) Sabiendo eso olíamos la adelfa muy profundamente, metiendo bien la nariz en la flor, se nos hinchaba, nos daba fiebre y nos librábamos de ir al cole. Lo de la tiza en el sobaco era un camelo.
Tampoco estaba mal meterse en los agujeros de la nariz las semillas del ‘don pdero de noche’, pero nuestra madre sabía quitárnoslas en un pispas con unas pinzas de depilar.
Y, no obstante, aprobábamos todos los cursos con bastante buena calificación.
…Ahora ya sé cómo conseguiste el carnet de «convaleciente incurable»: te llenaste la nariz de semillas de Don Diego y te presentaste en el centro de salud diciendo que veías lucecitas de colores…
JAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!
Cierto, es Don Diego. No se te escapa una 🙂
Weeds es también una serie de televisión por cable americana, donde una dulce ama de casa acaba convirtiéndose en un dealer del tráfico de marihuana.
Ahora me dirás que no ves casi la tele, ya, ya… exactamente lo mismo que se yo sobre jardines y plantas. Soy de esos que si salen de la ciudad notan a faltar el aire viciado de esta. Eso sí me gustaría un día hacer un post sobre escritores que han mostrado interés por el cuidado de las flores, que de eso si se un poquito.
Justo al lado de mi casa hay un jardín de estos verticales (mi casa se ve en la foto)

Lo primero que pensé cuando lo pusieron, fue en el engorro que debía ser el mantenimiento y en lo caro que podía haber costado el proyecto. Aunque si que hay que reconocer que es un rinconcito bonito. Supuestamente tiene escaleras entre los niveles, y seguramente estaba pensado para que los turistas pudieran subir y bajar. Mal diseño, porque al ser estrechos los pasillos sería bastante peligroso, y además tentarían a algún suicida.
Lo más triste es el detalle de un catalejo de esos panorámico que está al pie de la esquina enfocando el jardín vertical en medio de la calle. Por supuesto, nunca nadie lo utiliza.
Bueh, como decía no tengo ni idea de jardinería u horticultura, pero me ha hecho gracia encontrar este oasis entre tanto unos y ceros (he llegado aquí siguiendo un poco a Lansky).
Un saludo florido tanto para ti como para el resto de visitantes de iguales intereses que os reunís por aquí.
Vigo
¡Hola Vigo!. Gracias por la foto, ¿es en Barcelona?. La miro y la remiro, y me parece que las plantas sí deben de tener las raíces en algún tipo de substrato convencional, porque cuelgan como si estuvieran en jardineras…Si fuera así, si las raíces están detrás de esa especie de balconada/jardinera, entonces están algo más protegidas. Pero además, ahí el nivel de humedad atmosférica siempre es alto. Seguro que las plantas están más risueñas que aquí.
Yo me he ido haciendo un mini archivo con textos literarios/cuadros… relacionados con plantas/ bosques/piedras etc (hace años daba clases en un instituto, y se los largaba a los alumnos). Ahora los voy «soltando» en el blog, así sin más (sin mucho comentario ni muchas gaitas), cuando no tengo tiempo para redactar una entrada decente…Pero es un tema jugoso, que te podría dar mucho de sí en un blog dedicado enteramente a ello (¡hazlo!).
Buscaré esa serie tan prometedora en la web. Claro que veo la tele…Pero hace dos meses uno de mis perros se comió el mando del TDT y desde entonces estoy sin ella (es lástima, porque me disponía a ver la quinta reposición de Anatomía de Grey, ahí tumbada al volver de la finca, con los ojos en blanco…).
Sí, la foto es de Barcelona, confluencia entre la C/Marqués de Sentmenat y C/Berlin.
Las plantas colgantes salen de unas jardineras metálicas que creo que son
enrejadas para dejar pasar la posible acumulación de agua. Algo más protegido este jardín vertical si que está que el que tú muestras en la foto.
Yo le dejo a mi sobrino de dos años que babee el mando a distancia, y a veces es normal que durante un rato deje de funcionar por efectos salivares, o que le des a un botón y la tele interprete que le estás dando a otro, pero eso de que el perro se coma un mando creo que es mucho más peligroso para la vida útil del mando (si el perro se lo come literalmente también debe ser especialmente peligroso para él xD).
Tengo pocas normas: no escupir hacia arriba, no permitir que el miedo en cualquier circunstancia exceda el nivel de la dignidad y no conectarme a internet en fin de semana ni cuando viajo, pero os dejo solos y es que no paráis. Grillo, tengo la sensación de que me estás ‘levantando’ a Barbie usando de tu indudable encanto y tu caudal de increíbles anécdotas, que sepas que no te va a salir gratis, te romperé las piernas, hombre, con palo de golf, como en las novelas de la Agatha Christie esa, que es de gente fina, y no con mi bastón de enebro, que es una salvajada de Cela.
Los frutos de la hiedra son tóxicos, pero los pájaros las comen sin problemas, los maceran en el buche… y al intestino, igual que los del laurel, de hecho, si no pasan por esa abrasión no germinan. En cambio, la adelfa, —o el ricino, si a eso vamos ,son mortales; sobre todo esta última, por lo que no entiendo por qué el ayuntamiento madrileño sigue plantándolos en zonas ajardinadas con niños.
Barbie, quedemos a media tarde para ver los flamboyanes, que el ortóptero se joda y se muera de envidia
¡Qué rica huele la madera de enebro recién cortada! ¡Mmm…!. Luego te haces un bastón o una rampa para ranas. Libélulo, la primera tarde que me pille en Madrid antes de irme al mar dejamos vistos los flamboyanes. Y buen rollo con el ortóptero, que lleva intoxicado desde la infancia.
¡Drogota!