En esta época toca darle ya a las mandarinas y a las naranjas. Qué ricas son. Sí, estaba merendando, muy a gusto, y me dí cuenta de lo bonita que estaba la mesa. Pero mi cámara es mala y mi vista peor. Tuve que acercarme y alejarme veinte veces para que no me saliera desenfocada.
Qué tía !!!
Cierto que las cámaras de hoy día son muy versátles, tiene una óptica fantástica y lo de la digitalización es un prodigio, (yo no sabría luego ni traspasar la foto a un blog.).
No obstante: creo que a nadie se le ha ocurrido pensar que lo del OBJETIVO es cierto; podrían llamarle la lente o el lente, pero es ‘objetivo’ porque lo es; porque no puede ser ‘subjetivo’ ni interpretar lo que tiene delante. Ve y capta lo que hay sin inmiscuirse en lo que quiera el fotógrafo.
Ahora bien, en lo que vale el fotógrafo y su arte es la composición, el encuadre, ‘sacar’ exactamente lo que quiere, con los márgenes que cree interesantes para el caso: una mandarina a medio pelar, con su tapete de raffia, su taza de té (supongo) y con un libro,
También yo soy un gran comedor de mandarinas. Además, no me lavo las manos inmediatamente porque ese olorcillo en los dedos me gusta mucho y al final evanece él solo.
Mi madre habría dicho: ¿pero qué trabajo os costará poner un platito debajo de la taza..?.
El del naranjo, sus flores, su fruta, sus mondas… es el olor más rico del mundo. La miel del té también es de azahar (de L´Alcudia)
Ya puesto a ser pedantón…
No he mencionado el lebrillo y ese fondo oscuro, muy de bodegón y algo velazqueño.
[Aviso a quien nos lea: todo esto es un montaje que nos traemos ‘la Barbie’ y un servidor. Luego, cuando nos vemos, en justipago, le pido que me traiga moras, frutas y cositas ricas de LRO.]
Pues yo estoy de acuerdo con tu madre en que habría que poner un platito debajo de la taza, y además me da mucha grima ver el libro tan cerca de los gajos y de la taza de té…
No, en serio, me parece una foto muy bonita y recoge muy bien esa sensación tan acojedora de merienda con lectura del mejor de los libros.
Gracias, Antonio. Me temo que muchos de los libros de esta casa tienen manchas de fruta, de café…Preferiría que estuvieran limpios, pero no hay manera; los peores son los más releídos, como ése de la mesa, o la colección de Astérix. Por cierto, tuve una perra hace años – Tosca- que remataba la faena mordisqueándoles la tapa! (me dejó hecho unos zorros el diccionario de la RAE, por ejemplo). Bs
Chica ¿has tomado tú esta foto?
Si es así te felicito.
En esta época toca darle ya a las mandarinas y a las naranjas. Qué ricas son. Sí, estaba merendando, muy a gusto, y me dí cuenta de lo bonita que estaba la mesa. Pero mi cámara es mala y mi vista peor. Tuve que acercarme y alejarme veinte veces para que no me saliera desenfocada.
Qué tía !!!
Cierto que las cámaras de hoy día son muy versátles, tiene una óptica fantástica y lo de la digitalización es un prodigio, (yo no sabría luego ni traspasar la foto a un blog.).
No obstante: creo que a nadie se le ha ocurrido pensar que lo del OBJETIVO es cierto; podrían llamarle la lente o el lente, pero es ‘objetivo’ porque lo es; porque no puede ser ‘subjetivo’ ni interpretar lo que tiene delante. Ve y capta lo que hay sin inmiscuirse en lo que quiera el fotógrafo.
Ahora bien, en lo que vale el fotógrafo y su arte es la composición, el encuadre, ‘sacar’ exactamente lo que quiere, con los márgenes que cree interesantes para el caso: una mandarina a medio pelar, con su tapete de raffia, su taza de té (supongo) y con un libro,
También yo soy un gran comedor de mandarinas. Además, no me lavo las manos inmediatamente porque ese olorcillo en los dedos me gusta mucho y al final evanece él solo.
Mi madre habría dicho: ¿pero qué trabajo os costará poner un platito debajo de la taza..?.
El del naranjo, sus flores, su fruta, sus mondas… es el olor más rico del mundo. La miel del té también es de azahar (de L´Alcudia)
Ya puesto a ser pedantón…
No he mencionado el lebrillo y ese fondo oscuro, muy de bodegón y algo velazqueño.
[Aviso a quien nos lea: todo esto es un montaje que nos traemos ‘la Barbie’ y un servidor. Luego, cuando nos vemos, en justipago, le pido que me traiga moras, frutas y cositas ricas de LRO.]
Me alegro de que te haya gustado aunque, sinceramente, pienso que te has quedado algo corto en los elogios.
Bs
Pues yo estoy de acuerdo con tu madre en que habría que poner un platito debajo de la taza, y además me da mucha grima ver el libro tan cerca de los gajos y de la taza de té…
No, en serio, me parece una foto muy bonita y recoge muy bien esa sensación tan acojedora de merienda con lectura del mejor de los libros.
Gracias, Antonio. Me temo que muchos de los libros de esta casa tienen manchas de fruta, de café…Preferiría que estuvieran limpios, pero no hay manera; los peores son los más releídos, como ése de la mesa, o la colección de Astérix. Por cierto, tuve una perra hace años – Tosca- que remataba la faena mordisqueándoles la tapa! (me dejó hecho unos zorros el diccionario de la RAE, por ejemplo). Bs
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