Turba. En el colegio, en la EGB de antes (ahora ya no lo sé) nos hacían memorizar la serie “ antracita, hulla, lignito, turba”. Millón de años arriba, millón de años abajo, todo venía a ser lo mismo: fósiles vegetales sepultados, de cuando la tierra era verde hasta en los polos. Las turberas son inmensos yacimientos de esos fósiles, esfagnos (un tipo de musgo) en su mayor parte, que se han acumulado en zonas cenagosas y frías, permanentemente encharcadas, es decir, sin aire. Los organismos descomponedores que trabajan en un bosque templado no pueden de ninguna manera trabajar ahí. Los que lo hacen son otros (bacterias “an-aerobias”), y el producto final, como era de esperar, también es otro. En las turberas los restos orgánicos no se descomponen y forman humus, liberando lentamente sus componentes. En la turbera no hay “humi-ficación” sino “carbonización”. Otra historia. El resultado de la acumulación de esos restos, durante miles y miles de años, es un colchón de fibras compactas. Como esponjas comprimidas, muy fibrosas y ligeras pero muy pobres químicamente (¡no hay humus!). E inertes. Esto es, un material perfecto para las raicillas de las plantas recién germinadas. Por eso se usa tanto en los viveros de producción y es un componente básico de los “sustratos universales” para macetas (en los restantes sustratos, aunque en menor proporción, también suele estar presente).
…Y todo estaría muy bien si no fuera porque la extracción industrial de turba para jardinería ha provocado la desaparición de marismas enteras en el norte de Europa, paisajes frágiles donde crece (crecía) el rosolí y cría (criaba) el gallo lira. Una loncha de turba de un metro de espesor de esta turba (la extraen con palas excavadoras) ha tardado 1000 años en formarse. Y esa misma turba, ese tesoro delicado, se va después a rellenar nuestras macetas de geranios. Como efecto secundario –por si este desaguisado irracional no fuera suficiente- la extracción de la turba libera a la atmósfera toneladas de CO2 .
(Foto de Erlend Haarbeg para el blog wild-wonders.com)
ATENCION pues a los “sustratos universales” (y a todos los demás también) que vamos a comprar. Cada casa comercial tiene su receta. Al leer la etiqueta hay que fijarse sobre todo en dos cosas:
- Proporción de materia orgánica y procedencia de la misma; normalmente no la llevan; la reemplazan por abonos minerales, es decir, por el “bote de micebrina” (véase post anterior). A más vegetal, más calidad.
2. ¿LLeva turba?; seguro que sí; en España es difícil encontrar sustratos sin ella.
Conclusión: lo que solemos comprar en los dichosos “Garden Center” es una esponja de turba triturada a la que le han agregado/inyectado abonos minerales. Limitándonos por un momento al aspecto jardinero del asunto, lo recomendable sería mezclar el sustrato con “tierra” de verdad, para que el producto final sea más consistente, pues una vez que se seca la turba no hay forma de rehidratarla (el agua corre maceta abajo, sin que nada la frene), y una vez que se consume la micebrina, que lo hará en un visto y no visto, ¿qué hacemos?; ¿empezamos otro bote, y otro…?. La tierra del jardín lleva también hongos y bacterias (y otras cosas) que le darán vida al sustrato (larga vida, lo que NO nos ahorrará tener que cambiarlo algún día, bastante después, cuando las raíces crezcan y el aporte de materia orgánica se reduzca/detenga –en una maceta es lo normal : no caen hojas ni vienen los animales a anidar…)
Pero el párrafo anterior, en realidad, SOBRA. A base de romperme la cabeza una y otra vez, y de agobiarme pensando en el rosolí (una especie de Drosera, planta carnívora, la alta-tecnología del mundo vegetal; la foto procede de wikipedia) he llegado a la conclusión de que lo mejor es que cada uno se haga propio “sustrato” para macetas, mezclando tierra limpia del jardín con un puñadito de humus y, si hiciera falta aligerar la mezcla, con un poco de fibra de coco (la venden en todas partes; son como un ladrillo marrón, que hay que deshacer en un cubo de agua antes de usarlo). Pero incluso la fibra de coco (o similar) se puede reemplazar por mantillo casero de hojas secas, no completamente desmenuzadas (a medio camino).
Y una última cosa. Lo de verdad importante, lo esencial de toda esta película, es preguntar una y otra vez en las tiendas por sustratos SIN TURBA, dar la lata en Atención al Cliente, patalear, y no llevarse jamás uno de esos sacos de “sustrato universal” en los que, aunque ni el vendedor lo sepa, van incluidos los huevos del gallo lira, las flores del rosolí, de las andrómedas, las llanuras brumosas del Mar Báltico, y hasta una porción de los frondosos bosques tropicales que ocupaban nuestro hemisferio antes de las glaciaciones.
Foto: en este vivero inglés el sustrato más vendido es el “compost libre de turba” (peat free). De modo que el producto existe; sólo falta que nosotros, como consumidores, lo exijamos. (Por cierto, en la etiqueta de la foto se especifica claramente que el compost es vegetal, es decir, puro mantillo.)
NOTAS
En los paises europeos firmantes de la red Natura 2000 ya no se permite la extracción de turba. En la actualidad el gran proveedor de nuestros mercados es Estonia.
La primera foto procede de pronatura.ch. A la derecha, la turba virgen. A la izquierda, la explotación industrial.
Con permiso, los ‘esfagnos’ son más bien un tipo de musgo -no de helecho- de turbera.
Por lo demás, absolutamente de acuerdo: nada de turba.
¨Sí, perdón!. Claro que son musgos. Lo corrijo ya. Gracias mil!
Automáticamente asocio la palabra española turba con la inglesa peat, que leímos hasta la saciedad en una asignatura de literatura irlandesa, en el hermoso poema de Seamus Heaney “Digging”.
(Luego Heaney vino a La Coruña cuando lo nombraron Doctor Honoris Causa, y durante la lectura pública que, una vez más, hicieron del poema, hubo alguna risa cansada, pero afortunadamente Heaney no se dio cuenta.)
Gracias por tu comentario, Antonio. Leeré el poema en una antología bilingue que tengo en casa. En internet he encontrado este link (http://www.slate.com/blogs/browbeat/2013/08/30/seamus_heaney_rip_watch_a_montage_of_the_poet_reading_digging_over_the_years.htmle link) con las lecturas del poema que Heaney hizo a lo largo de su vida: . Estoy en un ciber en Ginebra y no puedo abrir el link ahora mismo (molestaría al senegalés que tengo al lado, que se acaba de bajar una peli porno). Irlanda se negó durante mucho tiempo a abandonar la explotación de sus turberas para elaborar sustratos. De hecho, no puedo asegurar si lo han dejado ya (dato a comprobar en internet).