Un pueblo perdido de Francia. La sopa de coles, el vino, la amistad de dos viejunos con un extraterrestre -un «bon gars», procedente de un planeta triste-, el gato que va a cumplir trece años, la bicicleta, las flores, la huerta, los recuerdos de los tiempos mozos, la noche estrellada, los concursos de pedorretas (en la misma longitud de onda que la radio del marciano). La joie de vivre. Y del otro lado, los jovenzuelos con sus motos. El ajetreo. Un alcalde muy moderno que quiere llevar a la aldea «la expansion E-CO-NO-MI-QUE!». Osea, los bulldozers, los chalets, los «parques de ocio». La masa de gente que les echa cacahuetes a los dos protagonistas, esas dos rarezas, que se niegan a vender sus huertas para que se sigan construyendo adosados («…les vieux cons, les vieux cons!», les grita el gentuzo.).
Pero en el planeta OXO quieren empezar a plantar coles, fuente de la felicidad, así que los dos viejunos reciben una oferta apetitosa, extensible al gato…y a la huerta entera.
(«La soupe aux choux», película de 1981, dirigida por J. Girault. Con L.de Funés, J.Carmet y J.Villeret .).
Precioso. Yo también aspiro a irme convirtiendo en un vieux con. A P. le encanta la col, a mí me da flatulencias
A mí me pasa lo mismo que a Lansky y que a P., la col -‘repollo’, para mí- me encanta y me da flatulencia.
La película no tiene mala pinta, aunque la presencia del tremendo de Funes me echa un poco para atrás. Recuerdo que cuando era pequeño me reía mucho con Fantomas. Pero hace unos años vi «El gendarme en Saint Tropez» y aguanté a duras penas hasta el final. Alfredo Landa a su lado era un modelo de contención y matiz.
Jaaaaaaaaaaaaa !!! De acuerdo con Vanbrugh.
Aparte de la flatulencia de la col o repollo, Luis de Funes me ha parecido siempre insoportable. Bueno siempre no, porque después de dos pelis ya me negué a ver nada más de él. Y los ‘alfredoslandas’ unos plastas: él mismo, el otro cara de acelga (cómo se llama ese?), L.Vázquez simpre igual, las ‘linasmorgan’, etc.
Es decir, toda una larga temporada de tipos sin oficio que se apuntaban al cine ‘a ver qué tal’ y ni aún después de 50 años en ese milicia llegaban más que a oficiales CHUSQUEROS pero carentes de sensibilidad. Daría un centenar más de nombres.
Y otro centenar de excelentes actores y actrices de nuevo cuño bien preparados, pasados por escuelas de toda clase, de estudios, viajes, lecturas y , en fin: profesionalidad.
Este comentario me dice que has de escribir un post sobre actores nacionales que sobran Grillo!
C´est chouette!. Y digo yo, dónde se puede encontrar esa película?
Viví tres años en Bélgica y me aficioné a las coles de bruselas, cocidas con poca agua y chorretón de aceite de oliva, me encantan! Pero en Madrid no las encuentro. Nadie me cree cuando les digo que me pirran las coles de Bruselas, chiquitinas, apretaditas. Y no me dan flatulencias, al menos nada del otro mundo.
Pero aquí no las cato.
Emma,
a mí también me gustan las coles de Bruselas, (rehogadas). Creo haberlas visto en varios mercados frescos; vamos en lo que antes se decía ‘ la plaza’. Pero seguro, segurísimo que las encuentras en cualquiera de esas franquicias que llaman ‘La Sirena’.
http://www.lasirena.es/
Gracias Grillo pero no compro coles congeladas, me gustan frescas y sí, rehogadas también están muy ricas.
Las buscaré por otros lares.
Como autora del post que soy, os debo una explicación
y esa explicación que os debo
os la voy a dar…
El otro día me entraron unas ganas locas de volver a ver Milagro en Milán -tan fantasiosa, tan bonita. Bajé a la biblioteca del barrio a ver si la tenían. Resultó que no, pero a cambio…me topé con La soupe aux choux. Y la verdad, la verdad verdadera, es que , si uno consigue pasar por encima de las muecas de Funés (bastante contenidas, de todos modos, si uno piensa en el dichoso gendarme de St.Tropez)…la verdad, decía, es que me pareció muy divertida y con su punto de denuncia. Imaginad a los dos paisanos septuagenarios, los únicos que quedan en la aldea, con las maletas atadas con cuerdas, una col, una botella de vino, y el gato debajo del brazo, esperando que aterrice la nave espacial que se los va a llevar a un nuevo planeta, Oxo, donde un comité de sabios acaba de determinar que es de extrema necesidad ponerse a plantar coles….
Grillo, estoy de acuerdo con Emma: se impone un post sobre actores patrios. Y hablando del tema, Luis de Fun’es era espanhol. Su padre, de Sevilla. Y su madre, hija del notario !de Ortigueira! (el pueblo de mi abuela).
Por cierto, yo creo que las coles, comidas sin tasa, le ponen la tripa en pie de guerra a todo el mundo. En una escena genial de la peli Funes le explica al marciano las innúmeras virtudes de la col, pero no sólo para el estómago y el bienestar general del cuerpo, también para el espíritu, pues te hacen más ingenioso, más lúcido…
Las flatulencias son imprescindibles para poder contactar con el espacio interestelar.
Las flatulencias son una prueba más de la sofisticada maquinaria que nos rula por dentro. Lo que molesta al digerir : Fuera!
Tres anhos en Bruselas…Yo pasé temporadas por allí, siempre de paso. Guardo un recuerdo bastante tierno de la ciudad, con todo lo caótica y gris que era (es). Allí tenía unos buenos amigos, a los que he perdido la pista (estarán criando a sus hijos, supongo). Allí, en la Av.Louise, nació M.Yourcernar, a la que nunca me canso de releer… Pero recuerdo que lo que comíamos compulsivamente eran MEJILLONES, más que coles de Bruselas. En Madrid cuesta trabajo sacarlas adelante porque realmente necesitan frío, incluso mucho frío, y tiempo (MUCHO tiempo, meses). El anho que viene te planto unas pocas, a ver cómo se nos dan.
Prosáico como soy debo decir que las flatulencias son la demostración, sino papable sí ‘odorable’ y sonora de que las bacterias simbiontes del intestino no hacen bien su trabajo
Ese SINO, mejor separado…
s-í