Severo en la viña ( y 5)

Aquí va, para terminar la serie, la poda completa en vaso abierto de una vieja cepa de garnacha.  Fue hace exactamente una semana, cuando las cepas ya estaban llorando (i.e., la savia subiendo con fuerza).
Severo solo usa la tijera de dos manos y la azolilla. Las dos herramientas que usaba su abuelo. No le ve la utilidad a la tijera de una mano, y en cuanto al serrote, ¿para qué llevarlo, si su trabajo lo puede hacer igual (o mejor, en manos de un hombre hábil) el filo vertical de la azolilla, solo un poco más corto que el de una hachuela/destralillo?
Severo, que no es amigo de tontunas, dedica a cada cepa todo el tiempo que considera necesario. Unos diez minutos de media, contando la retirada de los sarmientos y la limpieza del pie con la azada (esto último no se incluye;  la tarea me correspondía a mí, y quedó para el final).  Por eso el vídeo es largo… Pero si alguien tiene de verdad interés en aprender a podar, que haga clic en el «on» una y otra vez. Todos los cortes que da Severo  tienen una razón de ser. Y los que no da, también. 

Por último. Un buen podador se está moviendo todo el rato alrededor de la cepa, como un bailarín a cámara lenta, buscando el ángulo bueno para meter la tijera (por detrás de la yema) y que el corte sea limpio (al bies, sin desgarros). ¡Cámbiate!, me grita Severo cuando, por vagancia, hago varios cortes desde el mismo sitio. ¡Cámbiate ya! ¡Baja los brazos!

¡Piensa un poco! 

8 de marzo 2020. Una última copa de moscatel, antes de meternos  en la madriguera.

                                        ¡Salud y rápida cuarentena a todos!

 

 

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