Peligro: ¡curvas! (y 2)

Fotos: 1730. El jardín de Rousham (cerca de Oxford), obra de William Kent, fue uno de los primeros «landscaping garden».  En Rousham todo está equilibrado, lo útil con lo hermoso, el “orden” con el “desorden”… Hay paseos serpentinos pero también setos geométricos. Hay esculturas antiguas, pero también gallinas y vacas. Los jardines ingleses de finales de siglo (ca.1780) no se le parecerán ni en pintura.

rousham,puente de Venusrousham, el río vacas RoushamKONICA MINOLTA DIGITAL CAMERA

Resumen del post anterior: las curvas inglesas tenían mucho…de italianas; las construcciones de la Inglaterra «liberal» estaban muy cerca …de la Francia absolutista, y ambas muy cerca de la Italia del XVI, es decir, muy cerca del clasicismo, con todos sus ángulos rectos al aire.

Otras ideas recibidas:

2. El jardín inglés es “natural” donde el francés “artificial”. Las raíces de esta idea son literarias. Están en Addison y, sobre todo, en las epístolas y poemas de Alexander Pope, uno de los que aplaudieron la revolución de 1688 . Pope quería que el cambio político fuera acompañado de un cambio general, en todo, en las costumbres y hasta la forma de vestir, cambio comparable –como ellos mismos se cuidaron de subrayar- con la reformas llevadas a cabo por Octavio Augusto entre el 31 y el 27 a.c, tras las guerras civiles que habían desangrado Roma. Estos poetas de finales del XVII inglés fueron llamados “augusteos”, y hasta se atrevieron con poemas al estilo de las Geórgicas virgilianas, o de la II Oda de Horacio, que traducían y “variaban” sin descanso,  animando al pueblo – esto es, a la gentry– a reencontrarse con la felicidad de la naturaleza, los placeres del campo, etc. Llegados a este punto, cabe preguntarse si hay algo más artificial que todo esto (y  el adjetivo no es despectivo, sólo viene a recordarnos que estos jardines son «creaciones»).Y si en vez de “naturales» el  único adjetivo que se ajusta a ellos no será  «literarios», o mejor,  “idealizantes», que también se le suele aplicar, pero que, nuevamente, los uniría en intención, si no en resultados, a las obras maestras del jardín «a la francesa» (¿y quizá a cualquier jardín…?).

Brown_Stowe_garden Todo el jardín se llenó de templetes, pórticos, estatuas…Lo más alejado de “lo natural” que uno pueda imaginar. El dueño de Stourhead  diseñó un recorrido -estilo parque temático- en el que cada estación/parada se correspondía con una de las pruebas del pío Eneas en su lago periplo desde Troya. Se imitaron, se calcaron, las escenas pintadas por Poussin o el Lorenés. De entre las hojas de los robles empezaron a salir Templos de Venus, Templos de la Antigua Virtud (foto a la izquierda, en Stowe), etc. Lancelot Brown -el que viene detrás de Kent, cronológicamente- reduciría el número de construcciones clásicas en el jardín, pero manteniendo la pretenciosidad pictórica del conjunto, tal como sus aristócratas clientes reclamaban…

…Y por eso los viejos parterres y setos fueron arrancados, y destrozados para siempre  los viejos jardines del siglo anterior (algunos de ellos, por lo que se lee en los manuales,  hermosísimos). Pero también  se metió mano a bosques enteros, aldeas y ríos. Ya lo hemos visto: donde el paisaje no era suficientemente “bucólico” se le enseñó a serlo. Las ciénagas, adiós. La maleza, el desbarajuste del monte: adiós. Y esta es la crítica central que se le hizo al jardín inglés en sus postrimerías; críticas nacidas de su propio seno, de otros jardineros ingleses que, defendiendo lo que ellos consideraban “verdaderamente natural”, se pasaron de frenada y fueron a dar…a otro jardín también supuestamente “natural”, pero tanto o más artificial (más, sin dudarlo) que el de sus idealistas predecesores. Este otro jardín inglés ya no es el “sublime” o “serpentino” de W. Kent o  Lancelot Brown, sino el “pintoresco”, el que ponía las ciénagas, las cascadas, y las montañas pedregosas hasta en la sopa, para hacer –decían- “more natural”. kew_pagoda_originalAnotamos, rápidamente (porque se necesitaría otro post), que en los cincuenta años que van de Rousham, por ejemplo, a los primeros jardines pintorescos había empezado a cambiar el gusto, y más radicalmente que nunca; empezaba el romanticismo, a los viajeros les gustaban más las crestas nevadas de los Alpes (hasta entonces, “effrayantes”) que los templetes en el valle, y encontraban preciosa una pagoda china, o un telderete turco, en medio de una réplica del arco de Preneste, una avalancha de pedruscos, una lápida de mármol traída de un cementerio, medio rota y llena de musgo…etc

(Foto: dibujo de W.Chambers para la pagoda de Kew)

Algunas de esas villas (no todas) se convirtieron en “ferme ornée”. La idea era poner en práctica el llamamiento de Pope, de Virgilio, y también de los “fisiócratas”, que preconizaban desde Francia una idea muy simple: que la riqueza de los pueblos estaba en la agricultura. Los ingleses, aún en plena expansión naval (su verdadera fuente de riqueza), no renunciaron a mejorar sus sistemas de explotación del campo. Estos jardines coinciden, entonces, con la culminación de los “enclosures”, el cambio en el aprovechamiento de las tierras rurales, y el inicio de la agricultura moderna. Y en tales jardines, idílicos a la par que productivos, donde –además- las ovejas mantenían bien corto el césped, el propietario podía retozar y jugar a ser campesino.Marie Antoinette, Nat.Gall.Washington En estos jardines ingleses so natural, está el precedente directo del Hameau de la Reine en Versalles, esa aldeíta donde Maria Antonieta y sus amigas se disfrazaban de rústicas, bebían leche recién ordeñada (en porcelana de Sèvres especialmente diseñada para la ocasión), recogían flores del campo, acariciaban a los corderos… Y cuando un aguafiestas llegaba de París exclamando “¡Majestad, el pueblo no tiene pan!”, ella respondía al vuelo “¡…Pues que le den brioches…!” (Foto, la reina de Francia vestida y peinada a la inglesa, con corsé pero sin guardainfantes, y con más algodón que sedas. E.Vigée Le Brun, Nat.Gallery de Washington)

3. El jardín serpentino del Siglo XVIII en Inglaterra es el prototipo de “lo inglés” (englishness).

Así formulado, a mí me cuesta trabajo creer esto. Ni en la primera fase (la de W.Kent y Rousham, para no perdernos: paisaje curvilíneo sin exagerar + templetes), ni en la segunda (la propiamente “english”, la de Lancelot Brown: más paisaje curvilíneo y menos templetes), ni menos aún en la tercera (la de W.Chambers: el “totum revolutum” de finales de siglo). Tanto en la jardinería como en la arquitectura, los ingleses de cualquier época siempre miraron a Italia y a Francia, adaptándose a la evolución del gusto en esos paises.   En realidad, tanto lo que se ve en los jardines como en la arquitectura, es una amalgama  original de cosas pilladas aquí y allá. Un poco de Paladio, otro poco del Bernini, un aquel de Mansart, unas gotas de Guarini, unas torrecillas y unas vidrieras góticas… Y lo mismo en el jardín. Una mezcla de Oxfordshire y la Toscana,…con un templete que imite el Panteón de Agripa y un kiosko chino para variar. Esto de “pillar”, entonces, ¿no será uno de los ingredientes básicos de la englishness?.

Posibles (y seguro que matizables) conclusiones, a añadir a las del post anterior:

-Que el Lorenés está siempre en el epicentro de los jardines que se diseñaron entre 1650 y 1750, tanto del jardín francés, que mira al horizonte, buscando la luz y la perspectiva, como en el inglés, que se queda con el primer plano, con los ingredientes “tangibles” (este puente paladiano, este rebaño de ovejas…). Tanto en le Notre como en Kent, pues.

-Y que lo que movía a los jardineros ingleses, a los aristócratas que los financiaban, más aún, lo que quizá sigue moviéndolos a día de hoy, lo “específicamente inglés”, en definitiva, si es que tal cosa existe… ¿no será la añoranza de Roma, de un paisaje ordenado, hermoso y productivo a partes iguales, absolutamente idealizado, la añoranza, en definitiva, del sur?.

Bibliografía

Indispensable: V.L. Tapié, Baroque et classicisme, Collection Pluriel, 1980 La mejor fuente de información que he encontrado sobre los jardines del XVIII es http://www.gardenvisit.com. De ahí procede la cita de W.Hogarth, la reproducción de los corsés, y también el dibujo de la pagoda de Kew. Horace Walpole, On modern gardening, Pallas Athene Publ.London, 2004. La historia de la jardinería de Penelope  Hobhouse (The Story of Gardening, Darling Kindersly Publ., 2004)  aporta noticias estupendas sobre la época y muchos detalles sobre cada jardín, pero también deja caer, sin cuestionárselos realmente, algunos de los viejos tópicos.

rousham, entrada

3 comentarios en “Peligro: ¡curvas! (y 2)

  1. UT PRISCA GENS MORTALIUM pero en bien! Me ha gustado mucho esta serie de CURVAS. Prefiero el jardín inglés aunque sea amalgama, pastiche o lo que sea. Esto de encontrar un templete pladiano rodeado de ovejitas me parece maravilloso. Besos, Cris, un trabajo estupendo.

    • Gracias, Maite.
      A mí me encantan (quizá sea lo que más me gusta de toda la historia de la jardinería, hasta donde la conozco) los jardines ingleses de primera hora. Los que todavía tenían una pata en el XVII. Como me encantan algunos rincones de Versalles…que ya tienen una pata en el XVIII. En realidad, lo que quería criticar (suavemente…) es la pretenciosidad de los teóricos, cuando quieren que veamos en estos jardines, artificiales como TODOS, un modelo de naturalidad. O cuando, en vez de subrayar las influencias recíprocas entre paises/estilos, sobreestiman la «especifidad» de unos y otros, olvidando que esos gentlemen-gardeners de antaño eran gente viajada y culta, permeable.
      «Pastiches», con un sentido negativo, en mi opinión, lo fueron en la siguiente generación, la de Chambers. De ahí a las monas de pascua que se ven en algunos sitios tantas décadas después, pienso -por poner un ejemplo reciente y cercano, pero los hay a puñados- en el «Parque Europa» de Torrejón, con su Torre Eiffel, su Torre de Pisa, su Puerta de Brandemburgo en miniatura…hay un paso. Con esto si que no puedo!.

  2. Hay mucho más que hilar en esto de los jardines, sobre todo los ingleses. Te dejo esto que me parece muy relevante porque lo siguiente es la Comunidad de Madrid, claro:

    «¿Se imaginan un toque de queda generalizado para que nadie pueda salir al campo en los días previos y durante la celebración de cacerías? ¿Que esos días ya no se limiten a una temporada, sino que pueda cazarse durante todo el año, sin respetar la época de cría ni las de migración de la fauna? ¿La Naturaleza convertida en jaulas infranqueables, tanto para los animales como para las personas, por medio de una densa red de altas vallas metálicas? ¿Y los derechos constitucionales de los ciudadanos y la legislación medioambiental supeditados así al interés comercial y privado de los grandes productores y explotadores cinegéticos?

    Todo eso y mucho más autoriza el anteproyecto de Ley de Caza de Castilla-La Mancha. «

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