En lo más crudo de la cruda primavera, cuando muchos animales ya han criado y otros están a punto de hacerlo, hay que ser muy cuidadosos con todo. Con los gazapos (ojos negros) y con los nidos de perdices (ojos rojos). Con los gazapos sobre todo, porque se quedan inmóviles entre las hierbas, convencidos de que no les ves, y ni se inmutan hasta que ya estás casi encima (¡y con la desbrozadora encendida!). También las serpientes de escalera -las que más se dejan ver por aquí- son un poco inconscientes; estos días empiezan a salir al camino a calentarse pero, soñolientas y lentísimas de reflejos, tardan en apartarse cuando se acerca un coche. Hay muchos más animales cuya presencia ni sentimos, como éste de la foto, que encontré mientras les «hacía los pies» a las cepas. Si en vez de una azadilla hubiera tenido en las manos un señor azadón, como los que se estilan por aquí, no me habría dado tiempo a detener el brazo en el aire.
Le salvaron sus ojos verdes, brillando en la tierra como una esmeralda borrosa, del tamaño de una lenteja. Cogí al sapo, todavía adormilado, y lo trasladé envuelto en hierbas al pie de otra cepa. Cuando al día siguiente volví a ver si todo iba bien, el hombre se había marchado ya, o quizá se había enterrado muy profundamente, para seguir dormitando unos días más.
El final de abril tiene algo que recuerda a septiembre. Al atardecer , aunque el trabajo es inmenso, me quedo pasmada mirando los árboles. No me importa nada que den o no den fruta. Sólo quiero que crezcan, que arraiguen con decisión y que aprendan -eso sobre todo- a salir adelante sin mí. No todos van viento en popa, qué más quisiera. El viejo melojo junto al camino se apaga irremediablemente. La brotación había ido perdiendo empuje estos últimos años, y ahora la desproporción entre la masa de hojas (que no es tal «masa») y la estructura leñosa hace difícil/imposible la supervivencia del árbol. No sé si hemos hecho algo mal. ¿No limpiamos el cauce del arroyo lo suficiente, para que el agua termine llegando hasta el melojo?. No sé. La verdad es que, en esta cruda primavera de 2014, la tierra vuelve a estar reseca y dura…como a veces en septiembre, después de un interminable verano. La gente que no vive pendiente de estas cosas cree que ha llovido mucho porque los pantanos están llenos, pero no es así. Ha llovido en la sierra, no aquí abajo. Por esta zona ya estamos otra vez con la angustia, esperando y mirando al cielo, esperando y consultando las previsiones en internet, esperando como siempre, cada día, esperando, a ver si entra por el oeste una buena borrasca que haga crecer los árboles y cuajar la fruta.
Asoman las «Mona Lisa», pero sin mucha fuerza. También ellas, las patatas, esperan el agua de mayo. Asoman ahí mismo las correhuelas, que se vienen al campo camufladas entre el estiércol que traigo del «tinao». Ayer, arrancando correhuelas entre los surcos, ví una araña cargando con un saco de huevos, blanco como la nieve y casi más grande que ella. Han germinado las semillas de calabacín, calabaza, pepino, todos ellos en «lasañas» de paja y hierba fresca recién desbrozada, mezclada con algo de tierra y mantillo. Ya tenemos los primeros tomates plantados. Anastasio, el anterior propietario, me dice que mal, que mal, que hay que esperarse a «la Cruz de Mayo», que no se gana nada corriendo… De la huerta del pasado verano todavía estamos comiendo lombardas y (hoy miércoles) las últimas acelgas, justo antes de que empiecen a echar flor las plantas, momento en que las arranco y dejo sitio para otra cosa.
Los injertos de las cepas han prendido. En espera de la lluvia, los riego con mucho tiento (sin desbaratar las uniones) una vez por semana.
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…y el boletín informativo desde Sarria
Publicada una Carta Aberta a la Directora Xeral de Patrimonio de la Xunta de Galicia – ¡que además es de Sarria!- afeándole su conducta de estas últimas semanas. El Alcalde ha vuelto a hacer declaraciones, tan hilarantes como de costumbre. En este momento, la gran duda es si la Confederación Hidrográfica va a tener valor de cortar los árboles que más les estorban, y para los que, aseguran, «tienen permiso». Habrá que verlo, porque la paralización cautelar de la tala por el juez sigue en pie, y , que se sepa, la «autorización expresa» de Patrimonio para ejemplares aislados, que exige la normativa de protección del Camino de Santiago, no existe (¿cómo justificar entonces las talas realizadas antes de esa fecha?; de ninguna manera: son ilegales se mire por donde se mire).
Toda la información: https://www.facebook.com/salvemosoriosarria
Es un Bufo calamita, un sapo corredor, un lujo porque, como todos los anfibios, están de capa caída.
Por aquí también hay ranas comunes (más madrugadoras que el sapo, llevan ya unas dos semanas croando) y alguna salamandra despistada, arriba en el manantial. Están en la etiqueta «anfibios». También un mini-vídeo de un sapo hembra, que dormitaba en el compostero.
Sí, yo también tengo por mis pagos esos maravillosos vecinos, y hasta algún escasísimo tritón en algunos límpidos abrevaderos (Triturus boscai y T. marmoratus), pero en conjunto, tanto en las selvas tropicales como aquí en las zonas templadas, el número y diversidad de anfibios se ha reducido y se reduce drásticamente, parece que es debido a un hongo parasito poco acomodado que asfixia,impide su respiración cutánea y en sinergia malvada con los aumentos de temperatura.
“Para la mente, todo está en el futuro; para el corazón, todo está en el pasado.” Andrei Platonov
Un abrazo
**Copio y pego aquí un comentario de Betula alba sobre las lombardas, enviado a otro post pero que encaja mejor en éste:
«…Es una receta para las lombardas, que, a mi modo de ver, no son por sí mismas muy sabrosas. Sin embargo, en un sitio me la sirvieron acompañando un plato de carne y me supo riquísima, tirando a dulce. Pregunté la receta y la respuesta me sorprendió bastante. Hay que poner un poco de vinagre de vino, al que se añade un chorro de vino, en el fondo de una cacerola. Se echa la lombarda cortada finita y se deja que se haga. La explicación del cocinero es que entre la lombarda y el vinagre se produce una reacción química especial …¿? No sé. Lo cierto es que estaba riquísima. También me sugirió la posibilidad de añadirle pasas. También tiene buena pinta, ¿no?»
Pues bravo, Betula. hay pocas recetas con lombarda (eso creo). Yo las como crudas, picadas finas, en ensalada. Pero esto suena muy bien,y además muy fácil. probaremos. Bss