Brsch

Entre noviembre y diciembre

brsch en la mesaAsí, de carrerilla, sin vocales ni articulaciones donde pararse a tomar aire, como si abriéramos de golpe un grifo que llevara tres años atascado, así se decía en ucraniano antiguo “remolacha”. Brsch  – nos  asegura google, pronunciando /borsch/-  es también el guiso que se prepara con ella. En LRO plantamos remolachas  todos los años. El grillotopo suele comerse alguna, en especial las de la primera tanda (en primavera) pero no las devora con esa ansiedad paranoica con la que ataca, por ejemplo, las cebollas. Las de este año son de la variedad “Detroit”, compradas en plantón a Hortiaroma.  Redondas y muy dulces.  Les lleva  tres meses (o más) acabar de engordar. Les gusta el suelo muy rico, como a las patatas. Fresco, desde luego, pero hemos observado que aguantan el calor mejor de lo que suponíamos. Al arrancarlas las metemos en bolsas de papel, con las hojas y todo, y las guardamos así envueltas en la parte de abajo de la nevera.

Al brsch, por lo que leo, se le puede echar carne o no. Pollo, tocino, buey, cordero: lo que a cada cual le apetezca. O nada. Se le puede pasar la batidora o no (1). Vale con tomate y también sin él.  Hay quien le pone col. Hay quien le pone puerro. Hay quien le pone puerro y  apio. Se supone que ha de hacerse con mantequilla, que será lo suyo en esas tierras eslavas. Pero no son pocos los que recomiendan hacerlo con aceite…de oliva. Unos le echan yogur, otros nata agria, otros ni una cosa ni la otra. En una página dedicada a las sopas ucranianas leo que también se le puede añadir pampushki, pirozhki,  galushki, vatrushki…
Conclusión: el brsch es un plato sociable y generoso en el que, mientras predomine la remolacha,  uno puede ir echando TODO LO QUE ENCUENTRE ESE DÍA EN LA NEVERA.
ingredientes borsch
En casa  hacemos un brsch modesto, sin galuski ni piroski.  La receta es como sigue:
Se doran en mantequilla un par de cebollas picadas; se incorpora  la remolacha cruda cortada en rodajas finas (un kilo largo), se revuelve  y se le añaden un par de patatas también muy troceadas; si hay col se le echa, pero si no la hay nadie bajará a comprarla…Una media hora antes hemos puesto a cocer unas alas de pollo o unos huesos de buey (que serán la merienda de los perros), con una zanahoria buena, una penca de apio, y  un puerro gordo (o tres finos).  Una vez retirados los huesos  y la penca de apio, se vierte el caldo en la olla donde estaba dorándose la remolacha. Se le  mezcla medio tarro de nuestra salsa de tomate casera.  Y se deja cocer todo a fuego bajo, con la olla tapada, una hora bien a gusto. Aquí sí le pasamos la batidora. Al servirlo –muy, muy caliente- le añadimos en el plato una pella de nata fresca. Se le pica un poco de perejil por encima, y a la mesa.

NOTAS
(1) Los puristas dirían que NO

17 comentarios en “Brsch

  1. Se agradece tu receta y también la probaré. Pero a mi como más me gusta es hervida, cortada en rodajes y aliñada con sal, aceite y vinagre.
    Es una hortaliza llena de excelentes propiedades sanatorias para el hígado, la vesícula, la anemia, el intestino, etc, etc. Es curioso que a unos les astringe y a otros les vale como ‘lanzante’.

  2. Sí, así es perfecta para guardar en tarros, como conserva. A mí me parece que ni me astringe ni me «lanza»… Qué va, me sienta bárbaro. Quizá porque le echo tantísimas cosas que lo que le falta a una lo compensa la otra, y el producto final es bastante equilibrado. Me gusta también el color. Y que te deje las manos teñidas, como de frambuesa. En cuanto a la receta…¿puede llamarse receta una cosa tan sin pies ni cabeza, en la que todo vale?. El borsch más rico lo tomé en Moscú, en casa de un amigo que tenía cocinera contratada . Se llamaba Lida y era un sol (a diferencia de la mayoría de sus conciudadanos, no muy bien dispuestos -nos pareció- hacia los extranjeros). Lida nos hizo dos taper de diferentes ensaladillas para el viaje de vuelta, que le agradecimos muchísimo. Quedamos con ganas de volver.
    bss

  3. Fuísteis al Moscú de hoy o al de la antigua URSS. El frío es el mismo… Pero yo fu cuando para rodar unas tomas de no recuerdo qué era aún la Unión Soviética. Íbamos un inglés grandote y yo. Contínuamente nos seguía un tipo descaradamente. Debímos parecerle espías o sospechosos.
    Hasta las trancas de vodka el grandullón inglés, Charly. Jnekins, se volvió una noche y le dio al ruso tal hostia que quedó inconsciente en el suelo…
    Temí que aquello empeoraría la situación , pero no. A partir de entonces los dos días más que nos quedamos no nos seguía nadie o no lo notábamos tan descaradamente. Le dije a Charly ¿y si aquél pobre infeliz nos andaba detrás por unos rublos o dólares?

    Ahora, a pesar de los pesares y de las cosas de Putin, Rusia tiene que estar muy bien, digo muy interesante y bonita para el visitante ¿no?

    • Fuimos sólo a Moscú, en el 2oo4. Nos gustó tanto que cancelamos la visita a San Petesburgo para quedarnos más días allí. Los moscovitas adoran su cudad. Veíamos cuadrillas de vecinos haciendo chapuzas por el barrio en fin de semana. Sólo nos movimos por el centro, claro, así que ni idea de lo que pueden ser los suburbios (y no me hago la menor ilusión al respecto). Vimos las colecciones de arte ruso del XIX y XX, recorrimos todas las estaciones de metro, los cementerios históricos (fuimos a presentarle nuestros respetos a Chéjov: una tumba pequeñísima, cubierta de maleza),paseamos los parques, aprendimos a venerar a Andrei Riublev y los iconos rusos. Era mayo. La suerte hizo que incluso pudiéramos asistir a la celebración del día 8, la victoria sobre los alemanes. Vimos a los niños repartir claveles a los soldados supervivientes, tanto de la guerra como de las purgas… Y comimos como bestias pardas. Del ambiente no me atrevo a decir gran cosa: diez días es muy poco. Mi amigo tenía de casero al presidente de una pequeña república de la confederación. Vimos limusinas, lujo, y gente muy pobre y muy orgullosa cargando con sus cuatro bártulos. No sé si nos siguieron o no, como a vosotros. ¿Quizá sí, teniendo en cuenta dónde nos alojábamos…?. Vaya usted a saber. Rusia -su historia de dramas, fracasos, su mala suerte ancestral- me da mucha lástima. Me recuerda mucho a nosotros.

  4. Hablando de la antigua URSS, es muy aguda la crónica que hace en sus memorias Fernando Fernán Gómez de un viaje a Rusia cuando fue invitado por un festival de cine.
    Yo debo de tener algún tipo de trauma infantil con las remolachas porque no soy capaz de engullirlas: me dan grima, me parecen sangrientas; sólo el imaginarlas en la batidora me produce escalofríos, y no sé por qué, ya que es una legumbre (¿es una legumbre?) que no me parece que tenga un aspecto ni un sabor más desagradables que cualquier otra.

    • Hola Antonio. Sabemos de tu naturaleza hiperestésica…¡mira que considerar sangrientas las remolachas, con lo requetebuenísimas que están, y ese pringue rosado, que me recuerda el color de nuestra garnacha..!. Creo que en francés a todo lo de la huerta tienden a llamarlo «legume», ¿no?, por eso a lo mejor tu lío. Pero botánicamente la remolacha no es «leguminosa», es decir, no está emparentada con las judías ni los guisantes, sino, en concreto, con las acelgas…En fin, que no he leído las memorias de F.Gómez. Me caía ben, lo encontraba muy payaso y entrañable. Otra recomendación vuestra para la libreta de notas ( más tarde o más temprano, esas películas y libros acaban cayendo en el cesto).

      • A Antonio le encantará saber que la remolacha se llama científicamente como una letra griega: Beta

        De payaso FFG nada, un gruñón entrañable y terrible (le conocí personalmente, no siempre va a ser Grillo); las memorias son espléndidas (El tiempo amarillo o algo así se llamaban)

      • El tiempo amarillo, sí. En Debate. Acabo de buscarlo en la red. Imagino que su estancia en Rusia sería anterior a la perestroika. Creo que en alguna ocasión, en alguno de vuestros blogs, ya leí algo sobre él. No recuerdo bien (buscaré el post de Grillo). En cualquier caso, el libro no lo tenía fichado, así que gracias!.

  5. En el trato personal F.F.Gomez era amable, muy culto, gran lector y buen dramaturgo. Por eso le dieron un sillón en la Academia.
    Ya dije en otro post que nos reunimos en una tertulia de santos bebedores y gente divertida por el paseo de la Habana. Yo era el benjamín, entre él, Azcona, Berlanga, Alfonso Sánchez, Tola, J.L. Coll, Tony Recoder, J. Estelrich,Perico Vidal, algún otro asiduo de Gijón (siempre lampantes), etc,
    Más de una noche acabé en casa de FFG con la fea Emma Cohen, pero siempre fueron muy acogedores conmigo. La Cohen debía creer que siendo novia de Fernando ya alcanzaba el título de buena actriz, pero en un escenario o frente a las cámaras se venía abajo y quedaba engolada y empalagosa. Y creída. Nos caíamos educadamente mal… y eso que fuimos Quique Herreros y yo quienes fuímos a buscarla a Barcelona porque nos dijeron que era joven, guapa y prometedora. Nada: un bluff. Una niña ‘bien’ metida a la bohemia para disgustar al padre.

    En público, por la calle, F.F.G. era antipatiquísimo y mal educado de modo gratuito. Cierto que la gente a veces es pesada con los famosos… pero ese tributo van con trabajo.

    Pero a mi, personalmente, me parecía un mal actor, haciendo siempre de F.F.G.: su ‘talento’ artístico se fundaba en venir de una familia de actores, en que era alto, pelirrojo y con un bozarrón de cántaro. Cuando decía esto se me echaban encima otros que tales: otros peliculeros que se echaban al cine como quien prueba suerte y porque para hacer un papelito, entonces, no hacía falta tener estudios ni saber nada. Podría dar una docena larga de nombres en idénticas circunstancias: Bódalo, El mayor de los Ozores, juando Menéndez, Arturo Fernández o el mismísimo Jose Luis López Vazquez, mendaz, malo en el plató, siempre las mismas muecas y tics.

    Lo que pasa es que después de 50 años en el oficio al final aprendían cositas y podían hacer algunas escenas pasables.
    Los nuevos actores de hoy si toman conciencia de ese oficio y se preparan: estudian arte dramático, gestualidad, se colocan la voz, hacen ejercicios respiratorios y leen mucho. Es otra cosa. Me encanta verlos en pelis y en series televisivas cómicas o dramáticas.,

    Barbie, siento desviar el motivo de tu post: Me chiflan las remolachas

  6. Muchacha,
    Ganas de encontrar lo que me pidas las tengo siempre; y a menudo tiempo tengo de sobra. Pero no encuentro el post que me pides donde parece que criticaba a los nefandos actores españoles de antaño. Me suena, pero por mí mismo el último que veo es el de ‘Mi tío Antonio’.

    Digo yo que tendrán que estar TODOS los posts en algún sitio… Cuando venga mi copiloto le diré que me indique cómo encontrarlos.
    Lo que sí recuerdo es que a muchos de los actores españoles supuestamente conocidos/famosos les temblaban las patas cuando se ponían en su marca y el director pedía ¡ Acción !

    Berlanga, por ejemplo, no dirigía a los actores.. Decía que el secreto estaba en hacer un casting con los que conocía y sabía que daban bien para el papel. Al viejo aristócrata aquél con las manos artríticas que estaba siempre en ‘Escopeta Nacional’ le dejaba vestirse y hacer y decir lo que quisiera y estuviera más o menos próximo al guión, – Que este haga lo que quiera, porque es su papel en la vida real y sabrá cómo hacerlo mejor que como pueda yo escribirlo.
    Donde sí se aplicaba mucho era ensayando muchas veces una secuencia larga, entera, de un tirón, para que actores y técnicos pillaran bien los movimientos; y luego iba ya a los planos más cortos con la mediana seguridad de que no podían ser tan ineptos como para no recordar de qué se trataba.
    Una vez, por contrato, tuvo que hacer un anuncio promocional de su colección ‘La sonrisa Vertical’ con la bióloga esa tonta de las tetas. Ana obregón.que estaba en pleno apogeo. . Me pidió que le ayudara porque le constaba que era mema. La primera y única toma donde aparecía era acercándose a un sillón de una casa majestuosa, tenía que sentarse y decir solo – Hola. soy Ana obregón y les recomiendo…» Luego se cortaba el plano y el resto eran comentarios en off de los libros.

    – Grillo ¿no la ves? No sabe andar con naturalidad, parece que está borracha, sobreactuada o creyéndose Rita Hayworth; se sienta que parece que la han disparado, saca pecho, mete culo, se yergue, pone morros y caras. Haz tú lo que puedas antes de que la ahorque. Tardé 5 horas en sacarle una toma solamente pasable. Ya entonces era tan cretina como ahora.

    • Es que a mí también me suena, quizá de los comentarios a alguno no de tus posts…Voy a ver si lo encuentro husmeando yo misma por tu archivo. Mira, con todo lo malos que fueran los de antes ¿no crees que esos actores al menos hablaban, articulaban mejor que los de ahora…?. Un día haciendo zaping pillé al vuelo una frase de Aguila roja (que nunca veo, no sé ni de qué va), y tuve que oir, horrorizada, cómo uno de los protagonistas, supuestamente en el siglo XVII, le soltaba a no sé quien un «¡y te largas de aquí cagando leches..», o echando leches, algo así. Caminan y se mueven como si fueran Cristiano Ronaldo saliendo al campo.
      Grillo, me has hecho reir con «la bióloga tonta esa de las tetas». No se sabe bien a qué anda ahora la buena mujer. Cuando eres un desastre a los veinte, a los cuarenta ya ni te cuento.
      Las Escopetas Nacionales siempre me han divertido mucho. Bss

  7. Si vas a leer «El tiempo amarillo» te recomiendo la edicion de Peninsula, donde en el mismo tomo esta tambien la novela «El viaje a ninguna parte».
    Quiza por deformacion profesional, suelo interesarme por como tratan al populacho los grandes del cine o de las letras cuando van a restaurantes u hoteles, y este salia perdiendo. Alguien me conto una gran bronca que le echo a un camarero en un hotel de Santiago porque tardaron en servirle y encima el pescado estaba frio. El camarero lo habria mandado al carajo, pero entonces igual lo echaban y buscaban a otro camarero, asi que tuvo que comerse la bronca. Debio de ser una situacion bastante penosa. Aparte de eso, me gusto mucho su pelicula «El extrano viaje», y un poco menos «El mundo sigue».

    • Tenía fama de huraño, a pesar de su lado bueno, como los comentarios de L. y G. certifican. Pero nada justifica ser tan borde, estoy contigo, y mucho menos con un trabajador que te está atendiendo (tendría que haber sido éste sumamente impertinente para merecer tal regañifa…y aún así).

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