No trespassing!

Mayo 

no tresspassing 400pixAl sur y al este de LRO se extiende una franja irregular de monte bajo que crece de espaldas al resto de la finca.  Es un tramo reservado para los animales salvajes, en el que no entramos nunca y en el que no deberían entrar ni siquiera  los perros. El objetivo se consigue sólo a medias. Entran los cazadores y la gente que viene a buscar espárragos. A estos últimos les perdonamos la vida ( …aunque no suelen dejarnos ni la prueba) porque la finca está abierta y ellos no hacen daño a nadie.  Los cazadores son harina de otro costal. Todos los inviernos nos arrancan los carteles de “propiedad privada/prohibida la caza”, y en estas zonas vedadas de las que hablo dejan quedar cajetillas de tabaco, latas, botellines, cartuchos de escopeta. Por no hablar de los perros abandonados a su suerte en el monte  -por ser viejos, estar heridos o cazar mal- cuando termina la temporada en febrero. (De eso, de ese drama tercermundista,  habría que hablar por extenso algún día.)
Alguien más se deja caer por aquí cuando no hay nadie: los que nos roban los postes del camino. Ya van por el tercer año. Sólo son postes linderos, sin alambre, clavados en dados de hormigón casero, y muy espaciados. Los pusimos como señalización para la retro-excavadora de la sociedad de cazadores, que arranca la tierra al pie de las encinas, amén de jaras, retamas, zumaques (todo lo que pilla), para tapar de mala manera las cárcavas del camino y ahorrarse unos euritos en zahorra (véase «Grietas»).  Los ladrones pican el hormigón, arrancan el poste, y adiós. Da mucha pereza estar siempre así, uno y otro año. ¿Quién se cansará antes?. Lo único indiscutible es que no vamos a cerrar la finca, por mucho que nos busquen las cosquillas los amigos de lo ajeno (también se llevan herramientas, sacos de cemento, mangueras, cosas de la huerta..).  Si los animales no pudieran entrar y salir a su aire, como siempre han hecho, ya no nos interesaría seguir aquí. Los jabalíes y los corzos, y los zorros, se acercan cada noche a beber a la charca y al estanque (nunca los he visto pero lo sé).  Cuando dan las nueve de la noche en verano, o las seis en invierno, la finca ha de estar despejada. No queremos tampoco que nadie se quede a dormir en la casilla. ¿Para qué?. ¿Para incordiar a los animales?. La simple presencia de una furgoneta, el ruido de un motor, un susurro de voces humanas, les asustaría.  La gente, a dormir al pueblo.
peonia broteroi 1ªsemana mayoEn la zona-prohibida de la que quería hablar hoy crece una mata de Paeonia broteri. Entro una vez al año, a principios de mayo, para ver la peonía. Y ya no vuelvo a meter la nariz hasta la siguiente primavera. Ese día aprovecho para retirar la basura que me han dejado quedar unos y otros. Estas peonías debían de nacer asociadas al melojar, más que a las encinas, por eso, como los melojos, están en regresión en LRO (en la misma lista que los jacintos de bosque, por ejemplo).  La peonía va menguando de año en año. El capullo es cada vez más minúsculo y la floración más desganada. El año pasado no floreció. Este año la mata está más tupida pero tampoco hay capullo. Para consolarme  he plantado en el jardín de casa una peonía arbustiva -de esos híbridos tremebundos que «fabrican» los japoneses-  triste remedo, a pesar de su espectacularidad, de lo que quisiera ver y ya no veo en los rincones umbríos de LRO. Pero tampoco en esto hay que rendirse: las peonías tienen raíces poderosas, y longevas, que pivotan como barrenas hasta las entrañas del bosque. Si ese rincón se mantiene fresco -y si ningún ladrón de postes me la pisa- es sólo cuestión de tiempo que vuelva a florecer.

6 comentarios en “No trespassing!

  1. ¿Tienes corzos en esa tu zona tan seca?

    Puede que tu peonia no sea la broteri, hay como mínimo tres especies más, una muy asociada a encinar en vez de la melojar. (te mandaría fotos de las que he hecho yo este año, pero tu e-mail…)

    Es tan loable tu tesón en defender tus lides de esas ‘plagas de dos patas sin cercar la finca…no tengo palabras, salvo las de aliento.

  2. Supongo que los vecinos bestiajos de dos patas y los puñeteros cazadores se cebarán más aún sabiendo que LRO esta en manos de dos mujeres. Además de esa santa paciencia y del tesón, también yo te aliento.
    Si uno de esos imbéciles tan solo pudiera echar un vistazo a tu blog y ver la delicadeza, el amor a la naturaleza y tus sentidos escritos, seguro que cambiaría de opinión.

    Ya sé que estoy diciendo algo quimérico, pero…

    Te daría ánimo, pero veo que lo tienes a mansalva. Entonces, un besito.

  3. Nada que añadir a los dos anteriores comentaristas.
    El agua es blanda pero moldea y puede con la dura roca.
    Admiro tu generosidad que, por otro lado, es lo que deberíamos sentir todos.

    Barbie, te he mandado un email para invitarte a un evento y tu correo de terra se empeña en responderme que no existes. Tienes otra dirección de correo electrónico donde pueda contactarte?

    Si no te lo cuento aquí.

  4. Perdonad la tardanza en contestar, llevo dos días con la huerta que no paro, ni enciendo el ordenador.
    Lans, se lo he oído a los propios cazadores, bravuconeando. ¿Serán realmente corzos?. Quién sabe.
    Grillo: afirmativo. Un ejemplo. Anteayer domingo. Le dije al Chuletas (uno del pueblo) que viniera a echarme una mano par limpiar la charca al pie de la alberca (donde nacen libelulos y libélulas), que cuanto me cobraba, tal y cual. Se escandalizó por cómo lo tenía todo de «dejado» (hierbas, hierbas, hierbas) e hizo mucho numerito con el trabajo que les iba a costar… Vendría con otros dos, a jornal. Me insistieron mucho la víspera en que empezarían a las 7. Les dije que yo llegaría un poco más tarde, que era domingo, que fueran empezando sin mí…Vale. Pues nanai. Yo soy la que llega antes de que den las siete. Enciendo la desbrozadora (previamente me disfrazo de cazafantasmas, con toda la parafernali: arnés, careta, tal) y me pongo con el brooom, a funcionar, para que cuando ellos lleguen (7.30, cosa que ya sabía, porque me sé sus horarios como los del cuco) vean que, «a pesar de» ser mujer (y foránea, para más inri, ¡y ecologista!, como ellos dicen) eso no significa que sea inútil… Así siempre. Puro marketing, pero es lo que funciona. Eso y tratarlos muy, muy bien (cerveza, conversación, etc). Después lo contarán por los tres bares de la calle central del pueblo. Quiero creer que algún día, aunque sólo sea por aquello de que «el roce hace el cariño», acabarán respetándonos un poco.
    Emma, ¡qué bien!. Sobre el correo: terra.com (no .es!!). Por si no funciona, te voy a mandar ahora yo un mail. Bss
    Y gracias a los tres por los ánimos.

  5. Esas peleas por hacerse un sitio y ser respetado no deberían darse, pero parece que se dan y se darán siempre. A una mujer en un entorno de hombretones le va a resultar siempre más difícil, pero también es corriente que tenga que aprender a defenderse o a hacerse respetar en contextos muy parecidos el que es tímido o lleva gafas o cosas de ese tipo. (Por cierto, al “Chuletas” menuda mierda de mote le han puesto.)
    En la aldea donde viven mis abuelos, unos gañanes hicieron una finca ocupando un trozo de un camino, con lo cual ahora hay que dar un rodeo si pasas por allí porque el muro linda con un bosque impracticable. Y para rematar la jugada y terminar de convertirse en el cachondeo de todos los vecinos, en la parte del camino que pasa por delante de su portal han puesto un cartel que dice “aceso pribado”.

    • El Chuleta(s) lleva a la finca un costillar entero, que se asa a la brasa en la casilla para él y sus dos acólitos. De ahí -imagino- el mote. Es muy, muy, pero que muy bruto. Pero es que yo no sé si uno más fino cavaría el cauce del arroyo a puro azadón y en tiempo record, como hace él. Quedó loco cuando le dije que estos últimos años lo había limpiado yo, con ayuda ocasional (y más que ocasional) de una amiga. Con todo, lo que de verdad les hace mover la cabeza con aire de aprobación es el manejo de la pequeña maquinaria agrícola. Verme tensar la cadena de una motosierra, o cambiarle la correa a la «mulilla». Así, así es como me voy ganando el corazoncito del Chuletas…
      En cuanto a esos pobres del camino de tu pueblo, Antonio, qué puedo decirte. Si tratan bien a sus animales, si son mediana buena gente…Pero no me hago la menor ilusión. Tal como lo cuentas, parecen más bien del género cabroncete. A puñados los hay, y es dificilísimo saber como tratarlos.

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