Antes del invierno
La lluvia y la pendiente convierten las grietas en cárcavas allí donde no hay nada que sujete la tierra.
(1) En el campo el problema era el arado. Al dejar de arar la hierba ha vuelto a crecer y sus raíces se han convertido en la mejor herramienta contra la erosión. Donde las grietas eran profundas hemos utilizado un relleno de palos y piedras -para que escurra el agua de lluvia entre ellas-, todo cubierto de tierra y rizomas de grama.
(2) En el camino. La sociedad de cazadores, en vísperas de abrirse la veda, mete una pala excavadora para tapar esas cárcavas con la tierra (fértil) que va mordiendo de aquí y de allá, en los taludes linderos de las fincas contíguas… No echan zahorra (no gastan dinero en eso). No echan nada. Rutinariamente, para que el camino aguante unas semanas, repiten año tras año la operación. El camino se va ensanchando tontamente, y los cazadores -encantados- pueden pararse a charlar cuando se cruzan, cada uno en su respectivo 4×4. No les importa que, si la primavera viene lluviosa, en unos pocos días toda esa tierra robada al campo, a los nidos de abejarucos y serpientes, vuelva a correr pendiente abajo…
Cuando limpiamos de grama las huertas, operación agotadora donde las haya, capachos enteros de rizomas y tierra se van a continuación al camino. Después procuramos pisotear el mejunje pasándole con la furgo por encima, para que la grieta quede bien bien tapada. Vaciamos también -mezclado con lo demás- los haces de sarmientos (picados con la tijera de dos manos) que hayan podido quedar olvidados por la viña, e incluso los calderos con ceniza de la chimenea. En alguna ocasión hemos llevado escombro: pero cuidado, ha de ser escombro seleccionado, menudo, que colmate bien el fondo de la grieta al tiempo que deja correr el agua . Hay que ir vaciando saquito a saquito y cubrirlo todo cuidadosamente con tierra (llevar azada en el maletero). Los trozos grandes de cemento, ladrillos, yeso, etc, además de horrendos son peligrosos (si una moto de cross o un «quad» -verdaderas plagas del campo- los pinza y te los deja para arriba…adios neumático)
jajaja, a quién le importa el neumático reventado?
En todo caso es increíble lo labiorosas que sois tapando grietas. No sé a qué animalito asociaros. Quizá a las termitas…
Pero qué va, ¡si la mayor parte del día la pasamos mirando las musarañas!. Al contar las cosas en el post parecen más importantes (¿por qué será?).
Lo de los cantos en el camino. Una vez, trajinando en la huerta, escuchamos una llantina que venía de la cuneta. Era un chico -un señor casi, en realidad- que se había metido con la bici en una de esas grietas destrozadas y había salido volando al monte; no tenía móvil, ni fuerzas para gritar; hubo que llevarlo al centro de salud, y de allí, ya en ambulancia, a urgencias a Alcorcón. Un brazo y varias costillas rotos. Llama por teléfono su madre, llorosa: «No tengo palabras…-empieza, y cinco minutos así, entre la emoción y el llanto. Bueno, unos días después de estas manifestaciones de gratitud nos llama el accidentado para quedar en la plaza de toros (lugar de encuentro más común, junto con el Carrefur) y darnos «un detallito». De camino vamos haciendo cábalas: ¿será un jamón, unas botellas de buen vino…?. Nos recibe todo escayolado y nos hace entrega del detallito…¡un par de calabazas,pequeñitas y a cada cual más fea, de esas granujientas, como de bruja mala!. «Son de la huerta de mis padres», nos suelta, con una sonrisa de oreja a oreja, orgullosísimo …( Todavía me río cuando me acuerdo).
Me asombra la cantidad de trabajo no ya útil, sino indispensable, que cuentas en tus posts que hacéis y que pasa totalmente desapercibido. O que es directamente destruido con la mayor despreocupación por inconscientes como esos cazadores que luego, encima, se permiten ir por ahí alardeando de su amor al campo porque dedican unos cuantos fines de semana al año a devastarlo y despoblarlo, atronando, molestando y suponiendo un peligro para cualquier otro visitante. Nunca se me ha pasado por la cabeza cazar -tengo amigos cazadores que me justifican su afición hablando del ‘subidón’ que experimentan al alcanzar una presa y ‘percibir’ que se ha ido al otro barrio directamente como efecto de su acción; al parecer consideran que eso es ‘medirse’ con el animal y salir victorioso del enfrentamiento, los muy cabrones- pero me pregunto si mis propias y limitadas actividades campestres -últimamente pasear, y no demasiado- no serán, en alguna medida, también agresivas y destructivas. En cualquier caso, son ignorantes, y eso me disgusta. Es muy de agradecer que nos cuentes estas cosas, para que seamos un poco más conscientes de toda la vida y todo el esfuerzo que hay detrás de eso que, en general, para nosotros los urbanitas indocumentados, no pasa de ser ‘paisaje’ neutro e inerte.
Hola Vanbrugh. Yo simepre tengo la sensación de estorbar, y de que nada de lo que hacemos es inofensivo; aparcar el coche, coger unas flores…Lans hablaba de eso en uno de sus últimos post.
Con los cazadores tenemos un contencioso serio. Formamos un «frente» común con el pastor, Miguel, al que machacan constantemente porque, según ellos, «no está permitido ir con los perros sueltos». ¿Y cómo maneja entonces el rebaño, señor mío?. ¿Y cómo se gana el pan?. He tenido encontronazos serios con ellos, al principio, cuando compramos la finca y no querían aceptar de ninguna manera que les impidiéramos entrar. Pero bueno…Lo peor es lo que dejan detrás. Como esa perdiz que encontré hace dos semanas convulsionando en medio del camino; como van medio borrachos (¡encima!), a muchos animales los dejan malheridos en el monte y ni se molestan en ir a buscarlos. Tuve que bajarme de la furgo y rematarla. Ya te imaginas. Después la recogí y la deposité con todo el amor que pude al pie de una encina, para que un zorro -o uno de los perros que los propios cazadores abandonan cada año- se la llevara esa noche.
Rápido o lento: insectos que se mueven rápido entre las hojas de la hueta: benéficos para el hortelano: predadores de las plagas; lentos, consumidores/competidores del hortelano, que van jodiendo las hojas.
Al revés el agua que corre por la tierra: lenta, benéfica, nutridora de los acuíferos y albeos y freáticos: infiltración; rápida, erosiva, escorrentía.
Todo es ritmo, tiempos…
Vanbrugh:
sobre la cantidad de trabajo que hace Barbie y otros como ella…son ‘cuidadores de mundos’ (los cazadores son, como mínimo, ‘consumidores’ o incluso despilfarradores y profanadores)
Qué bonita expresión, «cuidadores de mundos». Pero me temo que me queda grande. Como diría Alonso Quijano, «harto ayuda el que no estorba». A estas alturas, ya me conformaría con eso.
Qué sabia frase, me la apunto!
Chica, aunque digas que pasáis tiempo mirando a las insaciables musarañas, a mi me parece que no paráis de currar y os metéis unas tipitandas tremedas y no siempre limpias….: cagarrutas, barro, y ‘guarreridas’ de la naturaleza.
¿De dónde vendrá lo de TIPITANDAS ? Suena como otra contracción inglesa.
A ver, al escribir las cosas parece que todo es la releche: que todititos los días arreglamos las grietas del camino, peleamos con el grillotopo, picamos leña, cavamos aquí, desbrozamos allá…Y no. La verdad es que no.
Guarrería hay mucha, eso ya no se puede negar.
Pero no te preocupes. El día que vengas te preparo una chaisse-longue debajo de una encina, todo muy limpito, y no dejaré que se te acerquen los perros.
Tipitanda tipitanda
tipi
tanga?
bss