Última semana de marzo
(Conversación entre el Barón de Charlus y el joven e inexperto Charles Morel en un restaurante)
“–Pregunta al maître si hay Bon Chrétien.
–¿Bon Chrétien?, no entiendo.
–Ya ves que estamos en la fruta, es una pera. Seguro que Madame de Cambremer la tiene en casa, pues la condesa de Escarbagnas, que es ella, la tenía. Monsieur Thibaudier se la manda y ella dice: “Una Bon Chrétien bien hermosa”.
–No, no lo sabía.
–Bueno, ya veo que no sabes nada. Si ni siquiera has leído a Molière… Bueno, puesto que no debes de saber pedir, como no sabes lo demás, pide simplemente una pera que se coge precisamente cerca de aquí, la Louise-Bonne-d’Avranches.
–¿La…?
–Espera, como eres tan torpe, pediré yo mismo otras que me gustan más: maître, ¿tiene usted la Doyennée des Comices?. Charlie, deberías leer la preciosa página que ha escrito sobre esta pera la duquesa Emilia de Clermont-Tonnerre.
–No, señor, no tengo.
¿Tiene la Triomphe de Jodoigne?.
–No, señor.
–¿La Virginia-Baltet?, ¿la Passe-Colmar?. ¿No?. Bueno, pues como no tiene nada, nos vamos. La Duchesse-d’Angoulème no está todavía madura; anda, Charlie, vámonos.”
M. Proust, En busca del tiempo perdido, Ed.Alianza, 1998, Vol. 4, p. 500. Traducción de Consuelo Berges.
Con permiso del Barón de Charlus, en LRO tenemos Peritas de Agua. El viejo peral que las produce está empezando a florecer ahora. Tiene una enorme herida en el tronco, que le hizo el anterior propietario sin querer al pasar con el arado entre las viñas. Se han plantado además otros tres peralillos, un Conferencia y dos Williams. Cuando los rabilargos, esos bandidos con alas (malos cristianos), empiezan a dejarse ver por el viejo peral, ésa es la señal inequívoca de que ya están maduras las peras.
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