Cuando florecen, que pueden tardar años, florecen como las rosas: ahora, a pleno sol. Este de la foto está en una maceta del jardín, colocado de modo que los perros no puedan entrar en el macizo y patear las rosas (precisamente).

Eso tienen en común además de los pinchos: la necesidad de luz. Difieren en que el cactus exige tierra suelta, ligera, mientras que la rosa siempre estará más contenta en una tierra arcillosa. Difieren también en que a la rosa la quiere todo el mundo -tantos poetas, pintores, cantores buenos y regulares- mientras que el cactus, coitado, no suele inspirar mucho a nadie. O a casi nadie… (en el vídeo que sigue: Opuntias/ chumberas en Baja California, con flores que, según la especie, pueden ir del amarillo pálido hasta el rojo)