Por ahí, al fondo a la derecha, está el excusado de LRO. Unas paredes de madera -procedentes de un kiosko de feria- aguardan en vano en el cobertizo a que alguien se anime a atornillarlas a cuatro postes. Se supone que esas paredes, escondiendo en su interior un tablero con dos cubos (uno lleno y otro sólo medio lleno de serrín: lo que en los libros llaman «váter seco»), servirían para darle algo de intimidad a la cosa. Pero ya han pasado tres años desde que recogí esas paredes y, la verdad, cada vez me parece más tonto pasar el trabajo de montarlas. ¿Para qué, en realidad…?. Al abrigo de ese bosquete de zumaques sólo un mirlo o una liebre de paso pueden apartarle a una de sus meditaciones en cuclillas. En primavera el suelo se cubre de lupinos y jacintos silvestres. Hay que prestar atención a las chinches, a las hormigas, que se desperezan y azuzan unas a otras, siempre apuradas. En noviembre (véase foto que cierra esta entrada), los zumaques pasan del verde al naranja, con muchos medios tonos en el camino. Siempre agachada, muy entretenida, remuevo con un palito entre las hojas y hago salir una lombriz de su agujero…Una vez encontré una egagrópila. Otra vez, un cilindro terroso punteado de escaramujos: excrementos de zorro, seguramente.
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«…Un pabellón de té es un lugar encantador, lo admito; pero lo que sí está verdaderamente concebido para la paz del espíritu son los retretes de estilo japonés. Siempre apartados del edificio principal, están emplazados al abrigo de un bosquecillo de donde nos llega un olor a verdor y a musgo (…) Agachado en la penumbra, absorto en tus ensoñaciones, al contemplar el espectáculo del jardín que se despliega desde la ventana experimentas una emoción imposible de describir. El maestro Soseki, al parecer, contaba entre los grandes placeres de la existencia el hecho de ir a obrar cada mañana, precisando que era una satisfacción de tipo esencialmente fisiológico; pues bien, para apreciar plenamente ese placer no hay lugar más adecuado que esos retretes (…) Cuando me encuentro en dicho lugar me complace escuchar una lluvia suave y regular. Eso me sucede, en particular, en aquellas construcciones características de las provincias orientales donde han colocado a ras de suelo una aberturas estrechas y largas para echar los desperdicios, de manera que se puede oir, muy cerca, el apaciguante ruido de las gotas que, al caer del alero o de las hojas de los árboles, salpican el pie de las linternas de piedra y empapan el musgo de las losas…En verdad tales lugares armonizan con el canto de los insectos, el gorjeo de los pájaros y las noches de luna; es el mejor lugar para gozar de la punzante melancolía de las cosas en cada una de las cuatro estaciones y los antiguos poetas de haiku han debido de encontrar en ellos innumerables temas…»
Jun´ ichiro Tanizaki, Elogio de la sombra, Ed.Siruela 1994, pp.14-16. Traducción de Julia Escobar
NOTAS.
La pintura es de Hiroshigue, y representa a un gorrión sobre la rama de una mimosa.
Sobre váteres secos (que están muy bien): Fosse septique, roseaux, bambous?. S. Cabrit-Leclerc, Terre Vivante 2008.
Desde que empecé a leer pensé en El elogio de la sombra de Tanizaki, maravilloso, luego, al bajar el cursor ví la larga cita de él…
Por cierto, ‘Recóndito Retrete’ es muy eufónico, podría ser el nombre de un quinteto d emúsica o un grupo pop
Hola Lans. Es una evocación de la «recondita armonía» de Puccini, claro..pero a lo rural. Nadie ha expresado mejor que Tanizaki esa asociación del «obrar» a la armonía del cuerpo y el alma (… tanto mayor cuanto más recóndita). Creo que en esa sensación de placentero «nonchalance» influye el estar acuclillado, como en los viejos W.C de por aquí, y en todas las «placas» de baño de Asia (he leído que eso es lo común por aquellas tierras). En mi pueblo de Galicia todavía hay algún váter de esos. Qué angustia pasaba siempre, pensando que si miraba hacia abajo se me caerían las gafas… Bss (en especial para Jarita, que imagino convaleciente pero en forma)
Hoy la operan, la recojo por la tarde, se ha dado esta mañana un paseo largo con su ama, pero se recuperará pronto.
Cai en tanizaki pero no en Puccini,, ya ves.