En una calle de Florencia.
En el huerto de Manduca.
La receta preferida: a la sefardí. Esto es, picada la col en juliana fina, acompañada de pasas y piñones y aliño espeso de yogur, aceite y menta. Por encima, en el último momento, otro puñado de piñones, tostados en la sartén.
(Sí plantamos coles este año, aunque un poco deprisa y corriendo, 29 de septiembre, que es tarde, y en el huerto de Miguel Manduca, no en LRO. La tierra estaba muy abonada con «basura» del tinao. Traducción: con estiércol de cabra. Por eso las coles crecieron como fieras… y también las hierbas alrededor. Las heladas cortaron el vuelo de las ortigas. A las coles, por el contrario, cuanto más frío mejor. Más tersas las hojas, más firme la pella.)

