Jardín a oscuras (1)

Vogelgarten, Paul Klee

Con parecido «horror al vacío», como si el jardín fuera una especie de pecera con el espacio y el oxígeno limitados, Vogelgarten replica en abstracto al giardino dipinto del otro día (https://laramadeoro.wordpress.com/wp-admin/post.php?post=7079&action=edit ). Solo pájaros y plantas, aunque estos sean de ninguna-raza/ sin padre ni madre. En los jardines nocturnos de verdad habría rapaces -un moucho, una lechuza en el olivo, al acecho de un ratón- y, si sonara la flauta, a lo mejor un ruiseñor (una amiga que vino a ayudar a podar las viñas lo escuchó el pasado mes de marzo, aquí mismo, cuando se levantó de madrugada para ir al baño). Entre las flores predominarían las blancas, o las amarillo o rosa muy pálidos, y muchas de ellas serían fragantes, las más fragantes del jardín, pues a los polinizadores que trabajan sin luz no les diría nada el rojo, el naranja, el azul…. Pero aquí no hay matices ni olores. Heinz 57 (varieties), le dicen los ingleses al chucho de raza x: -57, en este caso, pues se llega a él por sustracción, restando, restando, hasta quedar reducido a un espectro. Y al igual que en el fresco de Livia, fuera babosas, fuera lombrices, fuera ratones, avispas, culebras, chinches, orugas, mouchos, perros y gatos. Fuera el jardinero y fuera, sobre todo, el sol.

( Vogelgarten. Pinacoteca de arte moderno, Munich. Lo pintó Paul Klee en 1924, diez años después del viaje a Túnez; seis años después del final de la guerra)

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